Capitulo 11: Quimeras

El día siguiente fue igual de silencioso en muchos aspectos. Los chicos se levantaron, desayunaron sin decirse una sola palabra, ni percatarse que la mesa ahora tenía dos lugares vacíos. Ni Mike ni Marla tenían presencia en su comida. Se levantaron todos de la mesa, Kevin fue el último en terminar, pero dejó los platos y fue a prepararse. Andrea se sorprendió mucho al verlos listos para ir a entrenar.

Rápido sintió que algo no andaba viendo entre ellos. Estaban en completo silencio. Intentó hablarles, pero las respuestas que tenían eran cortantes. Andrea hizo una mueca de disgusto. Al llegar la ASC se sorprendieron de ver a un gran grupo de personas formadas perfectamente en el jardín delantero. Divididos según sus ocupaciones. Todos los de servicio, los de oficinas, experimentales y militares, ninguno desentonaba en la placentera formación.

Andrea los llevó por otro camino, rodeando a todo el personal. Subieron las escaleras hasta quedar detrás de una cortina azul. Los demás escuadrones ya los esperaban, formados en dos filas cada uno, hombres y mujeres. Enfrente de cada escuadrón estaba de pie una persona, con un semblante calmado, y hasta el final aquel sujeto de bigote extraño. Volteó su mirada hacia Andrea y sonrió, les dijo algo a su escuadrón y comenzó a caminar hacia ellos.

—Ay no —dijo Andrea al verlo moverse con su particular andar.

—¿Quieres que lo detengamos? —preguntó Alonso.

—No, no es el momento ni el lugar —dijo Andrea.

—Hola, Andrea.

—John —Andrea mostró su odio sin temor—. ¿Qué quieres?

—Solo quería saludarte —El hombre aspiró por la nariz, haciendo que sus mocos se escucharan de una manera muy desagradable.

—Bien... —respondió con asco—. Ya lo hiciste, si nos permites tenemos que prepararnos.

—Claro, claro —El hombre se movió abriéndoles paso—. Solo quería que supieras, que no me podrás ganar en esta ocasión, te demostraremos que somos mejores. Mi equipo es mejor que el tuyo.

—¿Qué le pasa a ese sujeto? —preguntó Zeth preocupado por la salud mental de John.

—Luego les explico ¿Sí? —Andrea los hizo formarse—. Se me olvidó mencionárselo, pero...

—¿Acaso hay algo que no se les olvide mencionar aquí? —preguntó Kevin molesto.

—Lo siento, es que hemos estado tan ocupados que no hemos podido hablar con ustedes —Andrea se veía angustiada, incluso arrepentida—. Todo esto es nuevo para todos, nunca se había hecho un reclutamiento únicamente de Dobles. Por favor, les juro que nada más terminar la ceremonia podremos platicar.

—Fórmense todos de una vez. Quiero terminar temprano hoy.

Gabriel los interrumpió a todos. Venía en silla de ruedas, algo que ningún recluta percibió antes. Los líderes se posicionaron delante de su respectivo equipo y entonces las cortinas se abrieron. La ciudad se extendía por todo el campo de visión, enormes edificios, un área verde enorme, apenas visible entre los rascacielos.

Los agentes de la ASC formados frente a las escaleras que llevaban al edificio más importante de todos, el de la ASC. Gabriel se acercó a un pedestal que estaba puesto exclusivamente para él, acomodó su larga cabellera. Probó un poco el micrófono y tras un leve vistazo a sus hombres y mujeres, habló.

—El día de hoy me siento muy honrado con todos ustedes —dijo recargándose en el pedestal—. He visto como todos y cada uno de ustedes se han sacrificado por sus compañeros, por las personas. Han luchado contra cosas que harían retroceder a muchos otros. Algunos han perdido la vida, otros han salido victoriosos, y a todos ustedes les doy las gracias.

>> Sin embargo las amenazas que enfrentamos son apenas el comienzo de una nueva era. Como saben, desde hace ya varios años han empezado a aparecer personas con habilidades sobre humanas, pero no ha sido hasta ahora que han empezado a actuar con mayor frecuencia. A esta clase de personas las hemos nombrado de distintas maneras, Dobles, súper humanos, monstruos... —Las miradas de todos estaban en alto, llenas de orgullo—. Por eso hemos decidido actuar nosotros también, porque sabemos que todos merecen vivir, y vivir de una manera digna. Estos famosos Dobles nos quieren demostrar que no son solo monstruos.

>>El día de hoy les presento a la primera generación de Agentes, organizada por Dobles únicamente —Los agentes aplaudieron con fuerza, demostrando su agrado y apoyo a todos—. Para darles la bienvenida, me gustaría que pasara al frente el recluta más hábil hasta ahora y nos dirigiera algunas palabras.

—Creo que habla de mí —dijo Kevin acomodándose el cuello de la chaqueta.

—Por favor —bufó Marey.

—¿Acaso te crees mejor que yo? —preguntó el moreno molesto.

—Gracias, jefe —dijo la voz de un chico. Marey y Santiago voltearon rápidamente al escuchar su voz. No podían creer que él estuviera ahí, parado como si nada.

—Es el del bosque —dijo Alonso recordando cómo había derrotado al chico tornado en un movimiento.

—Andrea —habló Marey—. ¿Qué hace Damián aquí?

—No lo sé —respondió la chica igual de confundida—. Se suponía que él no quería nada con la ASC.

—¿Qué está pasando? —preguntó Marla sin comprender que pasaba.