Narra Nicole
No puedo creer lo que estoy viendo. Él se para con las manos en los bolsillos y me observa con curiosidad.
Cuando le digo que Ya nos conocíamos me mira mas de la cuenta y maldice por lo bajo.
—¿Eres Nicole? —se rasca la nuca incómodo.
—Pues si, soy ella. — tomo mi guitarra y mis cosas y agarro mi bicicleta. Me toma del codo y lo miro-
—No seguirás enojada por lo que pasó ¿o si?, no fué mi culpa y lo sabes. Yo... No sé que decir. Lo siento Nicole. Se que Bárbara fue muy importante para ti. Pero repito, no fue mi culpa.— sus palabras cavan hondo en mi y me lastiman. Me suelto de su agarre y me subo a mi bicicleta.
No respondo solo quiero irme de ahi.
—Espera. —su voz me detiene y se acerca a entregarme el cuaderno— te olvidabas esto.
No puedo evitar sentirme molesta. Tomo el cuaderno y le doy una mirada rencorosa para luego irme pedaleando.
Mientras voy de camino las lásgrimas amenazan con salir y un nudo incómodo se instala en mi garganta. Mi pecho se oprime cada vez mas porque quiero llorar y me estoy conteniendo.
Subo las escaleras a toda velocidad y me encuentro con Adam en el pasillo que me ve y automaticamente me sigue.
—¡Ahora no Adam!— le grito mientras intento poner la llave en la puerta desesperada pero mas nerviosa me pongo menos puedo concentrarme.
Adam ignora mi pedido y me saca las llaves de la mano y las coloca en la puerta sin decir nada.
Entro a toda velocidad y le cierro la puerta en la cara. Y ya automaticamente soy llanto.
Quedo en mi lugar llorando sin parar y necesito un abrazo. Abro la puerta para ir a buscar a Adam y me sorprendo cuando lo veo parado en el mismo lugar. Se habia quedado todo el rato ahi.
Él al verme llorar da un paso hacia adelante y me abraza. Lo unico que se luego es que me acuna en sus brazos y cierra la puerta tras de él.
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Narra Adam
Nicole se la paso llorando casi una hora y se quedó dormida en mis brazos. Delicadamente la llevo a su habitación, aunque el simple hecho de tenerla tan cerca me pone nervioso.
La dejo en su cama y ella se da vuelta entre sueños.
Miro su habitació pulcramente limpia y ordenada. Y una foto en la pared de dos niñas sonrientes.
Me giro hacia Nicole cuando balbusea dormida y luego de nuevo a la fotografia. Y reconozco enseguida a las dos. Una es Nicole y la otra es Bárbara su mejor amiga... Y la mia durante el campamento. Ese campamento que nos destrozó y cambió la vida. Veo el rostro de Babs mas de la cuenta. La recuerdo perfectamente.
Barbie era de esas niñas que no le tenian miedo a nada. Las conoci en un campamento de verano que duraba tres meses.
Barbara y Nicole hacian todo juntas, hasta compartian cama. Pero todo cambio cuando Kevin la arrojó al rio bromeando.
Ella no sabia nadar. Tenia 8 años. Cerraron el campamento y no pude despedirme de ella, ni ir a su funeral. Tampoco pude despedirme de Nicole.
La reencontré en este edificio años mas tardes y la reconocí porque ella sigue igual solo que mas hermosa que nunca.
Recuerdo que fue mi primer amor. Y mi primer corazón roto al no verla nunca más.
Salgo de la habitación sin hacer ruido y veo su cuaderno de canciones. La tentación a leerlo es grande pero ya hice demasiado. No quiero ser un chismoso e irrespetuoso.
Arranco una hoja y le escribo una nota. Le dejo un vaso con agua y una pastilla al lado de su cama y me voy.
En casa medito de todo lo que ha pasado. Necesito pintar.
Tomo mí lienzo en blanco y comiendo a dar pinceladas. Es arte abstracto porque ni yo mismo se que estoy sintiendo.
Cuando termino salgo a la terraza ventilando el lugar para que salga el olor a pintura.
Y escucho una suave melodía balcones más allá.
Me estiro un poco y veo a Nicole con su guitarra criolla cantando.
Nuestras miradas se encuentran y me saluda con la mano, hago lo mismo.
Solo espero que realmente pueda superar lo de Bárbara. Aunque creo que ninguno de los dos lo ha podido hacer.
Solo el arte nos libera del pasado por un momento. Y nos transporta a una realidad dónde no hay sufrimiento.
Una realidad dónde Bárbara nunca se fue.