Esta semana había sido muy aburrida.
No me habían requerido tanto tiempo en la disquera y el poco tiempo que había estado no me había encontrado con Oliver, Darien estaba fuera la mayor parte del tiempo desde que lo dejé comiendo solo en la cocina y ni siquiera tenía trabajo extra como pinturas o esas cosas.
Me había pasado tirada en mi sillón y cuando me cansaba me movía a la cama, me recuerdo a mí misma cuando hace meses no tenía empleo. No extrañaba para nada esta rutina.
Había tratado de alejarme de la computadora ya que cada vez que entraba me ponía a buscar información sobre Romina. No es algo sano pero mi curiosidad quiere saber todo.
Ni siquiera me había molestado en arreglarme hoy, me bañé, me volví a colocar mi pijama y me hice una coleta.
Alguien llamó a la puerta y me levanté de mala gana, no estoy de ánimos para recibir a nadie. Aunque es raro que alguien venga a verme.
Abrí y era Oliver.
Está bien, él si puede venir a verme cuando quiera.
— ¿Estabas ocupada?
—Digamos que estaba disfrutando de la compañía de mi cama—me hice a un lado para que pasara—. No es que no me guste verte pero, ¿qué haces aquí?
—Quería verte y estaba cerca.
Había querido verlo estos días, pero no sabía si debía darle su espacio por la aparición de su ex, así que me aguanté. Me alegra que él haya venido a verme.
Lo invité a sentarse conmigo en la sala. Era una suerte que no estuviera Darien por aquí o esto hubiera terminado en desastre.
Entablamos una conversación corta sobre como habíamos estado estos días y todo parecía bastante normal. Pero no podía evitar el pensar en lo suyo con Romina, así que busqué una forma sutil de traer su historia a colación cuando él me preguntó si había tenido mucho trabajo.
—No tanto, de hecho hasta me ha dado tiempo de ayudarle a Romina a adaptarse.
No era del todo mentira, ella me había pedido ayuda para ubicarse en la empresa ya que era de las únicas personas que conocía, no había sido desagradable pero luego ya no necesitó tanto de mi ayuda porque se llevó inmediato bien con todos y decidieron ayudarle.
—Qué bueno.
—Ella era todo un caso en bachiller, era súper bonita y amable con todos. Hasta conmigo y eso que no hablaba con nadie—no quiero soltar el tema de ella.
—Es de esperarse, siempre ha sido muy extrovertida—dijo fijando su vista en otro punto.
— ¿Seré muy metida si te pregunto por qué terminaron?—al diablo la discreción.
Si yo fuera hombre difícilmente dejaría ir a una mujer como Romina, todos los chicos querían andar con ella. No voy a negar que le tenía un poco de envidia... bueno no, más bien siempre me había hecho sentir inferior, pero tampoco era como que yo hacía muchos esfuerzos por destacar pero a eso no podría llamarle envidia.
Oliver se había quedado callado, de hecho yo ya iba a cambiar de tema para no incomodarlo pero decidió hablar.
—Queríamos cosas diferentes—me le quedé viendo, eso no explica nada—. Éramos una pareja demasiado seria, llevábamos cuatro años juntos y estaba muy seguro de que quería estar con ella por mucho tiempo más, solo que solo siendo una pareja, pero ella quería casarse.
Oh.
» Y sé que en su momento fui egoísta, pero yo no lo quería en ese entonces, yo necesitaba cumplir algunas metas solo y hacer más cosas y luego pensaría en casarme, a ella no le pareció porque decía que quería vivir esas cosas conmigo en ese momento. Romina fue comprensiva un tiempo, pero luego me ofrecieron colaborar con un trabajo en otro país, lo consulté con ella aunque ya había tomado la decisión pues solo serían dos meses y ella aceptó, pero solo si regresaba a casarme con ella después, y acepté.
» Yo pensé que podría hacerlo, que estaba listo. Pero el estar solo allá y el pensar que podría tener más oportunidades como esta en un futuro me hicieron retractarme; la empresa con la que colaboré me invitó a trabajar con ellos en distintas sedes lo cual implicaba moverme muy seguido por al menos un año, iba a tener un gran compromiso con Romina y no quería fallar a él desapareciendo por mucho tiempo, pero tampoco quería dejar mi nuevo sueño así que al volver a mi ciudad, rompí nuestro "compromiso", aunque nunca se concretó porque nunca le di un anillo.
No sé qué me sorprende más, su historia amorosa o el cómo ha trabajado por llegar adonde está, bueno en realidad lo admiro, se nota que es alguien trabajador que no se da por vencido.
—Obviamente ella me dejó, pero por alguna extraña razón no me sentí tan mal, sé que eso suena feo pues había estado con ella muchos años, no sé en qué momento había extrañado mi soledad, pero me di cuenta hasta que la volví a tener.
— ¿Entonces si te gusta viajar por qué estás establecido en la disquera?
—Estuve un año entero viajando, supe que necesitaba un breve descanso, así que cuando mi contrato acabó con la empresa les dije que me dieran unos meses para volver a renovar y ellos aceptaron, pero en esos meses que tuve libres, Francisco, a quién conozco desde la universidad, me dijo que necesitaban a alguien de relaciones públicas para que lo ayudara con una banda nueva para convencerlos de firmar con la disquera, me rogó que lo hiciera porque no encontraba a alguien competente para confiarle la tarea, así que acepté. Me enamoré de ese estilo de trabajo, me encantó trabajar para la disquera ya que también me asignaron otras tareas y aprendí mucho del representante de la primer banda, sin siquiera saberlo yo quería formar parte de eso pero como había dicho que era algo temporal entonces no era como tal un empleado. Aun así, desde ahí supe que tal vez podría quedarme un poco más sin viajar y tal vez me podría establecer si era ese tipo de trabajo.