Manarola, Liguri, Italia.
En aquel pueblo, italiano. Se esconde ella, después de ese día solo arreglo algunas cosas, para poder huir. Quería ser libre y allí lo era.
Ella se encontraba ahora a orillas del mar mirando, el movimiento de las olas que van y vienen. La mujer tenía en su mano su celular, esperaba desde hace rato la llamada de su mejor amigo.
Después de un largo rato de espera el celular comienza a sonar, una llamada está ingresando, solo basto que sonara una vez para que contestara.
*Inicio de la llamada*
—Hola
—Hola, preciosa- dijo la voz de hombre del otro lado de la línea.
—¿Cómo están yendo las cosas? — se escucha la voz ansiosa de Agatha. —¿Esta todo listo para que mañana asuma la presidencia Stephen? —En esto dos años, apoyo al hombre que fue un daño colateral de su venganza y ahora mismo está confiando todo su patrimonio a ese hombre.
—Las cosas aquí están bien, no te tienes que preocupar- se escucha un suspiro por parte de Aquiles— Este todo preparado para mañana, le enseñaré el lugar y luego viajaré a reunirme contigo.
—Perfecto, te estaré esperando—Ahora se sentía un poco más aliviada.
—Cuídate. —dijo del otro lado Aquiles antes de colgar la llamada.
*Fin de la llamada*
Agatha guarda el celular, en su pantalón y ve por última vez el mar antes de comenzar a caminar hacia su auto.
En el camino iba recordando, todo lo que paso hace dos años atrás. Sufrió por un tiempo por aquel fallido amor, pensó que nunca se olvidaría de él. Hasta llego a pensar que iba a ser la única persona que encontraría.
Fue difícil, dejar atrás a ese amor, fue difícil, sacarse esa idea de la cabeza que no abría alguien más en su vida. Pero poco a poco, fue lográndolo dejo atrás ese amor que la lastimo y perdono. Si perdono a Eros, no porque se lo mereciera, en realidad no se lo merecía, lo perdono porque ella necesitaba cerrar la cicatriz que le dejo ese amor y continuar su vida, la única manera que creyó que lo iba a ser era perdonando. Aunque seamos sinceros también ayudo que se vengó de él, antes todos. Agatha nunca se arrepintió de lo que hizo el día de su boda, de lo único que si se arrepintió fue de dañar a un hombre como Stephen.
Saco de su cabeza los recuerdos cuando llego a su auto. Abrió la puerta y subió. En el auto se encontraba un adolescente de unos 14 años, estaba esperando por ella.
—Atha, quiero hablar con vos de algo importante—el joven no se animaba a mirar a los ojos a su hermana mayor, tenía miedo de si la miraba no le salieran las palabras y sin dejar que ella respondiera. —Eres la única familia que me queda, y sé que quieres darme lo mejor y la mejor educación. Sé que no quieres ser la presidenta de empresas Lux, y que te casaras con Stephen para que el se haga cargo de ellas con la condición de que cuando yo termine la universidad seré el presidente. Agatha para eso falta mucho aun y yo no quiero seguir pasando ese tiempo en un internado, quiero vivir contigo aquí. Quiero formar parte de tu vida y que tu forme parte de mi vida, sin necesidad de vivir en distintos lados. —Constantine, se estaba abriendo a su hermana después de tanto tiempo, ellos perdieron a sus padres muy jóvenes y Agatha por ser la hermana mayor se hizo cargo de su hermano, en aquel momento pensó que era correcto mandar a su hermano a un internado sin darse cuenta de la soledad que estaba sufriendo. Perdido a sus padres y su única familia lo manda lejos.
—Cos, si eso es lo que tú quieres, yo estaría encantada que vivieras conmigo aquí. —giro la cabeza para ver a su pequeño hermano que cada día crecía más.— mañana iremos a ver algo de los colegios que hay aquí y tú vas a decidir a cuál quieres ir- Se equivoco dejando a su hermano en aquel internado, ella estaba mal y Eros le dijo en aquel momento que era lo mejor que también lo creyó así. Ahora se daba cuenta de su error, solo se tenían el uno al otro y no debió alejarlo en aquel momento por más dolor que sintiera era la mayor y no se fijó en los sentimientos del menor, seguro el sufría más que ella.
Agatha se escondió en es hermoso pueblo, dedicado a la pesca y la viticultura. Y ese mismo pueblo era el que unió de nuevo a los hermanos lux, vivirían allí los dos por un tiempo hasta que Constantine deba irse a la universidad y seguir su propio camino.
Ella por lo contrario pensaba quedarse en aquel pequeño pueblo, la llenaba de paz. Allí ella trabajaba en el hospital como médica, si ella no había estudiado nada relacionado las empresas, si no que estudio medicina, ella siempre tuvo su mente clara no quería dirigir una empresa, quería estar al servicio de la persona y poder ayudarla a recuperar su salud.
Ella era la jefa del área de neurología del hospital, del pueblo.
Mientras que todo Londres creyó que ella estaba avergonzada por lo que paso, y que vendió las empresas Lux. Se encontraba realmente en paz y tranquila en Manarola.
Empezó desde cero allí, y comenzaría de nuevo en ese lugar la relación con su hermano, una que sin darse cuenta ella misma había provocado esa distancia.