Agencia de Seguridad Civil: Ánimas

Capítulo 18: El nuevo Zeth

Marla siguió de frente a la única salida disponible, aquella por la que la lluvia caía como un rio junto a piedras y algunas ramas. Sintió un gran alivio en su corazón al estar tan cerca de ella, aunque la molestia de dejar a sus amigos atrás la hacía dudar, pero era la oportunidad perfecta para pedir ayuda a Andrea y a la ASC.

Se aproximó a la escalera, pero cuando la tocó con sus dedos sintió un escalofrío recorriendo su espalda. Al voltear hacia su derecha lo pudo ver parado a medio pasillo, con su respiración agitada y aquella bruma negra saliendo de su cuerpo como vapor. No tenía la expresión amable que había usado al hablarle en otras ocasiones.

—No me importa que pase ahora, te voy a matar —dijo el hombre acercándose a ella.

Marla subió la escalera rápidamente, se estiródesesperada sujetando los peldaños, pero pronto fue alcanzada. “R” la retuvo de un pie y sin esperar tiró de ella al suelo. Marla gritó adolorida mientras se restregaba en el piso después de semejante golpe. “R” la tomó por el cuello y la levantó en lo alto. Lanzó un puñetazo, pero Marlalogró crear un campo de fuerza lo suficientemente grueso para detenerlo.

—Por… favor… —suplicaba buscando respirar. Creóun campo de fuerza debajo de sus pies logrando hacer que la sensación de asfixia no fuera tanta—. Suel… suéltame.

—No, no te soltare ni, aunque me supliques.

Un rugido estremecedor hizo levantar la mirada a “R”. Esta vez estuvo más cerca que antes. Edgardo salió volando hacia su dirección. “R” tuvo que moverse para no ser golpeado por el guardia.

—¿Qué diablos esta pasando? – preguntó “R” azotando a Marla contra la pared.

—¿No te has enterado? —Se burló Edgardo. Ojeó a Marla brevemente, sintiendo algo de lastima por la chica y molestia hacia “R”—. Soltaron un lindo cachorro aquí. ¿Quieres verlo?

Edgardo le quitó la mano del cuello de Marla y lo empujó hacia el pasillo por donde habían venido. “R” se giró, esperando encontrarse los pensamientos de uno de esos chicos, pero lo que pudo ver en esa cabeza era mil veces peor a lo que imaginó. Alonso salió corriendo por aquel pasillo. Sin piedad lanzó una zarpada que arrojó a “R” a un lado, no sin antes dejarle una horrible herida a medio pecho. Siguió adelante en contra de Edgardo.

Edgardo embistió a Alonso, llevándose al gran animal de vuelta al pasillo. Marla se quedó observando sin poder hacer nada. El cuerpo le temblaba, recordando la últimavez que miro a Alonso de aquella forma. Cuando salvó a Nicole del ataque de Ryanace. Era incontrolable, ni siquiera Thomas que estaba potenciado por Ryanace pudo contra él, pero ese hombre de piel pálida lo tacleó como si fuera un muñeco de prácticas.

—Maldito, me encargare de él después —“R” se puso en pie. Las garras de Alonso hicieron estragos en su cuerpo, dejando tres grandes líneas en su cuerpo, de las cuales podía verse la carne y brotaban borbotones de sangre—. Primero te matare a ti.

—Aléjate —Marla trató de ponerse en pie, pero “R” la golpeó primero. Hundió la cabeza de Marla en el metal de un rodillazo.

Todo se puso negro en ese momento, dejó de sentir y de pensar en lo que pareció una eternidad. Al abrir sus ojos lo vio sujetándole del cabello, a punto de darle un golpe que ella sabía que no podría detener, uno que muy posiblemente la mataría.

—Así es, morirás ahora —Le respondió el guardia demostrándole que estaba nuevamente dentro de su cabeza, que no se escaparía de él—. Ya te divertiste mucho haciéndote la heroína, ahora muere.

El guardia lanzó su golpe con todo su poder, pero antes de poder tocarla su mano impacto con un campo de fuerza tan duro que le rompió algunos dedos de su mano derecha. El guardia observó con odio esos ojos ambarinos que dejaron de tener miedo y pasaron a un odio profundo. Otro campo de fuerza se abrió como plato, esta vez en la muñeca del guardia.

“R” retrocedió gritando de dolor, su mano cayó al suelo teniendo algunos movimientos involuntarios, apretósu brazo cercenado sintiendo como sus dedos se movían aun sin estar ahí.

—¿Sabes? Odio mucho a esta chica, es demasiado débil —dijo Marla colocando sus brazos hacia enfrente. “R” comenzó a flotar en ese momento sin razón aparente—, pero odio más a quienes lastiman a las mujeres.

Respirar comenzó a costarle a “R”, no podía hacer nada para salvarse. Solo le quedaba ver como aquella chica que se había dejado ganar por su Ludenk lo trataba de matar. Un nuevo campo de fuerza se abrió en su cuello, volviendo aún más difícil respirar, seguido de otro en su cabeza que le presionaba brutalmente. Se retorció en el aire, pero Marla hizo que un campo de fuerza lo obligara a verla a los ojos mientras lo asesinaba a sangre fría.

—¡Muere! —gritó Marla.

Edgardo apareció de un salto detrás de Marla y con un potente golpe en la nuca la dejó fuera de combate. “R” cayó al suelo, respiró profundamente y se llevó una mano a la cabeza. No se dio mucho tiempo para recuperarse, tenía que matarla antes de que despertara.

—Tranquilo compañero, a las damas se les trata con ternura —respondió Edgardo. Su armadura estaba abollada en distintas partes, había perdido un cuerno y casi fue atravesada por las garras de Alonso.

—Esa no es una dama, es un monstruo —dijo el sujeto sin poder contenerse.

—Aléjate de ella —ordenó el guardia—. No dejare que le hagas nada, hasta que terminemos con el lobo.



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En el texto hay: comedia, accion, aventura

Editado: 08.05.2023

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