No sé en qué momento llegó, pero sí sé que fue muy tarde porque me dormí a las dos y él no había llegado. Lo vi durmiendo a mi lado, como siempre con la ropa puesta. Me levanté y repetí lo de siempre, llevé a Jamie a la escuela. Luego regresé y empecé a empacar porque debía viajar al día siguiente con Moisés y los chicos. Aaron seguía durmiendo. Ya saqué una conclusión, no podía creer lo que los chicos me dijeron, hablaban de Aaron, él no era como cualquier tipo de por ahí. El no haría nada que me hiciera daño, sé que me ama y siempre me ha cuidado. Lo único que sí me parece raro es que lleva días sin ver a Jamie y parece no molestarle. Seguro está estresado por su trabajo.
Siento que lo he descuidado, debo hacer algo bonito para él. Salí rápido para llegar antes de que él se levantara. Fui a un restaurante que me gusta mucho, ahí hacen desayunos estupendos y muy lindos, los decoran bastante. Demoré una hora y media en regresar.
Llegué, acomodé todo en la mesa. Ojalá le guste. Fui a despertarlo, pero ya se había ido. Sin despedirse de nuevo.
-Aaron-
Esto de verdad, no lo podía cambiar por nada. Me gusta escribir mis propias cosas, pero qué más da si lo dejo de hacer un tiempo. Ahora que trabajo en esta editorial, me va mejor y he podido conocer a muchas personas geniales. Eso para mí era muy gratificante ya que eran personas diferentes a los chicos, sentía que ya no era tan retraído y que podía tener amigos que no solo fueran ellos. Tenía sentimientos nuevos encontrados, me sentía parte de algo y eso me agradaba. Además, ganaba más del doble que cuando solo hacía mis novelas.
Lo único que no me agrada es que siempre se está haciendo algo aquí, toca literalmente correr casi todo el día. Estoy en la parte del periodismo y no es sencillo. Mis compañeros tienen una costumbre, cuando salen del trabajo, van a un bar que queda a una calle. He ido con ellos estos días y de verdad, no sé cómo no había hecho esto antes. El fin de semana debo hacer algo con Jamie, lo he tenido descuidado.
Me llevo bien en especial con dos personas, un chico que se llama Alberto, está en la parte contable. Le gustan los mismos grupos musicales que a mí y también toca guitarra.
La otra persona es una chica, se llama Valeria. Ella dice que le gusta mi cabello y como hablo, con ella me río bastante y es con quién más paso tiempo de ellos ya que está en la parte de redacción también. Me agrada estar con ella.
-Agatha-
¿Por qué ahora tiene la mala costumbre de no despedirse de mí? Antes que viviera con él, me dejaba mensajes de buenos días, me regalaba flores y cosas, veía que me quería… ahora ni siquiera puedo hablar con él. Me sentía mal, pero no le iba a decir, intento buscar algo que le dé sentido a esto. No cabe en mi cabeza que él me esté engañando, es imposible. Cancelé el viaje, dije que estaba enferma. Ellos conocen mi condición y no pusieron problema alguno. Además, no quería dejar a Jamie estos días con la niñera, son muchos días y él no está acostumbrado a estar sin ninguno de los dos.
En la tarde del día que se suponía que debía viajar, Jamie tenía una presentación en la escuela. Iban a hacer una obra de teatro por el décimo aniversario de esta. En la noche Aaron me dijo que iba a ir conmigo, pero no aparecía por ningún lado. Seguro llegará directo a la escuela porque se le hizo tarde.
Llegamos, la profesora llevó a Jamie y a los demás niños a ponerse el vestuario que usarían en la tarima. Me senté en el teatro junto a los padres y algunos profesores. Miraba constantemente la entrada, esperando que apareciera en algún momento, pero no lo hacía.
Primero salieron unas niñas cantando el himno de la escuela y lo hicieron horrible, tuve que ponerme mis auriculares. Luego salieron muchos niños, unos hicieron una coreografía de rap desastrosa, otros imitaron a unas personas que no sé quiénes son, otros bailaron salsa y fue estupendo. Llegó el turno del aula de Jamie e hicieron una obra de teatro basada en una novela para niños que se llama: Cita en el árbol. Y eso fue básicamente todo, Jamie lo hizo muy bien y me buscó entre el público, le hice señas de que me gustó. Aaron no llegó, ni siquiera me llamó o algo para avisarme. Jamie cuando íbamos caminando de regreso, no dejó de preguntarme: ¿Por qué papi no vino? ¿se le olvidó? ¿le dijiste mal el día? ¿por qué papi no vino? ¿por qué se le olvidó? ¿por qué no vino? Eso me hizo sentirme muy mal, Jamie estaba decepcionado.
Sus horarios de llegada eran como si trabajara no sé dónde, como en un bunker soviético… o no sé, no sé qué es eso, pero supongo que esas personas trabajan hasta tarde. O más bien como los señores que cuidan casas y edificios, ellos están en las noches vigilando. ¿Será que tiene un trabajo secreto de vigilante? ¿o de soviético?