Capítulo 9
-Nina-
Estacionó su automóvil a un par de metros de la entrada a mi edificio. Bajamos, estando una vez sobre la acera, vislumbre el automóvil de Darrel, eché un vistazo a mi reloj de muñeca y aún no era la hora en la que pasarían por mí.
—¿Vas con retraso? —me preguntó Christofer al verme hacer aquello ya que le había comentado que es anoche saldría.
—no, quizás han llegado antes por alguna razón, —observé a Caden bajar del automóvil hacia nosotros.
Estaba con quien creía era Luca, y quizás ésta era mi oportunidad para demostrarles lo que tanto deseaba que ellos reconociesen. Levanté mi brazo saludándolo para captar su atención. Christofer se encontraba de espaldas a Caden apenas volteo sobre su hombro cuando me vio levantar mi mano a modo de saludo.
—Hola, —saludó pacíficamente —vine antes porque Darrel decidió que...—dijo Caden esta vez observando a Christofer que se volteaba hacia él. Fue entonces cuando el rostro de Caden se descompuso de una forma casi aterradora, tragó con dificultad, su respiración paso a ser afanosa e instintivamente me jaló por la muñeca separándome de Christofer de un solo tirón.
—Caden: ¿qué haces? —le susurré intentando soltarme, pero era imposible me sujetaba con demasiada fuerza, él permanecía estoico sin quitarle la mirada a Christofer, quizás estaba impactado y asustado, pero ¿por qué me alejaba de él?
Christofer ante su desmesurada reacción apretó su mandíbula, su mirada cambio de forma rotunda fulminándonos a los dos.
—¡aléjate de Nina! ¡Quien carajos seas, no quiero volver a verte por aquí!—dictaminó Caden luchando conmigo, de pronto todo se había tornado extraño, di un par de tirones y logré desenganchar sus dedos de mi brazo.
—¡Caden!—le recriminé dando manotazos para alejarlo de mi pues quería llevarme con él.
Su reacción desmedida me confundía turbándome volteó rápidamente hacia el automóvil ya que Darrel se encontraba dentro y parecía no haberse percatado de lo que ocurría pues estaba ensimismado hablando por su móvil.
—¡Darrel! —gritó llamándolo sin titubear.
Cuando Caden logró capturar nuevamente uno de mis brazos para jalarme hacia él gemí de dolor, fue ahí cuando Christofer sin mediar palabra quitó el brazo de Caden liberándome, pero sin antes darle un puñetazo para separarlo completamente de mí.
A lo que Caden le respondió golpeándolo logrando que Christofer estallara en cólera.
—¡Porqué carajo me golpeas! —vociferó Christofer preparándose para el siguiente ataque, corrí hacia Caden para detenerlo, pero él se zafó parecía sacado de sí mismo, me llevó tras su espalda.
—¡Nina! —me gritó aún sin dejar de empujarme hacia atrás, con total rapidez se giró hacia mi sobre todo cuando vio que Christofer se compuso para ir tras él—¡llevas contigo el regalo que te di en navidad!
¿Qué era lo que nos estaba ocurriendo?
— No lo sé, —balbucí temblando—Caden: ¿Por qué estás haciendo todo esto?—chillé casi con desesperación, él jaló mi bolso quitándomelo de un tirón, lo abrió y de un solo movimiento arrojó mis cosas a la acera encontrando la picana eléctrica que me había regalado poniéndomela entre las manos.
Apenas la tomé, Christofer ya lo había jalado por la ropa golpeándolo con fiereza mientas veía en el fondo a Darrel correr hacia nosotros con un bate de béisbol que saco de su automóvil.
Caden gimió adolorido tirado en el suelo. Mientras mis manos aferraban ese aparato.
Christofer se giró hacia mí, desencajado por toda la situación, comenzó a avanzar en mi dirección, estábamos a una corta distancia.
—¿tú también piensas lastimarme? —pronuncio, sus bellos ojos estaban eclipsados por un aborrecimiento que me espantó y su voz ronca me paralizó, trague con dificultad, observe a Caden que intentaba levantarse pues Christofer lo había golpeado muy duro.
—¡Nina!, ¡usa la jodida picana! —me gritó queriendo ponerse en pie, lucía mareado por el golpe.
Mientras Christofer ya estaba a un par de pasos de mí. Me encontraba confundida, apenas si podía ordenar mis pensamientos, y todo aquello que estaba ocurriendo, la picana centellaba entre mis manos, cuando Christofer estuvo frente a mí, aflojé mis dedos y mis brazos no avanzaron sobre él.
—¡vamos! ¡úsala contra mí! Al parecer algo le hice a ese idiota porque no dudo en golpearme—su expresión enfurecida laceraba todo con cada palabra que salía de su boca.
—yo no quiero hacer esto…ni siquiera sé porque estoy apuntándote a ti con esta cosa—farfullé soportando el sollozo que se anudaba en mi garganta con dolor.
—si me atacas, ¿qué crees que haría yo? —cuestionó con cierta malicia dando lentos pasos hacia mí.
—el Luca que conocí en el pasado…no me haría daño…—unas delgadas lagrimas se escurrieron por mis ojos
—eso ya no existe, no sé quién eres, no conozco al imbécil que acaba de golpearme, ni al que estará dentro de un rato corriendo hacia ti para salvaguardarte de mí.
Estiró su mano y con sus dedos capturó mi codo obligándome a que apunte a hacia él, levantó mis brazos hacia su altura.
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Editado: 28.10.2022