- Enseguida. "Mantén la calma, mantén la calma. Muy pronto no tendré que volver a verla ni a ella ni a Erick".
Todavía podía oírla murmurar mientras me daba la vuelta para dirigirme a la cocina.
- Como una muñeca sin vida. Para ser honesta, no sé que vio mi hijo en ti.
Para ser sincera, Yo tampoco lo sabía. Tal vez le gustaba mi estupidez, O tal vez le gustaba el hecho de poder salirse con la suya teniendo una aventura sin que yo me enterara.
Quería decirle que lo que quedaba en la mesa, el pescado a la plancha era el almuerzo, Pero tenían miedo de provocarla si lo hacía.
Así que preparé rápido una ensalada sencilla y omelette para acompañar.
- ¿Qué es todo esto?.
- El almuerzo.
El pescado asado a medio comer de Cristian había estado picoteado parecía fuera del lugar entre los demás platos de la mesa del comedor.
- ¿Crees que estoy ciega? Sé que es el almuerzo. - Espetó ella. - Te estoy preguntando qué es lo que cocinaste. No intentes cambiar el tema.
- Em... Esto es pescado a la plancha, ensalada y omelette...
Inés respondió.
- Mi hijo está trabajando hasta los huesos. No solo tiene que dirigir la empresa, sino que también tiene que ser el sostén de la familia. ¿Y esto es todo lo que le das de comer?.
"Sí, claro. Estoy seguro de que está trabajando así de duro para meterse en las bragas de alguna mujer".
Tomé asiento en la mesa del comedor, colgando la cabeza mientras dejaba que sus palabras entraran por un oído y saliera por el otro.
Mi estómago ya estaba refunfuñando en voz alta, mi paciencia se estaba agotando.
"¿Ya terminaste?".
- La próxima vez tienes que hacer una comida equilibrada y completa, con todo tipo de opciones para que él pueda elegir. ¿No sabes lo cansado que está mi hijo después de volver a casa del trabajo todo los días?.
" No, pero apuesto a que debe estar cansado de sus enganches diarios".
- Está bien. Haré un guisado de carne para él esta noche.
- Qué sinvergüenza. - Puso los ojos en blanco.
- Puede comer si quiere. Dijo que tenía hambre, ¿Verdad?. - Me ofrecí, manteniendo mi sonrisa educada a pesar de sentirme furiosa.
Después de todo, tenía que seguir actuando como una buena esposa antes de sacar el tema del divorcio con Erick. De este modo, tendría más tiempo para mí para arreglar mis propios asuntos. Me negaba a ser como otros divorciadas, que ni siquiera tenían dónde alojarse después de dejar la casa de su exmarido.
Dudaba bastante que Erick pagara algún tipo de pensión alimenticia si nos divorciéramos.
Mientras tanto, Inés parecía no saber qué hacer, tomando de mala gana el plato que le tendía.
Apenas había dado un mordico al pescado asado cuando su cara se ensombreció de repente, escupiendo el contenido de su boca.
Me quedé mirándola mientras se llevaba la mano a la boca y buscaba un vaso de agua, y luego volví a mirar el pescado a la sartén con confusión. "¿De verdad sabe tan mal?".
Corte un pequeño trozo hilo saboreé despacio en mi boca casi soltando una carcajada.
Por otro lado, Inés engullía de manera desesperada varios tragos de agua.
- ¿Qué le pusiste?. - Me gritó. Resistí el impulso de sonreír.
- Wasabi.
Toda la sangre se drenó de su cara.
- ¿Por qué le agregarías wasabi al pescado a la plancha?.
"Em.. ¿Cómo se supone que voy a explicar esto?". Iba a hacer sashimi, pero cambio de opinión a mitad de camino y terminé cocinando pescado a la plancha por accidente.
Después de todo, no podía decirle que esto había sido obra de Cristian.
Aunque estaba furiosa, no se atrevió a comer otro bocado de pescado. Se dedicó a picotear los otros platos durante un rato antes de inventar rápidamente una excusa para irse, como si tuvieran miedo de que le pidiera que se quedara a cenar.
"Todo se regresa".
Un minuto después de que Inés se fuera, Cristian me envió un mensaje.
Cristian
"¿Qué le parecieron mis habilidades culinarias?".
Me reí para mis adentros y escribir rápido una respuesta.
"Estaba bien. Aunque el sabor del wasabi puede haber sido demasiado fuerte".
Me contestó con un emoji sonriente al final del mensaje.
"Lo tendré en cuenta 😁".
Editado: 16.08.2024