De todas las cosas locas que alguna vez imaginé, nunca pensé que le haría el amor a mi príncipe en un calabozo pero esa fue la experiencia más hermosa que me tocó vivir luego de toda la tormenta que hemos pasado donde finalmente pudo salir el sol.
Esa mañana desperté esa mañana me di cuenta de que él seguía dormido y verlo en ese estado tan inocente me hicieron darme cuenta de lo afortunado que era.
- Gracias por haberte enamorado de mi y hacerme el hombre más feliz del mundo, te amo Henry.
Al parecer mis palabras le llegaron porque justo después de eso despertó.
- Buenos días su majestad.
Estaba tan desorientado que era tierno verlo tratando de averiguar en donde estaba.
- Puedo estar recién despertando pero escuché cada palabra de las que dijiste y pienso igual que tu y diré exactamente tus mismas palabras porque yo también estoy muy agradecido de que te hayas enamorado de mi, eres como ese deseo que desde que te conocí siempre había querido cumplir, te amo.
- Amo cuando te pones tan cursi - Lo bese entre risas.
Pero cuando salimos de ese calabozo, me llevé la sorpresa de que Zahra, la asistente de mi mamá estaba ahí parada esperando por mi.
- Apuesto que te envío la señora presidenta en mi "rescate".
- No seas injusto con tu mamá, ella se consiguió durante toda la noche el dinero para pagar la fianza y que pudieras ser libre.
- De seguro no se esforzó tanto y sacó dinero de la Casa Blanca ya lo ha echo otra veces y si es así Zahra prefiero volver a mi celda.
- No seas idiota Alex, el dinero ya se pagó y estás libre o vas a querer cometer otro delito para quedarte encerrado?
Cuando mencionó lo de 'otro delito' pensé en que, a lo mejor, Henry les había dicho a todos que gracias a mi estábamos en esta situación. Para salir de toda duda le pregunté a la asistente de mi mamá como se había enterado de nos habían arrestado y como pudo llegar tan rápido.
Ella solo me respondió que las noticias volaban y que si estas eran malas más aún.
- Se como sea, no quiero ni necesito de su ayuda - Me crucé de brazos, a modo de protesta.
- Deja de comportarte como un niño mimado Alex, tu mamá está haciendo todo porque de verdad te quiere y está preocupada por ti o acaso crees que me gusta estar acá yo ahora en estos momentos debería estar tomando el sol en Miami y no aquí muerta de frío en Londres, debiste haberte enamorado de alguien en el caribe.
A pesar de mi enojo, ella logró sacarme una sonrisa haciendo que cambiara mi parecer con respecto a ayuda y agradeciéndola.
- Lo siento Zahra
Ella fue muy enfática en decirme que a quien debía pedirles disculpas era a mi mamá y de cierta forma, tal vez, tenga razón y lo que la señora Ellen hizo, lo hizo por mi.
- ¿Que debo hacer? - Haciendo una pregunta retorica para quien quiera responder y al no tener una respuesta clara tuve que debatir aquella situación con mi conciencia.
Más tarde ese día Henry y yo regresamos al palacio acompañados de Zahra quien al parecer se iba a quedar unos días con nosotros y Shaan ya que era obvio que entre ellos pasaba algo.
Pero aquí el tema central éramos mi novio y yo con quien a pesar de pasar una noche encerrados, fue un momento en donde realmente pudimos estar realmente solos.
Un momento que realmente necesitábamos para conectarnos y yo creo que eso me hacía falta para desestresarme y poder funcionar correctamente porque esa noche en aquella celda fue lejos la mejor de mi vida y supongo que para él también.
- Sabes, no puedo dejar de pensar en lo que pasó anoche fue algo mágico, hermoso y por primera vez en mucho tiempo sentí que realmente nos conectamos, tu que piensas mi amor?
Al principio se mostró algo confundido y muy pensativo como si no tuviese nada bueno que decir.
- Acaso hice algo que no te gustó?
- Lo que pasó anoche fue como tu dijiste, hermoso solo que no puedo dejar de sentirme culpable.
De que se sentirá culpable esta vez?
- De que estás hablando cariño?
Henry pensó que todo lo que había pasado ayer fue gracias a él argumentando que no tenía idea que al mirador al que fuimos era propiedad privada.
- Nada de lo que ocurrió fue tu culpa mi amor, es más, yo quisiera agradecerte por todo esos lindos momentos, el mirador o el echo de que estemos juntos otra vez y todo fue perfecto, incluso mejor de lo que pensé y te amo por hacerme el hombre más feliz del mundo.
- De verdad? - Sus ojitos se iluminaron, al parecer no esperaba escucharme decir esas palabras.
- Yo jamás te mentiría con algo así y lo sabes - En ese momento solo quería abrazarlo y por supuesto, bésarlo.
Y obviamente ambas cosas ocurrieron pero cuando lo abracé no quería soltarlo y al parecer él tampoco, pude sentirlo.
- Y ahora que hacemos?
- Tal vez podríamos bañarnos juntos - Su idea sonaba tentadora pero le tuve que decir que por esta pasaba porque le debía una conversación a mi mamá.
- Entiendo y que bueno que hables con ella, te hará bien, te amo y nos vemos más rato - Me dio un corto beso y se encerró en el baño.
Mientras que yo aprovechaba el tiempo para llamar a mi mamá con la que tuve una muy sincera conversación, a travéz de una videollamada. Donde prometimos tener una conversación personalmente.
- Lo prometo así será, saludos a papá.
Luego de cortar la llamada quise contarle a Henry lo bien que me había ido con esta por ende, ingresé a su baño y comencé con quitarme la ropa.
- Hay espacio para uno más?
- Para ti, siempre hay espacio pero creí que seguirías al teléfono y a todo esto como estuvo esa conversación.
Contándole así, lo perfecto que salió todo pero que aún habían quedado temas pendientes.
- Veo que te hizo muy bien hablar con ella cariño, te cambió la cara y te veo más relajado además.
- Si, me quité un gran peso de encima y todo gracias a ti.
Después de eso, obviamente él y yo nos besamos mientras el agua caliente caía sobre nosotros. Escenario perfecto para querer hacerle el amor.
Una de mis sueños más frustrados siempre fue hacer el amor mientras me bañaba con el amor de mi vida y nunca antes se me había dado esa posibilidad hasta ahora, además de que Henry con su pelo mojado se veía tan sexy.
Y sin decirle nada coloqué a mi príncipe contra la pared separando un poco sus piernas. Es increíble lo sumiso que podía llegar a ser y me encantaba.
Nuestra química en esa baño era increíble se sentía la pasión en ambos y terminamos teniendo nuevamente el mejor sexo de nuestras vidas.
- ¿Y que vamos hacer más tarde?
- Lo que usted quiera su majestad, hoy seré todo suyo.
Luego de vestirnos y estando listos para salir, el amargado de su hermano nos detuvo arruinando nuestra felicidad.