Arturo Pov
Llegamos al punto desde donde sale el recorrido y espero fuera del auto en lo que Elise se cambia de calzado.
—¡Lista! —Dice Elise, a mi espalda. Volteo y le doy la mano, para después comenzar a caminar hacia donde se encuentra reunido el resto de los que haremos la visita a caballo.
—¡Atención todos! —pide el guía del recorrido—Como sabrán tenemos reglas para estos paseos y la más importante es nunca separarse del grupo; serán dos horas de paseo no dos horas de búsqueda de algún compañero perdido—comienza a explicar las reglas—Muy bien, ahora suban cada quien, a su respectivo caballo, si necesitan ayuda; solo pídanla que para eso estoy—finaliza.
—¿Necesitas que te ayude? —le pregunto a Elise.
—¡Por favor! —responde —Hace mucho que no monto a caballo—comenta y me acerco a ella y mientras pone un pie en la silla de montar; la tomo de la cintura para darle apoyo e impulso y logra subirse al caballo y tomar las riendas. —¡Gracias! —responde.
Con un poco de dificultad logro subir al caballo y comenzamos a cabalgar, la noto un poco nerviosa una vez que esta sobre el lomo del caballo.
—¿Nerviosa? —le pregunto
—Un poco…en realidad es la primera vez que monto un caballo—responde y me sorprendo un poco, se veía encantada con la idea de hacer esto cuándo lo sugerí.
—Si lo deseas, podemos irnos y hacer otra cosa—le sugiero, lo menos que quiero es que este incomoda.
—Para nada; me apetecía mucho intentar esta nueva experiencia—responde dándome una sonrisa, una muy bella, por cierto.
—Por mi parte; hace mucho que no lo hago—le empiezo a contar, a Celia le gustaba mucho montar a caballo y aparte era algo doloroso hacer este tipo de actividades cuando ella no ya está.
—Pues no se nota para nada que hace mucho tiempo no lo hacías, parece que lo dominas muy bien, al menos tu caballo se mantiene dentro del sendero, no como el mío— comenta causando que ría; pues le cuesta mantenerlo en control.
—Creo que mi caballo es un poca más dócil, que el que te prestaron a ti; ¿Por qué no mejor cambiamos? —le pregunto, en verdad me preocupa que el caballo la llegue a tirar y se lastime.
—Te lo agradecería mucho—responde y al instante frenamos el recorrido; bajo yo primero del caballo que gracias al cielo se queda quieto. Tomo al caballo de Elise por las riendas y ella apoya su mano sobre mi hombro para poder bajarse —Gracias— me agradece cuando ya está sobre el suelo.
Camino con su caballo aun tomado por las riendas hasta a un árbol que está cerca para atarlo, no quiero que salga corriendo.
—Apóyate otra vez en mi—le pido a Elise para volver a ayudarla a subir al caballo—¿Mejor? —le pregunto cuando lo comienza a arrear para que avance.
—La verdad si—responde.
Vuelvo a caminar hasta subirme al caballo y realmente es menos dócil que él que tenía, pero al menos logro controlar al caballo y seguimos andando, aunque un poco más atrás que los demás visitantes.
—El recorrido vale mucho la pena—comenta—Ofrece una vista realmente espectacular de la ciudad—y realmente tiene razón, una de mis cosas favoritas de este tipo de recorrido era la vista que ofrece.
Seguimos montando hablando sobre nuestra vida como universitarios y contando una que otra anécdota; al parecer Elise si fue una chica bastante popular y divertida cuando estudiaba, lo contrario a mí.
***
—¿Te gustaría ir a comer? —pregunta Elise. —La verdad después del paseo; estoy que muero de hambre—
—Si, ¿Cómo que se te antoja comer? —le pregunto.
—Me encantaría una malteada, papas y una hamburguesa—responde.
—Conozco el lugar perfecto para eso—le respondo y le tiendo mi brazo para que ella lo tome y comenzamos a caminar hacia mi auto— Ahora que lo pienso, hace mucho que no como nada parecido y la verdad se me antoja mucho—le comento cuando ya estamos en marcha, veo como levanta la mirada de su celular.
—igual yo, hace mucho que no lo hago. Perdona si no te estaba poniendo atención; las chicas preguntaban si llegaba a comer y ya les respondí sobre nuestros planes— comenta y yo solo respondo un simple “No hay problema”.
—Ya no falta nada para que lleguemos al lugar— comento y diez minutos después estamos entrando al local.
—Me encanta la decoración del lugar—comenta después de dar un rápido vistazo a todo el lugar—amo los lugares con temática de los años 50´s —responde.
—Lo tendré en cuenta para nuestra próxima salida—respondo y ella sonriere emocionada, aunque no se si es por mencionar que saldremos a conocer más lugares con temática de los 50´s o por salir juntos.
Mi celular comienza a sonar y al instante el nombre de Zuri con una foto de ambos aparece en la pantalla; Elise mira a cualquier lugar excepto hacia mi celular.
—Debo contestar—respondo y ella asiente poniendo atención nuevamente sobre el menú.
Camino hasta salir a la entrada del restaurante y deslizo la opción de contestar.
—¡Hola hija! —la saludo al instante—¿Qué sucede? —le pregunto.
—Quería saber si me puedo quedar a comer en casa de Jazmín, su mamá me invito. Como aún tenemos que seguir con el proyecto de Biología—responde.
—Si, no tengo ningún problema, pero también avísame a que horas tengo que ir a recogerte—le respondo.
—OK; ¡Te quiero! —contesta y sin darme tiempo a contestarle cuelga el teléfono.
Entro dentro del local y veo como la mesera está tomando la orden de Elise.
—Lo lamento, pero tenía que contestar—respondo después de ordenar lo mismo que ella.
—No hay ningún problema—responde—¿Todo bien? —pregunta con genuino interés.
—Si—respondo y estoy en duda si contarle sobre Zuri, es aún muy pronto para eso y la verdad Elise me atrae mucho y no quiero que el hecho de que tengo una hija cambie lo que sea que estamos intentando, pero por encima de todo esta Zuri—Era mi hija—le respondo y la sorpresa se instala en su rostro.
#20367 en Novela romántica
#3548 en Chick lit
romance, padre adoptivo, celos diferencia de edad egocentrico
Editado: 11.10.2022