Adela

CAPÍTULO 1: PROBLEMAS

No hay nada mejor que vivir en el año 2112, la tecnología ha mejorado, aunque aún no se ha cumplido esa fantasía de ciencia ficción sobre el futuro. Ustedes saben cómo esa película famosa de James Cameron «Terminator» o cualquier tipo de apocalipsis. El único fin del mundo está ocurriendo en este maldito momento donde no puedo dormir sin escuchar un ruido a las seis de la mañana.

Saben que más odio aparte de acostarme en la cama y ver como en un abrir y cerrar de ojos mi alarma suena. Si, lo que más detesto sucede por las mañanas; pero ojo con esto ya que es muy preocupante, me afecta a mí y a toda la cuadra. Son los miserables y fastidiosos ruidos de golpes, martillazos y la podadora de mi vecino, el señor Tomas un viejo de unos sesenta años, cabello lleno de canas y usa lentes de sol tapando sus ojeras, ya que se desvela viendo sus partidos de béisbol mientras toma cerveza, sus camisas cada día más ya no le quedan, pues tiene una gran panza.

―Ya sonó la alarma.

Se preguntarán quien interrumpe mis intentos de dormir, ya que anoche me desvelé realizando las tareas de matemáticas, y de ciencias. Si, esa es mi hermana menor Mia Tóner; nosotras estudiamos en la universidad de Leland Stanford Junior en california, estados unidos.

―Vamos Mía, déjame en paz ―le tiro una botella plástica con agua.

―Adela, no sé cómo eres la mejor de la uníversidad, tienes unos ánimos del demonio hoy ―me dijo riéndose alistándose lo más rápido posible.

―Sí, lo que tú digas ―le digo levantándome de la cama con pereza, pues no he tenido una buena noche.

Me baño como una prisionera o una militar, desayuno unos ricos huevos revueltos con café, bajo a la sala y en el sofá se encuentra esa mujer, la desconozco cada día más, saben cuándo pierdes a tu esposo lo más lógico sería pasar ese proceso doloroso con tus seres queridos y no con una botella de alcohol. Mi madre Frida Tóner tiene unos cincuenta años y con la reciente muerte de mi padre hace ocho meses en un accidente de tránsito no ha podido ser fuerte y darse cuenta de que aún hay personas como nosotras, sus hijas que la amamos mucho pero más bien se ha alejado.

―Ya terminaste…

―Sabes que odio que me apuren, Mia eres insoportable ―le digo desaliñando su cabello largo y de color negro.

Mi hermana es un poco popular en la universidad, pues aparte de ser porrista, también se ha desarrollado como cantante. Ha demostrado ser una persona muy artística y creativa. Creo que con apenas diecinueve años tendrá un gran futuro.

En cambio, yo.

Se preguntarán muchas cosas, pero sinceramente detesto mi vida, mi nombre es Adela Tóner, tengo veinticuatro años y sigo soltera, aunque eso nunca me importó en realidad; pero todo es un rollo repetitivo, estudio, dormir y otra vez… mi mayor sueño es pertenecer a…

―Que te apures, no sé por qué te quedas ida viendo a la nada ―me dijo encendiendo el carro volador color negro.

Debo decir algo antes de seguir, y es que adoro los carros voladores ya que puedes sentir mariposas en tu estomago cuando vas a toda velocidad o bajas para aterrizar.

Si.

Así empieza mi miserable día, con una odiosa y amorosa hermana, con los ruidos del señor Tomas, unos huevos revueltos y una madre alcohólica. No se puede pedir más en la vida, al bajar del auto pude notar como nos quedaban viendo, pero más a mi hermana.

―¿Qué sucede? ―le pregunto a Mia.

La volteo a ver de reojo.

―Es enserio…

―¡Qué diablos pasa Adela! ―me voltea a ver preocupada.

―Pues mírate, me gusta tu falda, se te olvidó que has crecido.

―Es lo único que tenía, lo demás está sucio ―me respondió tapándose las piernas con los cuadernos.

Algunos chicos sacaban sus teléfonos para tomar fotos mientras caminamos, otros en sus grupos de nerd, emos, roqueros y el grupo de las fresas sacaban sus carcajadas, sin embargo, siempre mantuve mi postura, aunque ya mi hermana caminaba ya como una atleta: toda rápida y en zancadas.

Caminamos hasta por fin llegar al aula, estudiamos ciencias y todo lo que esté relacionado con el desarrollo de inteligencia artificial como de maquinarias para las construcciones. Obviamente yo estoy en cuarto y ella en primer año. Este será mi último año y siempre desde un inicio he sido la mejor alumna, tal vez por eso creo que me he ganado varias envidiosas a lo largo de este tiempo. Una de ellas es Amelia Rodríguez, digamos que es la roquera del curso, usa mucho delineador en sus pestañas, el cabello largo y negro cubriendo casi toda su cara, y sin olvidar sus piercings en su nariz como en sus labios.

―Ya viene la maestra ―dijo una.

―Muy bien siéntense chicos y chicas, pónganse cómodos ya que les tengo una noticia ―dijo la profesora.

Ella es la profesora de ciencias robóticas, Bianca Ruiz es de piel blanca, cabello corto y castaño, ojos negros y algo que la caracteriza es que es muy carismática. Realmente de todas las materias esta es mi favorita.

―Saben muy bien, que amo todo lo que tenga que ver con la inteligencia artificial ―dijo ella.

» Desde pequeña siempre investigué de más, siempre me enfoqué más en esa área, desde la IA en videojuegos, como desarrolladoras que buscaban mejorar nuestra vida cotidiana, pero ninguna ha tenido tanto éxito en un trabajo tan largo de dos siglos. Si, jóvenes hablo de la (cooperativa robo náutica y desarrollo de Inteligencia artificial) o mejor dicho en sus siglas (C.R.D.I) hace poco tuve una conversación con uno de los ejecutivos…



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En el texto hay: apocalipsis, robots, accion amor

Editado: 21.08.2023

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