Ella estaba realmente sorprendida del comportamiento del bicho ese, no sabía de qué especie era; nunca le dijeron, tampoco le interesó en su momento pero ahora que tenía que pasar tiempo a solas con él le intrigaba un poco, aun así no se lo iba a preguntar.
El trayecto fue tranquilo. El cielo estaba hermoso, nunca le puso atención; era de un extraño tono naranja, pero muy resplandeciente más allá de que Zor (astro de Ághanon) era azul, hacían un conjunto perfecto.
Por primera vez no habló en todo el camino, pero el silencio era cómodo.
Ya dentro de la institución hojeaba distraída un libro que estaba sobre la mesa. No fue consciente de que alguien la observaba hasta que giró la cabeza para ver qué sucedía que aún no iniciaba la clase.
Ahí estaba, mirando hacia ella con una sonrisa algo arrogante. Era uno de sus profesores, eso suponía porque solo ella y sus pocos educadores podían entrar allí.
— ¿Es la zocfria de ahí? — Lo escuchó preguntar a la Sra. Fuse, mientras indicaba hacia ella haciendo un gesto con la cabeza. Vera no sabía exactamente qué significado tenía la palabra, pero sentía que no era nada lindo.
Regresó al libro y se dio cuenta que en la mesa había una breve reseña de sus mentores << ¿cómo no lo ví antes?>>pensó
Él había nacido en las montañas y se apellidaba Moux, eso pudo leer hasta que lo tuvo parado frente a ella. Era alto, lucía perfecto, tenía un rostro que parecía muy suave, no había rastro de cicatrices, ni impurezas, su cabello azul, largo y bien atado generaba una buena impresión en ella. A juzgar por su apariencia ella juraba que le enseñaría algún tipo de habilidad relacionada con el comportamiento. Pero grande fue su sorpresa cuando le dijo que el nombre de su disciplina era: aplicación de la Energía Lunar, que por el momento solo sería teoría y una práctica casi inexistente. También le dijo que no usarían libro, así que no gastaría en uno.
Su instructor le dio una introducción al tema, que de hecho era nuevo en su totalidad para ella. Le explicó de qué se trataba la energía. Ella como de costumbre levantó la mano, por hábito de la escuela, y comenzó con preguntas:
— ¿La energía tiene que ver con la “chispa”?—Preguntó esperando que de una vez le explicara de que iba todo eso que no entendía pero escuchaba reiteradamente.
—Así es. Esa chispa que dices, todos los habitantes naturales de Ághanon la tienen. Es originaria de aquí, también la llaman Esencia Lunar, pero su nombre es Alium xión. No es algo que se pueda adquirir ¿entiendes? — Trataba de explicar de manera sencilla para que entendiera— la tienes o no la tienes.
— ¿Y yo tengo? —Se animó a preguntar aunque temía la respuesta fuera cual fuera.
—Considerando que eres una zocfria, existe la posibilidad de que lo tengas y lo ignores.
— ¿Qué es eso? —preguntó ella.
Él la miró por un momento con sus ojos reptilianos. Tan largo, tan pesado, que pudo ver los nervios en el rostro de Vera, parecía arrepentida de preguntar.
— ¿Qué es qué? — Preguntó. Cuándo se dio cuenta de su estado, puso una sonrisa torcida— ¿zocfria? —Ella asintió—Se llama así a la especie que resulta de la unión de un humano y un wyd. Tu solo eras una humana más hasta que descubrieron que uno de tus progenitores era natural de Ághanon ¿cierto?
—Sí. Gracias por explicarme—dijo más tranquila.
— No me gradezcas, se supone que para eso estoy— respondió mirando al aire
— ¿Está enojado conmigo? —preguntó, necesitaba saberlo.
— ¿Por qué estaría enojado contigo? no has hecho nada malo ¿cierto?
—No señor—Ella negó
—Todos los aghanienses no somos iguales Vera—dijo el viéndola a los ojos.
Ella suspiró aliviada, parecía sincero.
— ¿Cómo puedo saber si tengo energía de la Luna? — preguntó curiosa
—Lunar, Alium xión — corrigió—deberías esperar tener doce años para saberlo. Aun así podríamos comenzar con las prácticas, para que llegado el momento te sea más fácil manipularla—explicó Aryan, a lo que ella asintió entusiasmada.
Él se levantó dando por terminada la conversación, buscó entre los armarios y se acercó con un recipiente del cual quitó seis esferas que lucían como cristal, pero sin dudas era algo más resistente. Pronunció algo mientras tocaba la mesa y de la gema de su mano surgió un pequeño resplandor que hizo brillar a las esferas.
—Ahora harás lo siguiente —dijo él mientras hacía una demostración—tomar una con una mano y posar la otra sobre la esfera, así ¿comprendes? Sin ejercer presión, solo debes sostenerla como algo muy delicado y frágil
Ella así lo hizo