Cap. 21 In crescendo

Después que James había despedido al aturdido visitante, miró a sus compañeros que tenían más o menos la misma expresión.

• Esto va a ponerse feo ¿no? – dijo Michael, pero James estaba en otra cosa
• ¿Lo tienes todo? – preguntó y los chicos sabían que no era con ellos
• Todo – le contestó la voz al otro lado, pero luego escuchó otra voz familiar y poco agradable en cualquier circunstancia – Holland, de ahora en adelante y suponiendo que otro de esos o de cualquier especie, quiera hablar con Dàmir, tendrá que someterse al mismo tratamiento que reciben los que quieren hablar con Ivar o terminaras en un calabozo si tienes suerte
• Entendido – dijo él

Los compañeros de James pensaron que el pobre sujeto tenía la peor suerte del mundo, porque si bien Dàmir era un individuo agradable que hasta recientemente no había dado problemas, que ahora estuviese en peligro era ciertamente problemático, pero que a eso se sumase el tener que tratar con Andrija Civljane era en realidad asqueroso. James por su parte pensó que, a pesar de que no le agradaba Andrija, tenía razón y lo mejor era que las visitas de Dàmir fuesen restringidas, así que no le molestaba de forma especial remitir a cualquiera que quisiese ver o hablar con Dàmir, a la poco agradable entrevista con Andrija.

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Dàmir despertaría lógicamente aturdido un poco después de mediodía y se encontró con las expresiones preocupadas de Mix y de Kerim.

• Bienvenido – dijo el segundo mientras Dàmir miraba a su alrededor y hacía un acelerado registro de sus memorias recientes
• ¿Qué…?
• ¿Cómo te sientes? – preguntó Kerim a su vez acercándose y mirando con atención los ojos de Dàmir – ¿Dolor de cabeza? ¿Náuseas? – preguntó para confusión del chico, pero siendo que Ajle lo había noqueado y había demorado tanto en recuperarse, Kerim temía por una conmoción
• ¿Por qué iba a…? – pero dejó eso – ¿Qué sucedió? ¿Por qué estoy en la cama y… vestido?

Kerim y Mix se miraron y el primero inició el relato de lo sucedido. Si bien Dàmir había despertado muy confundido, cuando comenzó a escuchar a Kerim, fue como si descorriesen una cortina y no habría necesitado que él continuase, pero lo dejó llegar al final.

• ¿Dónde están los demás? – preguntó
• Deben estar almorzando – le contestó Kerim
• ¿Ajle?
• Hermano – intervino Mix que hasta ese momento no había dicho nada – conocemos a Ajle y sabemos que se altera y…
• Yo sé eso mejor que tú, y créeme Mix, no necesitas esforzarte, porque supongo que casi tendría que agradecerle el favor que me hizo

Aunque Mix ya los conocía bien a todos, como decía Kerim, toda la vida se preocuparía en demasía por aquellos dos, y siendo que Ajle era la criatura problemática, Mix se preocuparía el doble por aquel descocado. Kerim por su parte, sabía que un puñetazo no iba a hacer que Dàmir le perdiese el afecto a ninguno de ellos, y cuando mucho, dependiendo del motivo, le diría unas cuantas cosas y nada más.

• Como supongo que no me rompió nada… – dijo comenzando a levantarse
• No lo hizo, pero con cuidado – le dijo Kerim acercándose – Prueba primero a sentarte

Dàmir obedeció y como no se sintió descompuesto, terminó de ponerse de pie. Después de un baño, bajaron y se encontraron con que los demás ya iban de vuelta.

• Si vas a devolverme el golpe, procura no ponerme un ojo morado, no se vería bien…
• ¡Ajle!
• Gracias – le dijo él y Ajle fingió mirarlo con sospecha
• Si pretendes asesinarme en mitad de la noche… – estaba diciendo y Erkki ahogó una exclamación
• No le hagas caso, Erkki – le dijo Dàmir – no es fácil, pero ya te acostumbrarás a que la naturaleza le dio más lengua que buen juicio

Aunque no era que Dàmir tuviese mucha hambre, se encaminaron al restaurant, pero si bien ya los demás habían comido, igual fueron con ellos, aunque Ajle le sujetó el brazo a Kerim y Mix se lo sujetó a él.

• Ahora no, Ajle

Como ciertamente él no era estúpido, no insistió, pero Mix sabía que más tarde se vería forzado a hablar con él, y de hecho, prefería hacerlo con él y no con Kerim, o al menos no de momento.

Las cosas volvieron a la normalidad y prosiguieron con la gira, misma que continuó siendo un éxito. Pero mientras esto sucedía, la situación en Jör parecía empeorar, y si estaban al tanto de eso no era porque los chicos de Ice pudiesen tener comunicación con los habitantes de su país, sino, porque a raíz de todo el escándalo que había armado Dàmir y de seguido la enardecida fanaticada, unos pocos profesionales de la comunicación de los llamados corresponsales de guerra, habían logrado burlar los controles fronterizos y comenzaron a enviar reportajes que despertaron la indignación colectiva y ya no solo la de los fanáticos de las agrupaciones protagonistas de todo aquello, y muchos de los padres de las criaturas, cuya indignante gran mayoría, como diría Dàmir en alguna ocasión, habían pensado que se trataba de otra moda, pues exhibían un grosero desconocimiento acerca de aquella realidad, comenzarían a prestar verdadera atención, sumándose, en muchos casos, a la indignación de sus hijos. De modo que repentinamente comenzaron a aparecer grupos organizados, ya no de jóvenes estúpidos, como también habían sido llamados, sino de adultos de diversos estratos sociales que se sumaron a las protestas.