Sensaciones: Amor

A mi no tan lejana adolescencia, período de sensaciones
enigmáticas y ensordecedoras, llenas de momentos
que quizás nunca llegue a entender.

Odas al Amor

Desfallezco

"(...) sé que si me encontrara otra vez junto a ella desfallecería de amor; pienso que no me importaría pensar que ha sido poseída por muchos hombres y que si me encontrara otra vez junto a ella, en esa misma sala azul, yo me arrodillaría en la alfombra y pondría la cabeza sobre su regazo, y por el júbilo de poseerla y amarla haría las cosas más ignominiosas y las cosas más dulces."

Roberto Arlt, El Juguete Rabioso

Y cada vez que
me encuentro junto a él
desfallezco de amor,
de pasión,
como la pasión que une
a la acción con el romance,
a la vida con la muerte;
 

Desfallezco,
y mi cuerpo se forja débil e indefenso
como el de un niño,
y mi corazón se torna tan puro
como el alma de un recién nacido.
 

Cada vez que sus ojos,
su sonrisa,
su suave piel,
se iluminan ante mí
la fuerza colma mis venas
y mis latidos compiten entre sí,
humedeciendo mi mente,
haciéndola voraz en cuanto a su presencia...
 

Su reflejo se vuelve a mis ojos
un sinónimo de promesa,
un júbilo de amor infinito;
al punto de abandonar mi vida
a la deshonra y al desgano
para estar a su lado,
para ampararlo en mi regazo
en momentos de oscuridad,
y para acompañarlo en su regocijo.

 

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Detener el tiempo

¡Si tan sólo pudiera detener el tiempo mientras dura su presencia! Podría quedarme una eternidad viendo su rostro, recordándolo por siempre. Acariciaría su pelo, y sostendría sus manos en las mías. Rosaría sus mejillas y besaría sus ojos. Contemplaría su cuerpo para no olvidarlo nunca. Acariciaría sus labios y les regalaría el más dulce beso. Escribiría poesías al aire y las guardaría en su mochila. Le sellaría mi amor con un abrazo y un beso en la frente, y susurraría a su oído "No me olvides jamás".

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Cada vez que te veo

Cada vez que veo tu rostro
En mi corazón nace un canto,
En mi alma un descanso.

Cada vez que veo tus ojos
Cuánto se iluminan los míos,
Tanto que son dos soles.

Cada vez que te sonríes
Conquistas mis emociones,
Mi sinfín miedo, mis temores.

Cada vez que te apareces
La alegría me consume,
La paz sale victoriosa.

Cada vez que me contemplas
Se colapsan mis sentidos,
Se interrumpen mis certezas.

Cada vez que te oigo hablar
Tus palabras se hacen canto,
Se conjugan con mi llanto.

Cada vez que estás conmigo,
Me derrito, me estremezco,
Me apaciguo y te contemplo;

Me enamoro, me detengo,
Simplemente, desvanezco.

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¿Adiós?

Extraño esos dulces momentos
Donde todo compartíamos,
Donde sólo estar juntos importaba
Y tu ausencia me era extraña.

Pero hoy todo cambió
La norma ahora es tu ausencia,
Y el dolor es lo que reina.

Tu voz en el teléfono,
Tus palabras en la pantalla,
Tu mente puesta en mí,
Es lo que más se extraña.

Ahora somos como extraños,
Desiguales, separados.
Y los que éramos, enamorados,
Este mundo ya dejaron.

Porque todo ha cambiado,
Y nosotros con eso.
Ya no estamos, ya no nos veo,
Nuestra voz se ha callado.

Tu obsesión, tu posesión
Tu mirar, tu seducción,
Que me llegaron al pecho
Como nunca nadie lo había hecho.

Nada te importaba más, ni a mí.
Y ahora tu voz en mi oído,
Y tu sonrisa al verme,
Se han desvanecido.

Al igual que aquella tarde
Que entre susurros de historias
En que me tendiste tu mano
Pidiéndome que estuviera a tu lado.

Sentir que te tengo por la mitad,
El desacuerdo en opinión,
En medida y razón.
Entramos en desacuerdo en el amor.

Es tiempo de decidir.
¿Adiós?