Yui
Mi mente se ha quedado en blanco después de mucho tiempo, aunque por mi cabeza rondan ciertas premoniciones a partir de una vida pasada.
A los pocos minutos, logro abrir los ojos, y lo que veo es una silueta de pelo rojo sobre mi, con unos intensos ojos verdes y una corbata al cuell... ¿¡Ayato!?
-¿Qué estás haciendo Ayato? - digo temblorosa.
Ayato
-Vaya, al fin despiertas, estaba asustado panqué.
-¿Enserio? - susurra.
-Pues claro, no podía quedarme sin disfrutar de esa deliciosa sangre, la única forma en la que estaría completamente satisfecho, sería dejando ese plano cuerpecito sin una gota de ese manjar, para nadie más.
-Ayato, no más, he estado muy débil últimamente porque ustedes no me dejan descansar lo suficiente, esta noche no por favor.
-Gruño- Ustedes? Es decir que los malditos de mis hermanos han seguido tomando de ti? Qué no entienden? Y tú también!, ya te dije que tu eres mía, no solamente tu sangre, sino tu cuerpo, hasta tu alma, así que más te vale cuidarte de esos idiotas -mientras me doy la vuelta.
No entiendo porque dije eso, es cierto que no quiero compartirla con ellos, pero a mi sólo me interesa su sangre... - digo para mi mismo.
Yui
-Ayato!
Muchas veces no comprendo su forma de comportarse, días como hoy se siente dueño de mi vida, y a veces pasan hasta semanas sin verlo, lo cierto es que al menos me he librado de sus colmillos por hoy.
Creo que lo mejor será irme a mi habitación, aquí ya hace frío y.. ¡Auch! - me quejo mientras agarro mi cabeza, y me doy cuenta que me he hecho un chichón al caer Ayato sobre mí. Eso me lleva a pensar en él de nuevo, y en mi pensamientos más lejanos, siento que es él único que tiene un poco de afecto por mi, sólo por el hecho de ser tan celoso, aunque eso signifique lo contrario.
Al caminar hacia mi habitación, estoy tan débil que de un tiempo acá, me dan pequeños mareos, cuando entonces topo con uno de los jarrones de la mesa, por suerte no había nadie, así que trato de subir rápidamente y lograr dormir un poco.
Ayato
He venido a lo más alto de la mansión, después de lo ocurrido con Yui, no quería ni sentir su olor ni presencia, desde pequeño he sido muy posesivo con todo lo que me ha gustado, y Yui no es exactamente una de esas cosas, es por eso que no entiendo mi forma de reaccionar cuando mis hermanos están cerca.
¡Ahhhhhh! Es que son unos imbéciles, pierden su tiempo con ella, si lo único que tiene de especial es su sangre, yo también soy un imbécil por permitir que ella interrumpa mis pensamientos.
No planeo darle más importancia, que hagan lo que quieran, al final ella nunca hace nada por defenderse de igual forma, y si aún así puedo obtener algo de ella, me conformo.
Con el hecho de saber que fui el primero que la marcó, me basta por un tiempo...
...
-Yui?
-Ah?
-Te he visto en la entrada de la casa, y haz roto uno de los jarrones de la mesa principal.
-Ehh...Perdón, yo..
-Ese jarrón tenía miles de años en esta casa, y tú sólo lo dejas botado sin más.
-Yo.. yo- no puedo decir nada cuando.. Alguien cubre mi boca y dice: No digas nada, aprovechando la calidez de tu cama, empieza a pagar...
Hola lectores.
Espero les estén gustando los capítulos, les agradecería mucho que me dieran una estrella<3
_Lina.