Llegué a las nueve de la noche del museo. Sacamos fotografías estupendas, han sido las que más me han gustado hasta ahora. Dejé a Jamie con una señora que Aaron había contratado para cuando no pudiera cuidarlo. Moisés me acompañó hasta el apartamento. Veníamos mojados porque había llovido y él tuvo que estacionar a dos calles. Creo que él también era mi amigo ahora, era con el único con quién hablaba de los modelos porque el resto no me dirigían la palabra. Siempre me sentaba con él y por lo general, era con quién me tocaba viajar. Así que nos hicimos amigos.
- La otra semana vamos a Bogotá, por dos o tres días, desfilarás por primera vez en una pasarela. – Me dijo y abrió los ojos para asustarme.
- Eso suena horrible, entraré en pánico.
- Ahí estaré yo para que no te pase eso. – Me dijo y me abrazó.
- Entrenaré estos días para controlar eso.
- Sigue mi ejemplo y estarás bien. Todos esperan vernos y escuché que ahí van a ir personas muy importantes, influyentes de todo tipo y no hablo de revistas baratas como las que hemos estado. Van a ir los representantes de las grandes marcas, esas que vez en los comerciales en televisión. Tenemos que dar lo mejor para que se interesen en nosotros.
- Eso de salir en comerciales y cosas así no es lo mío, no quiero que la gente en la calle me reconozca, me aterra que eso pudiera pasar.
- Nena, eres afortunada y sé que te van a escoger. ¿Harás algo mañana en la noche? Podría ayudarte a entrenar y luego podríamos ir a comer algo.
- Yo… debo consultarlo con Aaron.
- ¿No es el tipo que te fue a buscar el otro día?
- Sí, es mi novio.
- Qué curioso eso que dices. – Dijo el levantando las cejas.
En ese momento Aaron abrió la puerta, pensé que estaría trabajando. Se quedó mirando fijamente a Moisés, estaba muy serio y lo fulminó con la mirada.
- ¡Nos vemos luego! – Le dije a Moisés alegremente. Luego entré y Aaron cerró la puerta. Iba a ir a la cocina, pero Aaron me detuvo, tomándome de la mano.
- Oye, ¿ese quién es? – Tenía el rostro enrojecido y se veía muy molesto.
- Se llama Moisés. – Le dije y abrí la nevera para sacar una gaseosa, pero Aaron me interrumpió de nuevo.
- Primero escúchame y luego te tomas eso. – Me dijo y estaba empezando a alzar la voz. Asentí. - ¿De dónde lo sacaste?
- Tonto, no podría sacarlo de algún lado, él debe pesar mucho. Trabaja conmigo.
- Es uno de esos modelos que salen en tus fotos, ¿verdad? Por eso se me hacía conocido.
- Sí, sale conmigo en muchas fotos.
- ¿Por qué vino hasta acá? ¿ y por qué te trajo? ¿qué esperas que diga cuando alguien como él anda contigo por ahí?
- Él siempre me trae… pero no pasa nada malo.
- ¿Siempre te trae?
- Sí. – Dije insegura, ya me estaba poniendo muy nerviosa y se me hizo un nudo en la garganta.
- No, nada más falta que duerma contigo ya que te trae y está todo el tiempo contigo. – Dijo en un tono extraño, no llevamos ni una semana juntos y ya sucede esto. Odio que se moleste conmigo, me pone muy mal.
- De hecho, debo decirte algo... Sabes que a veces viajo por las fotos y ese tipo de cosas. La otra semana debo viajar con él a Bogotá por tres días. Irá también un fotógrafo con nosotros y otro chico, no te preocupes. No estaré sola con él.
- ¿O sea que vas a viajar con tres tipos tú sola? Siendo que dos son modelos, evidentemente mejores que yo. Antes era diferente porque éramos amigos y no podía decirte nada, pero ahora eres mi novia. Creo que es irrespetuoso que hagas ese tipo de cosas. – Me dijo y luego se fue a la habitación de Jamie, Aaron siempre se encierra cuando está molesto y por eso corrí detrás de él para que no lo hiciera.
- Aaron… es por trabajo, no porque quiera… no te molestes por favor, no quiero verte así.
- Claro, ese mismo trabajo en que sales en ropa interior en la mayoría de las fotos. Me siento como un imbécil.
En ese momento tocaron la puerta, me asusté porque pensé que Moisés se había regresado para algo, pero era la señora que cuidó a Jamie, había venido a traerlo. Él entró y se sentó a ver un programa que ve solo cuando Aaron lo deja dormirse tarde. Él le sirvió comida y se la dio, luego me acerqué a él y le dije que habláramos, no puedo dormir bien si peleo con él, siempre ha sido así. Nos fuimos para el balcón, no quiero que Jamie nos escuche pelear, aunque por mi parte no lo haría, me entristece mucho que esto pase.