Adopcion De Amor

CAPITULO 21

Pamela estaba dolida porque Dean la estaba evitando verla; intentó ir a cenar de nuevo con él; Dean solo se excusó y le mandó flores. Su viaje estaba próximo, y eso la molestaba más. Sentía que si se iba lo perdería. Conocía a Dean perfectamente, o eso era lo que ella pensaba. Dean nunca se habría mostrado con ella realmente; los únicos que lo conocían eran sus dos amigos.

Karen se ha acostumbrado tan rápido a su nueva vida; pasó de no tener que comer a tener una infinidad de alimentos para hacer diferentes platillos. En su casa se bañaba con agua helada; solo a Mara y a Sean le calentaba, pero ella no se daba esos lujos; el gas estaba caro y muchas veces tenía que juntar unos troncos para poder hacer sus comidas, pero ahora eso no es problema porque con solo abrir la llave el agua sale sin problema. Hoy en la mañana se levantó más temprano de lo normal. Dean la había estado evitando, se iba muy temprano y llegaba muy tarde, y eso la abrumaba un poco. El beso de la otra noche fue un impulso de ambos, pero ella no se arrepentía.

—Buenos días, chicos —Karen saluda a los guardaespaldas que están afuera; el auto de Dean no está, pero sus guardaespaldas sí.

—¿Dónde está Dean? —preguntó.

—Se ha ido con Carlos, señorita. —Gus, uno de los guardaespaldas contesta.

—¿A dónde? —pregunta.

—No lo sabemos, solo Carlos lo acompaña.

Karen vuelve adentro pensativa: ¿A dónde irá Dean? y ¿por qué no lleva a todo su equipo de seguridad? Su imaginación piensa lo peor; tal vez se vea con Pamela o con otras mujeres. Dean es un hombre muy guapo; ahora se siente una tonta; ella no tiene nada especial; nunca se podría comparar con Pamela, ni siquiera con las hermosas hermanas de Jackson.

Apachurrada del corazón, decidió mejor irse a la cama. Quería hacerle desayuno a Dean, pero si él ya no estaba en la casa era mejor que volviera a dormir. Sean se levantaba tarde, y aprovecharía para descansar un poco más.

Dean no tenía fuerzas para manejar; ese hombre le removió su pasado. El hombre que ayudó a su madre a traerlo al mundo se había sentado junto a él. Dean tenía preguntas, pero el hombre no se detuvo; siguió caminando con su nieta.

—Señor, ¿lo llevo a la oficina?

Dean no contestó, pero Carlos volvió a preguntar. Carlos conocía bien a Dean. Sabía que el encuentro con ese hombre le había causado un efecto; no sabía de qué habían hablado porque respetaba la privacidad de su jefe. Si no corría peligro, no tenía que estar tan cerca.

—Llévame a casa por favor.

—Si señor

La ciudad está despertando; el sol está en todo su esplendor, aunque algunas luces navideñas están encendidas. Dean nunca fue participe de las festividades; pasaba esas fechas con la familia de Fernanda; compraba regalos porque sabía que ellos lo harían para él. Esta es la primera Navidad que pasarían solos Fernanda y él. Tampoco le gustaba poner pino navideño y nada de decoración en su casa, pero esta vez no solo estaba pensando en él.

—Carlos, llévame a un vivero. Necesito comprar un pino de Navidad.

—¿Un pino navideño? —no puedo evitar preguntar; llevaba años trabajando para él y nunca ha tenido nada que haga referencia a las festividades navideñas.

—A Sean le encantará tener un pino navideño; también iremos a comprar luces y decoraciones. Mejor vayamos a casa, Karen y Sean deberían escoger todo.

Carlos sonrió. Siempre le había caído muy bien su jefe, pero desde que Sean y Karen llegaron a su vida, es otro hombre y eso a él le agradaba.

—Mi hija hace unas esferas personalizadas muy bonitas; la pinta a mano; si gusta puedo pedirle fotos y las puede ver sin compromiso.

—Por supuesto, mándamelas y se las enseñaré a Karen.

—Si señor, lo haré.

Para sorpresa de Dean, la casa estaba en total silencio. Miró la hora; apenas eran las nueve y media de la mañana. Karen siempre estaba despierta a esta hora. Subió las escaleras; su recámara estaba abierta; él creía recordar que cerró antes de irse. Se acerca a la habitación de Karen y Sean; la puerta está semiabierta; la abre un poco más; no quiere asustarlos. Dean estaba en su cama dormido, pero Karen no estaba en su cama. Pensó que estaba en el baño; entró con mucho cuidado; en el baño no encontró nada. ¿Dónde estaba Karen? No salió porque sus guardaespaldas le habrían avisado y el coche que estaba a disposición de ellos estaba estacionado. Y lo más importante, ella jamás se iría sin Sean; no lo dejaría solo.

Toma su celular, la llamaría para preguntarle donde está; camina a su cuarto cuando le da al botón de llamar; la mira, está en su cama, una mujer está en su cama; eso jamás había pasado, nunca jamás se ha acostado con una mujer en su cama. Cuando tenía su departamento, usaba la otra habitación; la de él era sagrada y hoy Karen es la primera mujer en romper las reglas de Dean.

Dean en otro momento de su vida se hubiera molestado, despertado a la mujer de malos modos y correrla de su casa, pero por razones obvias a Dean no le molestó encontrarla invadiendo su privacidad. Se acerca con mucho cuidado, no quiere despertarla, se quita los zapatos, sube a la cama, se acuesta al lado. Su calor le da confort; su aroma a vainilla de la paz lo lleva a pensar en que puede ser feliz y dejar sus demonios afuera.

—Un mes —susurra para sí mismo.

Podría darse un mes de tregua. Tal vez su psiquiatra tiene razón y solo debe darse una oportunidad.

Se dejó llevar como el día que le dio el beso, cerró los ojos y se obligó a no pensar en nada, se abrazó a ella, Karen sintió sus brazos al alrededor de su cintura, abrió los ojos aturdida, Dean estaba aquí y la descubrió no solo en su recámara, sino en su cama.

—Lo siento— intentó levantarse, pero Dean no se lo permitió; al contrario, la atrajo más a él.

—Yo lo siento, siento estar evitándote estos días, tenía miedo. —A Dean no le costaba trabajo abrirse con Karen; estaba consciente que ya le ha dicho cosas que a nadie más se las diría no así de fácil, y eso también le daba miedo.



#1569 en Novela romántica
#573 en Chick lit

En el texto hay: parejas, adopcion, amor

Editado: 20.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.