Suspendieron 21 días a los otakus y les pusieron matricula condicional, eso me hizo sentir un poco mejor aunque ellos estaban orgullosos y ¡hasta dos de ellos consiguieron novia! Las dos son del equipo de porristas y por ende, son guapísimas.
Les mejoré las vidas… eso sí que no era parte del plan.
Algo estaba raro esa semana, todo estaba bien con mis amigos pero… ya nunca veía a Mía con Raúl, anhelaba que hubiesen terminado y sí es así, lo celebraré con todo lo que tengo.
Puede que no le guste a Mía pero si no tiene novio, las cosas son mucho más fáciles. Puedo ahora sí intentar conquistarla de lleno y ser más atrevido en mis actos. Los seguimos dos semanas y nunca estaban juntos, Raúl se iba con sus amigos y Mía se iba con dos chicas.
Cada vez más me excitaba la idea, no se imaginan como ansiaba que acertara en lo que pensaba y no me equivoqué. Mickey le preguntó descaradamente en el descanso: ¿Raúl te abandonó? Y ella abrió los ojos como esperando que le dijera que era en broma lo que preguntó pero como vio que era en serio solo le respondió: Ambos decidimos dejar la relación, fue un acuerdo mutuo. Acto seguido Mickey empezó a fastidiarla porque era muy aburrida para responder y tuvieron una discusión bastante estúpida, al final, él le lamió el rostro para fastidiarla y le haló el cabello, enseguida ella le dio una muy buena bofetada y del cabello lo arrojó al piso, lo iba a golpear en serio pero antes los detuvimos, ella podría acabarlo y no íbamos a permitir eso.
Ese momento fue graciosísimo, es la pelea más ridícula de la historia. Mickey se levantó del piso, indignado, lo empujamos con nosotros para que se fuera, él se hacía el valiente y accedió a irse pero no sin antes despedirse gritándole todo tipo de vulgaridades, Martín, Santiago y yo no sestábamos cayendo de la risa cuando lo empujábamos para que se fuera.
Mickey no dejó de quejarse en las siguientes clases diciendo que olía a perfume de puta y también de que se sentía barato por dar semejante espectáculo. Se irritaba cada vez que nos reíamos de lo que decía pero es que era inevitable.
Al final se salió de la última clase. Martín y Santiago se tenían que quedar porque tenían malas notas así que estaba solo a la salida y yo ya sabía lo que iba a hacer. Fui a mi casa a vestirme, compré una caja de pizza y alquilé una película cursi, no son de mi tipo pero podría ayudar en lo que planeaba. Iba a ir a la casa de Mía para que miráramos una película y de ninguna forma iba a aceptar un no como respuesta. Me apliqué un perfume que encontré de papá y salí en mi patineta. Fue difícil llegar porque tenía la caja de pizza en la mano y en un pequeño bolso la película. Recordé una vez que estaba en una situación similar cuando era pequeño pero no era en patineta sino en bicicleta y no era una caja de pizza sino un Batman tamaño real. Me encantaba Batman de pequeño y esa vez fue difícil llegar, en especial porque me caí dos veces.
Llegué a su casa y salió Mía vestida con una trusa enteriza gris bastante ridícula, le cubría totalmente los brazos y las piernas, no se sorprendió ni nada al verme pero en cambio yo sí me reí bastante al verla. No me dejó entrar durante unos 20 minutos pero con tanta insistencia que yo traía, no pudo decirme que no. Me salí con la mía. A pesar de su ropa inadecuada, se veía hermosa y más, tenía las mejillas un poco enrojecidas y me daban ganas de mordérselas, no en el sentido vulgar sino que la hacía lucir tan dulce… algo poco usual en ella.
Su casa era rara igual que ella, las paredes eran verdes y tenían las paredes tapizadas con formas antiguas y pasadas de onda, había bastantes lámparas grandes, un perro espantoso, muchos muebles, mesas y muchas flores. Su mamá apenas me vio, corrió a saludarme con emoción.
-Vaya, eres el primer chico que trae a casa. Debes ser especial.- dicho esto se me acercó al oído y me susurró.-Me preocupaba que fuera lesbiana.
No pude evitar reírme, esa mujer era genial. Era lógico que fuera hippie por su ropa, collares, rastas y además, tenía unos pequeños tatuajes.
-Déjalo ya, ven Nathan, vamos antes de que me arrepienta y te patee el culo.
-Vale.
Luego nos dirigimos a su sótano, al parecer ese era el lugar donde veía tv, habían grandes estantes llenos de libros todos, muchos poster del ártico y otros de bandas emo. Qué horror, vi un poster horroroso de Sleeping with sirens, similar al que me dio papá.
-Este lugar es genial- Quise evitar hacer un comentario de esa banda porque quería ser agradarle.
-No tanto, venga la película.
Se la di y me senté en un mueble que para mí conveniencia, traía dos lugares. Al frente había una gran tv.
Editado: 28.11.2018