Capítulo 13: El batallón nigromante.

Los chicos corrieron alarmados más allá de los arboles; el lugar desde dónde provino aquel sonido estruendoso de cañón.

Frente a lo que vieron al llegar se detuvieron.

—¡Dios! ¡Miren! —Susurró Lucas—.

Vieron sorprendidos un campo entero lleno de cadáveres de avedragones y junto ahi se encontraba una autentica legión de siervos nigromantes del Nether. Además de eso, con ellos estaban decenas de carruajes que cargaban una gran cantidad de botellas con espíritus de vuelo en su interior; un escenario traumático.

Era toda una masacre. Los malvados nigromantes asesinaban con sus poderes a todo ser volador que encontraban y luego conjuraban hechizos o hacían rituales para extraer el espíritu volador y sellarlo en una botella. Estos siervos al parecer obedecían las órdenes de un Líder con una apariencia realmente aterradora. En su cintura colgaba una espada pegada a un cinturón de hebilla de cráneo desde la que caía una falda negra hasta tapar sus pies. Este aspecto verdaderamente infundía miedo en quien lo viera.

Lucas asustado y sudando susurra:

—Estamos en problemas... esto no está bien, ¡en realidad es un batallón del Nether!

Alba gira su cabeza para ver a Lucas y le dice: —Tranquilo Lucas, no te pongas asi, podemos acabarlos a todos o simplemente llamar a los guardias.

—No me voy a regresar ahora, hemos caminado mucho —dice Aarón—

Kris seriamente analiza el panorama por un momento, ignorando todo lo que dicen los demás: —Podemos derrotarlos... Se me ocurrió una simple estrategia.

—¡¿Vamos a pelear con todos esos?! ¡¿Están locos?! —Exclama Wind bastante asustada—.

Kris sin hacerle caso a la novata, da las siguientes indicaciones:

—Aarón, con tu Zafiromancia podrías crear una armadura de cristal en todo tu cuerpo, luego corres a la derecha para llamar la atención de todos los siervos. Después tú Lucas, saltas a la batalla y los enraízas a todos para que no puedan hacer nada. Mientras todo eso sucede, Alba, Samanta y Wind; ustedes estarán cargando un ataque conjunto en dirección al Líder nigromante. Yo iré con mi Skaiamancia para distraerlo de su ataque.

Vamos en cinco... cuatro... tres...

—¡Espera! ¡Aun no! —Pronuncia Wind intranquila—.

Dos... ¡uno!

Aarón en menos de un segundo crea su armadura de cristal y da un glorioso salto hasta caer en medio de todos los siervos, generando una onda expansiva de polvo y tierra que quiebra el suelo. Estos se dan cuenta rápidamente de la presencia de un intruso, y sin pensarlo proceden a lanzarle hechizos oscuros sin parar, pero todos son bloqueados por la armadura de cristal. El muchacho, aunque estando blindado, corre cubriéndose de los intensos proyectiles hasta un rincón de piedra a la derecha, donde es acorralado por la gran cantidad de siervos tras de él; quienes con grimorio en mano, y a tenebrosa voz, arrojan sus más devastadores hechizos; algunos incluso van por los cañones con los que también asesinaban avedragones.

En ese preciso instante Lucas entra en acción y desde lejos usa su habilidad de naturaleza (Gaiamancia) para atrapar en raíces que emergieron del suelo a todos esos siervos. Sus manos y ojos emanan una tenue luz verde incandescente que representa su manipulación. El Líder, quien se encuentra de pie en medio del conjunto de carruajes, se halla atónito por lo que sucede; fija su mirada en Aarón y enojado comienza a crear una gran esfera de energía oscura pulsante desde una sus manos para dispararle; pero justo cuando está a punto de hacerlo, es interrumpido por un golpe imbuido en sombras de Kris, quien apareció transportándose desde las sombras.

«Esta vez... ¡esta vez demostrare que soy fuerte!», pensó Kris.

El Líder cayó al suelo, pero logró levantarse rápidamente para tomar a la chica por el cuello gritando: —¡Escoria!

Teniéndola asi, procede a golpearla con gran fuerza en el estómago utilizando su otra mano, dejándola adolorida en el piso y colocando su pie sobre su cabeza. Mientras desenvainaba su espada le decía:

—Sabía que debimos haber hecho esto más temprano o llegarían estorbos como ustedes a tratar de impedirlo, seré misericordioso y te daré una muerte rápida.

Desde lejos, entre los arbustos; Alba y Samanta creaban un orbe de energía de luz y fuego para dispararlo al Líder, pero Alba al darse cuenta de la situación de Kris, abandonó la creación del orbe y fue rápidamente en auxilio de su amiga. Sabía que llevaba ya un tiempo sin tomar espíritus de vuelo, por lo que si invocaba sus alas de fuego estas no le durarían mucho; pero aun así las invocó. Aleteó a toda velocidad hasta estar a una distancia decente del Líder nigromante, y justo cuando este estaba a punto de asesinar a Kris, puso sus manos al frente y canalizó una llamarada súper potente que lo echó para atrás.