(Géminis)
03-01-2015
Un ruido fuerte entra en mi cuarto. Rápido salgo de mi cama, sí de mi cama; puede que suene extraño, pero el día de ayer, cuando fui a dormir por la noche, noté que en mi habitación había tres camas con sábanas, mantas, una almohada e incluso con ropa de dormir bajo. Recuerdo que me sentí extrañado y alegre al mismo tiempo. Mas cuando me recosté sentí que mil piedras se encontraban bajo mi espalda. Si no me equivoco, tardé una hora en conciliar el sueño. Bueno, ya tenía hambre; se me apetecía ir a la cocina para ver si había algo para comer.
Me levanto de mi camada, entre tanto desastre comienzo a buscar el único par de zapatos que tengo. Por el piso, aparte de mugre, estaban tiradas las sabanas de Aries y Tauro; signos con los que comparto cuarto. La verdad los dos, hasta el momento, me aparecen agradables. Aunque por un lado, a veces Aries se pone ruidoso y habla un montón de disparates mexicanos. Y bueno Tauro, se ve que ella es un tanto vaga, digo; ayer pasó buena parte del día durmiendo.
Viendo que no encuentro mis calzados, decido agacharme. Al instante coloco una mirada de asco. Debajo de los catres había ropa, sí ropa. Me quedo impresionado y a la vez me pregunto ¿cómo diablos está sucediendo todo esto? Las camas, la ropa. Debe de existir una explicación coherente, pienso divisando mis zapatos bajo el catre de Tauro.
Los tomo. Salgo de la habitación a toda prisa. Paso por los pasillos y la sala empedernido. Apenas entro a la cocina, encuentro que esta tiene una mesa de madera grande con forma ovalada, doce sillas iguales y por supuesto Aries y Acuario sentados en dos de ellas. Mientras Tauro y Libra se encuentran afanosas lo que podría ser quizás “la nueva vajilla compuesta por tazas y otras cosas de cocina”
De manera disimulada me siento, noto que sobre la mesa hay un pan. Me lo llevo a la boca notando su dureza al morderlo con mis dientes.
—A ver pinche Acuario ¿cómo puede explicar tu ciencia que en esta mañana, en la cocina hayamos encontrado una mesa de madera fina, sillas y muchas cosas nuevas en este lugar tan extraño? —le escucho decir al de cabellos rojos al ojos grises.
— ¡Entropía! ¡Todo es culpa de la entropía! Si piensas que meteré a alguna divinidad en esto, pues te encuentras equivocado. Para todo hay una explicación científica, incluso para esos esos supuestos “milagros” —habla Acuario enojado.
—Ya, ya. Me pregunto que sigue que encontremos en esta extraña casa ¿dinero? ¿Conexión a internet? ¿Toallas? ¿Papel higiénico? ¿A la virgencita de Guadalupe? ¿Extraterrestres?
—Los extraterrestres NO existen, Aries. Son una mera suposición hecha por conspiracionistas que pueden ser tan fanáticos como los religiosos.
—Ya pinche “ateo” Yo mejor me largo que necesito darme una ducha.
—Que ducha ni que ducha, la concha de la lora —gruñe Libra—. Ustedes dos nos ayudarán a acomodar todos estos vasos, cubiertos y platos en las estanterías ¿verdad Tauro?
—Sí. Todavía ni terminamos de lavarlos con este extraño detergente que te deja las manitas suaves como terciopelo, pero de igual manera nos colaborarán —replica la chica chaparra de ojos azules y cabello rubio.
En cuanto a mí, le brindo un último mordisco a mi desayuno. De forma instantánea me retiro de la cocina con tal de no caer en las mismas que Aries y Acuario. Sintiendo curiosidad voy hacia la sala. Es ahí cuando encuentro que el metalero satánico de Escorpio, se encuentra en compañía de Sagitario intentando colocar ¿la tv nueva?
Por no se cuanta ocasión quedó pasmado, primero la ropa; la cocina y ahora ¿una televisión? En verdad estoy comenzando a creer que sí me encuentro en un universo loco, loquísimo en verdad. Digo, este tipo de sucesos son tan irreales y difíciles de creer, que a una persona cualquiera le haría perder la cabeza.
Doy un suspiro, camino un rato viendo que en la pared derecha de la sala se encuentra colgado un peculiar calendario. Me dirijo hacia él y veo que tiene chicas en poca ropa de tema principal.
—Oye que rico, chicas sexys y tatuadas —digo un tanto excitado— Veamos si en este universo los meses son iguales —hablo empezando a hojear—. Enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. ¿Eh? ¿Son los mismos meses que había en mi universo original? ¡Encima, según este calendario; estamos en el año 2015! —acabo de sorprenderme.
—Géminis, weon cuatico. Por favor cállate ¿no ves que el fome de Sagitario y yo estamos intentando instalar esta tele que parece de medio uso? —me reclama Escorpio con una cara de enojo. Podía notar la furia en sus ojos negros.
— ¿Qué dijiste? Perdón, buenos días Escorpio; y buenos días también a Sagitario ¿todo está bien? —pregunto apartándome del calendario.
— ¡No!
—Por favor Escorpio, no seas tan duro con el pobre Géminis. A lo mejor él quiso venir a ayudarnos con este chollo de cables y enchufes —me defiende Sagitario.