Julia.
En el camino del bar al departamento, Adam se durmió. Está destrozado. No lo conozco tanto para saber cuando realmente esta mal, pero se siente desde lejos el sufrimiento.
- ¿Avisaron a Mía? -Preguntó Bruno. Rompiendo el hielo. Negué.
- Estoy hablando con ella. -Espetó Eithan. ¿Cuándo se dieron los números estos dos? ¿Y por qué me debe de importar?
A Mía le gustan las mujeres, tranquilízate fiera.
No pienso contestar ante eso.
¿Estás segura? No sentirás una sospecha, por un mini segundo, de que Eithan y Mía estén coqueteando.
Absolutamente no.
Si, si, si, seguí mintiendo. Recuerdas que estoy en tu cabeza, ¿No?
Cállate.
- Julia. – Preguntó Bruno, mirándome por el espejo retrovisor.
- ¿Sí? -Pregunté, como si estuviera escuchando lo que me dice.
- ¿Vos que decís? ¿Si o no? -Me pregunta. ¿Qué había dicho? Mierda.
- Obvio que sí. -Dije, insegura. Vi como ensanchaba la sonrisa, y empezó a festejar. Me reí por obligación, haciendo que Eithan se volteé a verme. Me mira como si supiera que no escuché ni la mitad de las cosas que me dijo Bruno. Me limité a sonreírle, el soltó un largo suspiro.
Ay Julita, presta atención más a menudo.
Eithan.
No escuchó absolutamente nada. Esta en su nube desde que salimos del bar y hablo con Adam. Que este está dormido. Estará cansado, y borracho también, pero de seguro, escucho mejor que Julia.
La idea es esta. Vamos todos a nuestro departamento, hablamos y después cada uno a su respectiva cama, a dormir.
Desbloqueé el celular. Tengo que avisarles que estamos todos bien. De igual manera, hablé con Mía, contando como vamos durante todo el trayecto. Me cae bien.
Para: Fran
De: Eithan.
Estamos yendo. Adam duerme, Bruno maneja, Julia en su nube y yo nada. Avísale a los demás.
22:43
De: Fran
Anda con Julia en su nube, capaz que ahí logras coquetearle;)
Para: Fran
Ja, ja, ja, mira cómo me río
De: Fran
Te reís de la misma manera que cuando Bruno la agarró de la cintura.
Solté una risa, provocando que tanto Bruno como Julia, me miraron.
- ¿Tenemos un enamorado? -Preguntó Bruno. No pienso responder eso, lo cual me limité solamente, a negar. Aunque seguía sintiendo una mirada más. Volteé mirando a Bruno, y es ella. Ella me sigue mirando.
- Los chicos no están esperando. – Dije, para cortar este ambiente que no me gusta en lo absoluto. Julia soltó una risa sarcástica. Me volteé a verla. Marrón contra Negro. Ninguno de los dos baja la mirada, y eso me atrae aún más la atención. Sus labios se levantan y bajo la mirada hacia ellos, algo va a decir. Hasta que un ruido, que viene del lado derecho, parecido a una morsa pariendo, ósea Adam, se levanta.
- ¿Todavía no llegamos? -Preguntó adormilado.
- En realidad, recién llegamos. -Pronunció Bruno. Hemos llegado a la dulce morada. Bruno salió rápido del auto, lo miré con el ceño fruncido, hasta que me di cuenta de que está haciendo. Le abre la puerta a Julia. – Vamos, damisela. – Espetó, haciendo que ella se ría. Quiero que se ría así conmigo.
- Gracias, señor. – Dijo dulcemente, extendiendo su mano para que Bruno la tome.
- Sé que quieres seguir viendo, pero tengo que ir al baño y queda raro que te les quedes viendo. – Susurró Adam. Asentí y salimos del auto. Tiene razón, no debo por que estar ahí. Son cosas de ellos. ¿Por qué no me gusta que se le acerquen a ella? Ni que me gustara.
Subimos con Adam hasta el piso. Adentro, al recibirnos, están todos, menos el chico que saludo a Julia en la mañana.
- ¡Adam! -Tanto Dante como Mía, se abalanzaron sobre él. Fran y Gero se acercaron despacio, me miraron y les hice una seña de que Adam no está en sus cabales, está borracho.
- No se te ocurra hacer esto nunca más. -Le dijo, furiosa, Mía, apuntándolo con el dedo. Esté soltó una risa sin humor. - ¿Qué es tan gracioso? – Espetó, aún más enojada. Adam levantó la mirada, y yo conozco esa mirada. Esta enojado.
- Nada. -Dijo y se fue a su habitación, pasando por al lado de ella sin mirarla. Ella lo siguió con la mirada enojada. Fran se acercó y le puso la mano en el hombro.
- No te gastes, está borracho. – Le dijo y ella volteó a verlo. – Aunque le digas de todo, no te va a escuchar. – Espetó Fran.
- Es verdad. -Dije y sus ojos se clavaron en mí. Los tiene cristalizados, está a punto de llorar. Le hice señas a Fran para que la abrace, lo necesita. Pero antes de que pudiéramos hacer algo, ella se giró y se fue a la cocina.
Escuché risas provenientes del pasillo, dando paso a Julia y Bruno. Al ver la situación en la que estábamos, me miro en busca de respuesta.
- Adam y Mía tuvieron una charla, corta pero cortante. -Dije escogiéndome de hombros. – Él se fue a su habitación, y ella... - Me volteé a verla, seguía ahí, limpiando un vaso, y cada tanto se lleva el borde de la campera hacia sus ojos. Está llorando. – Está en la cocina, deberías ir a verla. -Le dije y ella asintió rápido. Paso por al lado mío. Antes de irse, me agarro la mano. Me sorprendí por el acto.
- Vos deberías de ir a ver a Adam. -Dijo susurrando. Hice una mueca, ella volteó los ojos. -Oh vamos, ¿Qué tan difícil puede ser? -Dijo soltándome, solté un gruñido.
- No es tan fácil. -Dije, sosteniéndole la mirada.
- Si es fácil, es hablar. – Dijo, cruzándose de brazos. Enarqué una ceja.
- Si estás tan segura, anda y hazlo. -Dije. Ella no dijo ninguna palabra, solo se dio vuelta y se fue a la habitación de Adam. Quiero tener esa capacidad de hacer cosas sin pensar. Sin tener ese miedo al fracaso. Vivís más libre en ese sentido.