Carta para un amor prohibido.
Lleva un buen rato delante de ese papel en blanco y realmente no sabe si será capaz de llenarlo de tinta. No lo sabe, porque ni siquiera ella misma tiene claro cómo se siente. Si te es sincera, le encantaría que en este momento estuvieras pensando en ella. No te puede sacar de la cabeza: piensa en tu sonrisa, esa sonrisa prohibida, esa que tantas veces juró que no le gustaría. Pero ya sabes, quien juega con fuego se quema y es demasiado fácil arder cuando está a tu lado. Piensa en tus besos, en tus caricias, en todo lo que podrían llegar a ser si no tuvieran ningún impedimento. Si, lo sabe. Sabe que ese amor nació en mitad de una vida realizada. Tiene claro que se seguirán viendo una vez a la semana durante tan solo unas horas en algún sitio escondido. Tiene claro que no puede escribirte cuando le apetezca, tan solo cuando no haya ningún riesgo del que sean descubiertos. Tiene claro que debe morderse los labios para no expresar sus sentimientos y ponerlos en evidencia. Tiene en claro que debe disimular, lo sabe. Sabe que no son libres. Sabe que duerme con él y tu duermes con ella. Sabe que a veces le haces el amor, aunque también sabe que mientras tanto piensas en ella. Sabe que es la única en despertar tu deseo y desatar tu pasión, pero no te va a engañar: por dentro muere de celos e impotencia. Le encantaría ser ella la que paseara contigo de la mano por cualquier parque, a cualquier hora. Ser ella la que te prepara una cena romántica en casa después de un duro día de trabajo. Ser ella la que despertará cada día a tu lado y aguantará todas y cada una de tus pequeñas imperfecciones.
No sabe cuánto tiempo más van a poder guardar ese secreto. No sabe cuánto va a perdurar ese amor imposible que lucha cada día por mantenerse a flote en un mar muy agitado.
Solo quiere que sepas una cosa, aunque sus vidas tengan dueño hay algo en lo que jamás podrán mandar: en sus corazones. Y el de ella es solo tuyo.
Te quiere.
Pero no se lo digas a nadie Nick.
Así arranca esta historia de amor prohibido.
Una historia donde dos personas descubren una atracción instantánea que los llevará al amor.
Acorralados por sus actuales parejas tendrán que jugársela por ese sentimiento puro que sienten.
– Laura ¿Puedes hablar ahora? ¿Eduard ya se durmió? – Si, ya él está dormido. ¿Qué sucede?
– No se como logré contenerme en la cena. Verlo tan cerca de tí hace que la sangre me hierva.
– Tengo que hacerlo para que no lo sospeche. Tampoco tú te quedabas atrás.
– Tú bien sabes que Alexia no me deja tranquilo en ningún momento. Yo trataba de quitármela.
– No puedes hacer eso, es tu esposa ¿Quieres que se de cuenta?
– No estoy buscando que lo descubra, no aun. Es que no puedo evitarlo, ya su tacto no produce nada en mí.
– Nick. Trata de disimularlo, es tu esposa y la madre de tu hija. Yo tan solo soy la otra.
– Sabes que comenzamos siendo amantes, pero ahora las cosas son diferentes. Eres la mujer de la cual estoy enamorado.
– Y soy la esposa de tu mejor amigo. Mientras ambos estemos casados con distintas personas eso nos separará cada vez más.
– Tienes miedo de que todos sepan que nos amamos. Puedo dejar a Alexia si tú lo quieres, falta que tan solo me lo digas.
– Si sucede eso ellos podrían hacer algo al respecto. Piensa Nick, tu bebe apenas tiene dos años. Además, que pensará tu familia de mí.
– Alexia no me alejará de mi hija. Respecto a lo que piense mi familia de tí, me tiene sin cuidado. Podremos irnos juntos, lejos de todo y de todos.
– ¿Crees que te dejará así tan fácil si se entera que soy la que se interpone en su matrimonio? Ella está muy enamorada de tí.
– Tendrá que comprender que ese amor no es correspondido. Ya no estoy enamorado de ella.
–Piénsalo en frío, amor.
– Esta bien. Pero quiero que sepas que en algún momento tenemos que resolver esto. No quiero seguir escondiendo nuestro amor.
Laura se tomó unos minutos observando su teléfono celular. Ella sabía que la relación con su esposo no era lo que había sido años atrás. Desde que Eduard le presentó a uno de sus amigos en la universidad, supo desde ese momento que su vida cambiaría. Sin imaginar que tiempo después se convertirían en amantes.
– Perdona que tardé en responder. Me colgué pensando en esto.
– No te preocupes, de igual manera nadie sabe que tengo este teléfono.
– Perfecto amor.
– Extraño tenerte en mis brazos. Hace una semana que no estamos los dos solos.
– Yo también te extraño Nick. Eduard está dormido. ¿Qué te parece si nos juntamos en media hora?
–¿Será conveniente que salgas de tu casa sola a esta hora? Eduard podrá despertar y si no te encuentra no tienes ninguna excusa aceptable. ¿Qué te parece mañana al mediodía en la cabaña del bosque?
– Llevaré algo para almorzar frente al lago. Te amo Nick. Buenas noches.
– Yo te amo Laura. Esperaré ansioso que llegué mañana. Adiós.