Afrodita

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Maldigo el día en que decidí poner un tono de alarma tan escandaloso como el de una sirena de ambulancia, siquiera recuerdo el motivo por el cual lo puse.

En fin, presiento que hoy será un día lleno de éxitos y oportunidades, me siento de maravilla e intentaré aprovecharlo al máximo.

Y esas son las típicas palabras de una mujer que se levanta con un pie en la cama y otro fuera, que su cabello parece la melena de un león y con las sábanas enredadas en el cuello, creo que debería intentar no dormir tan mal y liberarme un poco del estrés, ir a un bar sería una de las mejores opciones, incluso podría llamar a Briseida y pagarle un viaje hasta acá, ya siento que la extraño mucho, sus ocurrencias me dejan una sonrisa que dura meses.

Como todas mis mañanas, comencé a desvestirme para darme un baño de agua caliente y deshacerme de la jaqueca que me invade cada que despierto todos los días desde hace unos meses, y es justificable debido a la presión constante en mi trabajo, no es nada fácil dirigir una empresa -si me lo preguntan -obvio adoro mi trabajo y todo lo que hago, pero no hace daño a nadie tomarse un descanso cada que se necesite.

Terminé de bañarme y estilizar un poco mi cabello para que no me quitara más tiempo del necesario, aunque a decir verdad, mi cabello normalmente no suele ser un problema, hay muchas ventajas cuando tienes cabellera lacia.

Hoy decidí arreglarme un poco más después de tanto tiempo sin hacerlo, la empresa últimamente me estaba quitando un poco de tiempo para mí misma, y hace años que me prometí nunca ser una señora medio pelona y gruñona.

Hice unos pequeños rizos en las puntas de mi cabello, me coloqué una falda beige semi-cuero que se ajustaba perfectamente desde mi cintura hasta mis caderas, una camisa de tirantes de color salmón con una chaqueta beige que llegaba hasta los codos y, finalmente, unos tacones salmón un poco altos, lo suficiente como para un día en el trabajo.

Tomé mi teléfono y empecé a revisar y contestar mensajes que, a diario, dejaban en mis correos y vía SMS, para cualquier persona esto podía llegar a ser bastante agotador y rutinario, pero luego de un tiempo te acostumbras. También tomé mi bolso y algunos accesorios para ponérmelos en el camino.

Bajé las escaleras y, como es costumbre, mi desayuno ya estaba servido, sólo que esta vez no se encontraba la señora que normalmente me recibía en las mañanas, pero en ese momento no le di mucha importancia, me quedaban unos pocos minutos para desayunar y llamar al chófer, así que decidí comer velozmente y a la vez llamar.

Me levanté de la mesa tomando unas servilletas para limpiar algunos restos de comida que se encontraban alrededor de mi boca -y algunas migajas en mis mejillas - sí, puedo llegar a comer como un bebé sin siquiera darme cuenta.

Salí de la casa cerrando la puerta principal a mis espaldas, el chófer abrió la puerta del auto y me dispuse a entrar y concentrarme en papeles que había dejado el día anterior en el auto.

El sonido de una notificación de mi celular me sacó de mi concentración, lo tomé y entré en mensajes de texto, vacilé un poco al percatarme de que era un número desconocido, ya que normalmente no doy mi número a personas desconocidas y es poco común que me suceda esto, aún así, decidí abrir el mensaje.

-Buenos días, Mercy. Espero que esté teniendo una buena mañana. La razón por la que le escribo es para informarle que tengo una hora en su empresa a la espera de su llegada, supongo que la puntualidad no entra en su lista de qué haceres. En fin, le pido que, por favor, se apresure un poco. Tengo un trato muy bueno para usted.

Att: Damian Coleman.

¿¡Qué carajos hacía Damian a primera hora de la mañana en la empresa!? ¿y cómo es que había conseguido mi número personal? Se supone que la hora a la que normalmente mi personal de trabajo entra es a las ocho de la mañana, al igual que mi horario. Ni siquiera conozco a éste tipo y ya me causaba cierto nivel de irritación y, aparentemente, él se estaba tomando la tarea de sacarme de mis casillas, y no sólo eso, también parecía tomarse muy en serio la puntualidad, porque oigan, ni siquiera estaba en su país y venía a darme órdenes en mi empresa, mi propio lugar, y si creía que lo estaba consiguiendo, alguien se encontraba muy, muy equivocado.

Todo mi buen humor desvaneció en ese momento, intenté volver a concentrarme en los documentos frente a mí, pero me fue prácticamente imposible.

Y, sin darme cuenta, ya estábamos afuera del lugar. Empecé a tomar mis cosas y el chófer abrió la puerta del auto, salí y me dirige hacia la recepción, pregunté si era cierto que Damian ya se encontraba allí, y para mi pésima suerte, él no me mentía, realmente estaba en la sala de espera de mi oficina esperando a mi llegada.

Cuando me dijo que tenía un buen negocio para mí, me dejó con un poco de inquietud, ¿qué era tan importante como para llegar a esas horas de la mañana? Seguramente iba a dar un poco de descuento a cambio de una remodelación completa, y la idea no me parecía tan descabellada. También podría ser que quería asociarse a la empresa y sacar más dinero para los dos, más ganancias, clientes, empresarios importantes, mercancía. Aunque pensé en todas las posibles razones por las que él se encontraba allí, no me entraba a la cabeza el porqué, lo más probable era que yo estaba siendo un poco paranoica y quizás Damian sólo era una persona bastante puntual y organizada. Por los momentos era mejor mantener esa idea para no volver a perderme en mis pensamientos y no tener los pies sobre la tierra.

Ya me encontraba en el ascensor para llegar a mi oficina, terminé de guardar unos documentos en mi carpeta y la puerta se abrió. Salí de allí y me dirige hacia el escritorio de Rebecca.

-Buenos días, Rebecca, espero que estés teniendo una buena mañana. Aquí traje unos documentos para que, por favor, los revises por mí y luego me los entregues sellados y verificados. Lo haría yo para quitarte trabajo, pero hoy tendré un día ajetreado, espero me disculpes -realmente me sentía apenada, a pesar de que su gesto fue muy comprensivo y amable.



#7900 en Joven Adulto

En el texto hay: misterio, sexo, sexo dinero amor

Editado: 12.10.2020

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