Disulpen la demora de la actualización del capítulo, tuve algunos incovenientes pero aquí está el siguiente capítulo, espero lo disfruten, gracias por se parte de esta historia a la cual le quedan dos capítulos más para terminar.
Capítulo XVIII
Plan
Kantu tomó valor para ir a buscar a Adael y hablar con él, pero cuando fue a buscarlo su casa yacía deshabitada, ni él ni Jerath estaban en ella. Así sucesivamente fue yendo cada día a ver si él volvía pero todo seguía igual, la casa estaba vacía tan vacía como sentía ella su corazón. Derick no había intentado acercarse a ella por lo sucedido con Adael, Diana había estado débil después de curar a Ángel y haber realizado el ritual, se pegó a la reja que cercaba la casa de Adael pensando en dónde podría estar y si volvería algún día.
—¡Eres un estúpido idiota, Adael! —golpeó la reja—, ¡no importa donde estés, no cambiaré lo que siento! Tonto vampiro.
—Él volverá —una voz conocida habló tras ella—, lo más seguro es que solo quiera recuperar sus energías por completo y ver… a su padre.
—Derick —puso un gesto de incomodidad—, es de mala educación escuchar sentimientos ajenos.
—Perdón, no fue a propósito… veo que estás mejor —se acercó un poco sin verla, estaba protegido bajo las sombras de aquel bosque que rodeaba la propiedad.
—Qué bueno que al menos aparente eso, ¿qué haces aquí?
—Yo también vine a ver si Adael había regresado.
—¿Y eso por qué?… ¿Quieres atacarlo de nuevo? —preguntó con curiosidad acercándose más a él.
—No, y menos ahora que recuperó sus poderes… la verdad… es que era una forma de disculparme por lo que hice ese día y por haberte mentido —Derick se veía tranquilo—, ese día me di cuenta de lo diferente que eres y… —Ella no dejó que terminara de hablar pues sospechaba lo que diría.
—Sí, ya lo sé, otra vez me comparan con la tal Eris, no tengo idea de quién es, ni cómo es, yo me llamo Kantu y no me parezco a nadie, ¡a nadie! Y menos a esa mujer mentirosa —dijo con molestia.
—Lo sé, cuando me di cuenta de tus sentimientos por Adael al principio me sentí mal pero era algo que sospechaba hacía mucho desde que te conocí, por eso tenía miedo y te decía que aclararas tus sentimientos… Así que mentí para que no supieras la verdad de mi pasado y lo que hice, quería que me vieras diferente, no como el traidor que quiso poder y terminó condenado. —Kantu se acercó a Derick ya más calmada.
—Es cierto que me dolió mucho lo que pasó, sobre todo cuando pensé que habías matado a Adael, si lo hubieras hecho no creo que estaría hablando contigo. Derick, tengo un afecto especial por ti, no como tú quisieras pero hay un cariño especial, aparte no soy quien para juzgarte por tu pasado, todos tenemos algo que guardamos y nadie tiene por qué juzgarnos. De verdad espero que encuentres tu camino y logres olvidar ese pasado tormentoso, envidia y rencor que sientes por Adael, para que así puedas lograr aprovechar esta nueva vida que tienes, aunque no sea como humano —la joven expresó con sinceridad lo que sentía ante el sorprendido muchacho.
—Sé que sería mucho atrevimiento de mi parte pedirte esto… pero te pido perdón por lo que hice, espero que al menos me veas como un aliado y no como enemigo… si fuera posible… como un amigo que promete ayudarte a lograr tu amor con Adael.
—No puedo negarte el perdón, así que no te preocupes, ya te perdoné. Me gustaría que seamos amigos pero en cosas que tengan que ver con Adael… prefiero ser cuidadosa. Tu rencor hacia él es grande y no creo que en eso pueda ayudarte, es algo que solo tú podrías hacer —hizo una pausa—, de todas formas no sé si pueda verlo de nuevo… de seguro muchos estarán felices de que no vuelva a estar cerca —dijo con tristeza.
—Gracias, Kantu, haré que no te arrepientas de darme tu amistad y perdón, es verdad que aún tengo resentimiento hacia Adael pero si debo ganarme tu perdón buscándolo… lo haré —dijo serio.
—¿Qué pensabas hacer buscando a Adael si no ibas a atacarlo de nuevo?
—Pensaba avisarte cuando él volviera.
—Parece que no vendrá —Kantu bajó la mirada—, llevo días esperando.
—Volverá, no lo dudes… solo que esta vez no voy a mentirte, seré sincero contigo… podrían ser días, meses o… quizás años. —Ella sintió la punzada en el pecho nuevamente, ni siquiera Adael había escuchado lo que sentía por él y le decían que era posible que volviera en años, tal vez para entonces ella sería una anciana o lo más probable… es que ya no estaría más en este mundo, la sola idea la hería más.