En casa.

Punto de vista de Vanko.

Desperté en mí cama está mañana con el brazo vendado, moví mis dedos para notar que el dolor estaba desapareciendo. La magia de curación de la tía Dahlia sumado a los ungüentos de mí madre, son una combinación excelente.

Mí padre estaba de alguna manera intentando explicarle a mamá lo que había sucedido, por supuesto que omitió muchas partes para evitar preocuparla más de lo necesario. Jamás la había visto tan preocupada y no es para menos. No puedo imaginar la preocupación que habrá tenido al verme inconsciente y con un brazo destrozado.

–¡Hijo, por fin despiertas!. ¿Cómo te sientes?.–

"Si me preguntas, no es mí mejor día".

–¿Qué fue lo que te paso? ¿Cómo terminaste de esa manera?.–

"Eso depende ¿Cuál fue la versión que te contó papá?".

–El dijo que tuvieron una pelea con unos ladrones, pero presiento que no me contó toda la verdad.–

"Bueno, digamos que no estuvo tan lejos de la verdad".

–Eso significa que tú tampoco me contarás lo que realmente sucedió.–

"Yo jamás le mentiría a mí madre. Por cierto, ¿que hay de comer?".

Mí madre agachó la cabeza rendida al notar qué cambié de tema. No pude evitar tomarme la situación con algo de humor.

Todavía me encuentro muy débil, apenas puedo moverme, creo que es buen momento para poner a prueba uno de mis nuevos poderes.

Me concentré para activar el emblema que adquirí cómo regalo de parte del aumentador que nos atacó. Este parece ideal para situaciones como esta, otorgando la habilidad de absorber un poco de la fuerza de quienes estén cerca, puedo reponerme de inmediato.

El emblema libera un aura que se dibuja a mí alrededor en forma de torbellino, iniciando desde mi cuerpo y expandiéndose unos cinco pasos. Su alcance es muy limitado, apenas pude absorber algo de poder de mí madre. Supongo que tengo que entrenar para elevar su fuerza de absorción y su alcance.

Lo mejor de esta habilidad es que parece ser invisible a los ojos ajenos, eso lo vuelve muy práctico. Mis oponentes se sentirán débiles y no sabrán qué les está pasando. Pero los conocimientos de Ael me advierten de este tipo de emblemas, parece que tiene muchas limitaciones.

La primera es la que mencionó el aumentador, no puedo seleccionar a quien le robo poder, el emblema lo absorbe de todo lo que esté a mí alcance, no hace diferencia de aliados o enemigos. La segunda, tiene que ver conmigo, no puedo robar más poder del que mí cuerpo puede soportar, eso es más que claro.

Por último, la más grave de todas. Ael la nombra "el mal de ahogado". En el ejemplo que me da, se trata de una persona que al estar hundiéndose en el agua se aferra a su amigo, haciendo que se ahogue junto con él.

Técnicamente hablando, si me encuentro en una situación peligrosa, podría terminar absorbiendo la energía vital de quién esté cerca mío hasta el punto de matarlo. La desesperación por querer salvar mí vida podría hacer que arrastre a otros conmigo.

Este emblema podría ser una verdadera maldición si no lo uso con cautela. Incluso podría terminar matando a quien esté intentando salvar.

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Habiendo absorbido algo de poder ya me siento con fuerza suficiente para levantarme de la cama. Mí padre aún no despierta, quedó exhausto después de la batalla, por lo que también necesitó algo de las pociones de mí madre para reponer fuerzas.

"Supongo que entre todo lo ocurrido papá no habrá tenido tiempo de contarte cómo me fue en los exámenes".

–Si, es verdad, solo presumió lo fuerte que era su hijo durante algunas horas y algo de un dragón gigante al cual hiciste volar en pedazos. Tuve que darle una infusión con unas gotas de un poderoso relajante, para que por fin se durmiera.–

"Cuando terminó mí examen, varias familias se ofrecieron a patrocinar mis estudios, pero el maestro Cerberus consideró que dado mí potencial, era mejor si buscaba patrocinio en el evento que se celebrará en los próximos días".

–A ese evento van muchos miembros de las más altas familias, es una oportunidad única. Además tu padre mencionó algo de una niña elfa que te invito a estar en un palco con su familia. Parece que ella es miembro de una familia muy importante que se estaba hospedando temporalmente en la ciudad a la espera de la Cumbre de las Naciones.–

"Por esa misma razón debo empezar a prepararme. He aprendido algunas técnicas nuevas y quiero ponerlas en práctica cuánto antes".

–Apenas empiezas a recuperarte de tus heridas y ya quieres empezar a entrenar nuevamente, te pareces mucho a tu padre. Cuando éramos jóvenes siempre lo acompañaba a sus entrenamientos, siempre terminaba agotado y lleno de heridas en todo su cuerpo. Para serte sincera, él fue la razón por la que decidí estudiar pociones mágicas de curación.–

"¿En serio? Jamás lo había pensado, pero tiene su lógica".

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A pesar de la negativa de mí madre, me dirijo al cuarto de entrenamiento que mí padre preparó en un apartado de la casa. En él tiene varios equipos de entrenamiento, tanto para el uso de la magia, como para el entrenamiento en artes marciales.