Después de un mes lleno de peleas entre mamá y papá, miradas asesinas por parte de mí hermano mayor hacia mi padre y momentos bastante solitarios en el que solo compartíamos mi hermanito y yo.
Parte del poco tiempo que pasaban con nosotros ni siquiera nos tomaban en cuenta, absolutamente nada era igual, y todo eso se fue reflejando poco a poco en nuestro comportamiento, aunque, como el cambio fue mínimo en ese tiempo nadie se percataba de aquello, sencillamente lo pasaban por alto.
Pasaban, pasaban y pasaban los días y todo iba de mal en peor, tal vez uno como niño tiene un corazón tan puro sin mancha, que aun en medio de todo ese caos, siente que todo va a mejorar.......................esperanza, anhelo de que todo va a volver a ser como antes y eso era lo que sentía, aunque, los gritos y malas miradas no cesaban, pero a veces uno tiene expectativas que no llegan a concretarse.
La frase: “después de la tormenta viene la calma”, pues, en este caso fue al revés. La noche estaba despejada, demasiado tranquila. Justo a la hora de la cena llego papá en compañía de mi hermano mayor, mamá sirvió a todos la cena como solía hacerlo, después fuimos al cuarto mi hermano menor y yo a dormir porque los grandes tenían que hablar dijeron, fue la primera noche en las que pude cerrar los ojos con tranquilidad, con la esperanza que todo va a estar bien a la mañana siguiente.
Que equivocada estaba.
Un ruido en la madrugada nos despertó, corrí hacia la sala de donde venía el ruido y lo que vi no me gusto. Papá estaba intentando saltar por la ventana al exterior y cuando lo vimos, a la única que vio fue a mi mamá diciéndole que quería irse, ella tomo las llaves de la casa y abrió la puerta principal, le dio paso, hasta ese momento me di cuenta que el tomo una maleta y salió.
Ver al hombre que uno considera su primer amor, su héroe, su todo, irse sin siquiera mirar atrás con una maleta en mano, me desato un dolor tan grande y agudo en el pecho que la única manera con la que conseguí sacar todo eso fue diciendo - ¡hey! Nunca más vuelva, no lo quiero volver a ver- al momento de decirlo pensé que tal vez el regresaría, me abrazaría, me consolaría, pero lo único que conseguí a cambio fue una última mirada, y se marchó.
Todo mi mundo se derrumbó por completo, una de las personas que más he amado nos falló, nos abandonó sin el más mínimo remordimiento, ese fue un golpe bajo, tan doloroso, el dolor tan grande y agudo que sentí en ese instante sigue intacto tal cual como aquel día en que todo cambio.
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Editado: 01.09.2019