Nicholas
Estoy preocupado, hace un largo tiempo salimos de la habitación donde dejamos a Blue. Pauline saludó a todos los que viven aquí con alegría y cariño, Lucía se dijo que era el mejor momento para hacer una cena perfecta y se puso manos a la obra mientras entraba a la cocina cantando.
Y yo, yo estoy intranquilo, Blue lleva bastante tiempo sin despertar y sé que es porque está dormida pero me es inevitable preocuparme por ella.
—Tomaré un poco de aire —me levanto con sigilo sin embargo Alonzo me mira sonriente y me detiene.
—Espero que sólo sea a tomar aire y no a molestar a Blue —joder—, se nota que la chica está cansada, déjala dormir un poco Nicholas.
Quisiera decirle que se meta en sus propios asuntos pero tiene razón, debo dejarla descansar.
De todos modos me voy sin decir una palabra.
No podía dejar de pensar en Blue, ayer no lo noté pero al quedarme viéndola durante un largo rato pude ver un hematoma en su mejilla. Se le veía mal y marcaba su hermosa cara, se lo atribuí al hombre que tenía esa bala en la frente, joder, casi pierdo el control al verla con eso en su suave mejilla. Quise que ese hombre siguiera vivo para poderlo destripar con mis propias manos.
No sé si llegó a golpearla en otra parte porque la más visible era su rostro y no se veía nada bien. Por suerte Lucía le puso un poco de pomada para que mermara el color y quizás el dolor que va a sentir cuando despierte.
—Creí que habíamos dicho «Sin rencores» cuando te fuiste de aquí —mierda.
—No hay rencores, no eres tan importante.
Giro hacia ella y sus ojos parecen dolidos.
—Eso no decías antes.
Que ni me recuerde esos tiempos, cuando era un crío estúpido que creía estar con el amor de su vida. Ahora que lo pienso Lilian no me hizo sentir ni una cuarta parte de lo que ahora mismo está haciendo Blue.
—Antes era un imbécil —parece que soy un experto para meterme con mujeres que no valen la pena. Pero sinceramente la única que pudo aunque sea significar algo en esos tiempos fue Natasha.
Hace una mueca.
—Claro que no —susurra acercándose a mí—, sé que en el fondo aún me amas Nicholas, no necesitas acercarte a Blue para darme celos.
Ella de verdad está muy segura de sí misma.
Sonrío burlón.
—Yo no finjo Lilian, Blue me encanta por si no lo has notado. Nada de lo que sentí antes por cualquier mujer se compara con lo que ella me hace querer.
Su rostro se contrae lleno de rabia.
—Es una zorra codiciosa, siempre se tiene que quedar con todos.
Mi expresión se ensombrece, odio con mi alma que las mujeres se menosprecien entre ellas, pero jodidamente no tolero que lo hagan con Blue, no con ella.
Me acerco amenazante haciéndola retroceder ahora con miedo.
Cuando la tengo acorralada le susurro despacio.
—Como te vuelva a escuchar emplear esa palabra nuevamente hacia ella me vas a conocer Lilian, pero conocerme realmente y te aseguro que no quieres eso.
Sin dejarla decir otra palabra me voy y salgo al balcón para tranquilizarme.
Apoyo mis codos en la baranda escondiendo mi rostro entre mis manos, suspiro. Dios, este último mes no ha sido para nada lo que esperé, no me molesta sentirme de esta forma con Blue, al contrario, me gusta.
Pero luego ya no es tan divertido cuando sufren, cuando sufren los que amas.
No lo voy a negar, en muy poco tiempo puede que me enamore de ella, y ese sí será el mayor obstáculo, nuestras vidas podrían entrelazarse pero tengo tantos enemigos, eso sin contar a mi loca madre.
No soportaría que le pasara algo malo.
Me sobresalto al sentir una mano en mi espalda pero me tranquilizo al ver que se trata de Pauline.
—Mi hija te tiene mal ¿eh? —sonríe y hago lo mismo.
—Más de lo que me gustaría admitir.
Su rostro se enseria mirándome cautelosamente.
—¿No has notado que Blue duerme mucho? —la verdad ahora que lo menciona sí.
Asiento.
»Creo que lo hace para recordar, no sé si me explico bien. Sólo una vez la he visto levantarse llorando por sus sueños, ella no sabía que yo me encontraba cerca, pero se dijo a sí misma que tenía que hacerlo para su tranquilidad.
—Así que sus ataques de ansiedad ¿crees que tenga que ver con lo que sueña? —pregunto un poco más duro de lo que quería.
—Eh, tampoco te sulfures. Y no lo creo, estoy segura.
Eso no me tranquiliza para nada sin embargo callo.
—Le prometí que la ayudaría a encontrar a su padre.
Abre sus ojos sorprendida para después sonreírme con amor y abrazarme. Le devuelvo el abrazo sintiéndome un poco mejor.
—Pues bienvenido al club —sonrío, sabía que ella tampoco se quedaría de brazos cruzados cuando hay tantas pruebas que indican que Joseph Harris está vivo.
Ese hombre está vivo y que me parta un rayo si no es así.
—Blue quería hablar con Alonzo, al parecer él conoce a alguien que sabía sobre el paradero de Joseph.
No me llevó mucho intuirlo al estar presente en su momento de rabia durante la charla que tuvimos en el comedor. Ese tal Greg sabe algo, pero como dijo Blue por alguna razón Alonzo no quiere decirle y quiere que desista.
»Alonzo no quiso decirle nada.
Se separa pensativa.
—Haré que hable, déjamelo a mí.
—Están teniendo un momento familiar sin mí.
Sonrío, joder, su voz está grabada en mi mente.
La observo pasando saliva duramente, su rostro se ve soñoliento pero descansada, el hematoma sigue siendo notable pero espero que pronto desaparezca de su preciosa cara. Continua en la pijama que le colocó Lucía y se ve adorable.
—Claro que no, ven aquí —Pauline abre sus brazos y ella se acerca sonriendo, le pasa uno de sus brazos por la espalda a Pauline y el otro a mí, y así estamos los tres abrazándonos mientras yo me descontrolo sintiendo su respiración en mi cuello.