Academia Harrington

Capitulo 1

Hacía un poco de calor y el sol apenas asomaba rayos tempraneros del alba. En primavera el calor en esta ciudad siempre era agobiante, así como los inviernos helados, incluso el sol calaba más de lo normal la piel. Era lógico, vivíamos en una ciudad cerca de la montaña.

Espero que los Reales y Nobles no se derritan. Pensé soltando una pequeña risita.

Yo sabía bien que a ellos el sol les quemaba la piel al grado de que se desgarrara pero tampoco se iban a morir por un poco de sol y calor, eso les pasaba por no ser normales, tenían que adaptarse a los demás si querían sobrevivir y no ser cazados. Además tenían las pastillas simuladoras que los protegían del sol. Me subí más las calcetas hasta las rodillas, abotoné mi saco y me arreglé el cabello pasándome una mano por la cabeza. Parecía que todo iba normal. Me paré en la entrada del edificio de preparatoria, esperando la salida del turno anterior, aún faltaban veinte minutos. Los de la clase diurna aún no hacían acto de presencia con sus cámaras fotográficas así que sería más fácil para mí poner orden en la salida de los estudiantes de la clase nocturna.

Hoy tampoco había venido Erick para ayudarme. Siempre se la pasaba en el campo mirando al cielo tirado en el pasto, encerrado en su habitación haciendo quiensabe que o montando a caballo por ahí de vez en cuando, en vez de ayudarme en las labores de los Guardianes Nocturnos.

Sé que el rector nos había encomendado hacer este trabajo sin obligarnos a nada, pero aceptamos porque sabíamos que solo podíamos hacerlo nosotros ya que éramos los únicos humanos que conocíamos el secreto de la preparatoria y universidad Harrinton. Era cansado pero necesario. Como Erick y yo nos quedábamos toda la noche a vigilar la seguridad, de los "Sangre Fría" y de los humanos, quedábamos exhaustos como para ir al colegio en la mañana así que solo nosotros teníamos la libertad de ir a cualquiera de los dos turnos que quisiéramos. Aún así, el señorito Erick siempre fue un libertino y casi nunca aparecía, me dejaba toda la noche vigilando a mí sola, aunque debo admitir que cuando me encontraba envuelta en un problema—no sé de dónde—de la nada aparecía junto a mí para ayudarme o salvarme de los Nobles hambrientos que no controlaban sus instintos salvajes.

Eso pasaba con frecuencia, los "Sangre Fría" o también conocidos como Reales y Nobles aún teniendo las pastillas "XX-Artblood", simuladores de sangre inventadas por el consejo de la HVS para la protección de vampiros y humanos, seguían teniendo la misma ansiedad salvaje propia de su raza de beber sangre de verdad. Tal vez se sentían limitados. Podía entenderlos, era como si a un humano le sustituyeran hamburgesas, ensaladas, jugos, carnes, pastas y todo lo que ama comer por una pastilla que sacia el hambre por una semana, no es lo mismo que sentarte a comer agusto y eso sería frustrante.

Suspiré profundamente, un poco fastidiada de no dormir toda la noche, me dolía la cabeza. Llevaba cerca de un año haciendo la misma rutina con Erick cada noche. No terminaba de acostumbrarme.

Las puertas del edificio se abrieron de par en par revelando a los integrantes de la clase nocturna. Los profesores fueron los primeros en salir. Me paré debajo de la sombra de un árbol frondoso para que no me calara mas el sol y para dejarlos pasar a sus dormitorios.
La mayoría de los profesores eran Híbridos, mas resistentes al sol, pero había uno que otro Noble que se quejaba de todo por su delicada piel.

— Buenos días profesores y compañeros — saludé volviendo en mí, tratando de mostrar la sonrisa menos fingida que podía.

En el fondo estar cerca de ellos me provocaba algo de miedo, por esa razón siempre cargaba un arma tipo Rose.

— Buenos días señorita Harrinton—me saludó el profesor de filosofía, seriamente pasando de largo por la orilla del muro donde había sombra. Con los libros en ambas manos cubriéndose del sol.

Todos los profesores y alumnos de este turno habían sido siempre demasiado serios, atractivos y educados, a veces eso era lo que les parecía a los de la clase diurna algo atractivo y casi siempre se andaban merodeando por el edificio tratando de sacarles una foto, declararles su amor o de conseguir un autógrafo. Pero para eso estábamos nosotros los vigilantes, para mantener el orden, principalmente para cuidar a los estudiantes normales de la clase nocturna. Pero la verdad a la mayoría nos daba miedo su actitud tan cerrada y "perfecta" algunas veces.

Sin mencionar que muchos actores, modelos y cantantes estudiaban en la academia, y sí todos eran Reales o Nobles.

—¿En qué piensa la pequeña Harrinton?

Estaba tan inmersa en mis pensamientos que aquella voz cálida y dulce se sintió como si alguien me tirase un balde de agua fría a la cabeza. Levanté la vista para ver quien me hablaba. Dí un paso atrás dándome cuenta de que era Jacke. Sus ojos color gris claro me miraban fijamente con calidez.

— ¡Oh! Buenos días Jacke —contesté con cara seria y en posición erguida, tratando de que mis mejillas no se tornaran color carmesí por su presencia.



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En el texto hay: vampiros, misterio, romance

Editado: 30.05.2018

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