Elise Pov
Por la manera en cómo me hasta ahora Arturo me ha tratado; puedo decir que es un caballero, después de trotar un rato juntos y hablar sobre temas triviales, me acompaña hasta mi apartamento.
—¿Quieres pasar por un vaso de agua? —le pregunto, es lo menos que le puedo ofrecer después de que me acompaño hasta mi departamento.
—Si no incomodo, me gustara pasar por agua—responde; comienzo a caminar en dirección a la puerta del departamento, solo espero que mis amigas estén presentables. —Valla, sí que es un lugar amplio y hermoso—responde cuando pasamos al interior.
—Gracias, estaremos por lo menos un año en la ciudad y al ser tres chicas, si surge la necesidad de espacio y un poco de privacidad—le respondo después de entrar en la cocina y servir agua para los dos.
—Pasando a otro tema— comienza a decir después del silencio que se formó entre nosotros —¿Te parece bien si salimos mañana después de la visita al hotel? —pregunta y al parecer está un poco incomodo con esto.
—Si estas, incomodo por la situación; no pasa nada. Volvemos al ámbito de lo estrictamente profesional—le digo y rápidamente su gesto cambia a uno de asombro.
—¡no!, claro que no—exclama apenas termino la frase anterior— es solo que estoy nervioso, hace mucho que no salgo con alguien que no sea mi amigo Camilo o Saúl—responde y no sé si creer esa versión, no es la primera vez que un hombre me la dice.
—Está bien, ¿Y cómo que haríamos? —le pregunto, quiero saber cómo debo de ir vestida, no quiero repetir la vez que salí con un chico; llegué de los más arreglada con tacones y vestido y maquillaje al mil y el chico tenía planeado ir de excursión a unas montañas en Denver.
—La verdad no que se prefieras hacer primero, por ejemplo hay un tour privado por el observatorio Griffith, podemos hacer un recorrido por el paseo de la fama y el museo de cera de los famosos, un recorrido a pie por el distrito de las artes —comienza a enumerar con sus dedos cada uno de los lugares que ha mencionado— O ir al Museo Getty, al recorrido por las minerías de plata, recorrer las playas de Malibu, Venecia y Santa Monita y comer en el muelle, ir al museo Ripley de lo increíble, ir al barrio chino o si te gustaría ir en un recorrido a caballo cerca del letrero de Hollywood— finaliza.
—¡Por dios, si hay mucho que ver y hacer en Los Ángeles! —le comento entusiasmada con la idea de recorrer todos los lugares que menciono.
—Tal vez no tenemos el encanto de Nueva York, pero sabemos cómo encantar a los turísticas— comenta y para después sonreírme y vallas que tiene razón, los de por aquí sí que saben cómo atrapar a los turistas. —Aunque también hay un recorrido arquitectónico por la ciudad, pero en ese caso pensé que te gustaría hacerlo en compañía de tus amigas—finaliza.
—La verdad sí, me encantaría hacer ese recorrido con las chicas, aunque también es seguro que terminemos en un bar después— comento, conozco como es de ideas Darcy y al final lograra arrastrarnos hasta el bar más cercano.
—Aproveche ahorita que es joven señorita Lombardo—comenta.
—Somos jóvenes aun señor De Córdova; porque déjeme decirle que no es ningún viejo—
—Puede ser, pero hay veces en las que, si me siento viejo, no es lo mismo la energía que se tiene a los 23 que a los 33— comenta.
—Puede ser, y para su información no tengo 23 sino 26 años—le respondo.
—Está bien—responde para después sonreírme—Pero ya no me respondiste, ¿qué te gustaría hacer primero? —pregunta, pienso un rato en todas las opciones que me dijo.
—Me gustaría ir de paseo a caballo—le respondo.
—Me parece una gran idea, nos iríamos después de la reunión del lunes— comenta después de terminar el agua que estaba bebiendo—Lleve ropa cómoda arquitecta—me recomienda, antes de salir del departamento.
Cierro lentamente la puerta y me volteo antes de exclamar.
—¡Ya pueden salir chicas! — miro por el pasillo que conecta los dormitorios con la sala y mis amigas aparecen por él. —¿Qué tanto escucharon? —les pregunto.
—Desde que empezó a nombrar los lugares donde podrían ir juntos—responde Giovanna.
—La verdad será interesante verte montar a caballo ya que nunca lo has hecho—comenta Darcy.
—Por esa misma razón fue por lo que lo elegí, nueva Elise, nuevas actividades—respondo, aunque la verdad no quiero hacer el ridículo frente a Arturo, nunca he montado a caballo y no eh estado cerca de ninguno de ellos.
—Lo positivo de todo esto; es que mañana solo es la visita para ver cómo está el hotel—comenta Giovanna.
—Hablando del hotel, se me está olvidando recordarles que el lunes es a las 10:00 am en punto la sita en el Departamento de Construcción y Seguridad de la ciudad para ver los requisitos para la licencia y pedir los planos originales del hotel—les digo a mis amigas. —El hotel cierra en dos semanas que es el plazo que tenemos para presentar los planos de la nueva remodelación con los dueños y en dos semanas también llega Emmanuel con el equipo de remodelación de la constructora —termino y veo como Darcy se tensa por la mención del jefe de obreros y amigo de mi familia; la verdad no sé qué fue lo que sucedió entre ellos, pero cada vez que estamos juntos el ambiente se torna algo incomodo al menos fuera del ambiente laboral.
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Editado: 11.10.2022