Ághanon, los sueños de Vera (editando)

XVI. Prisionera

XVI. Prisionera

 La camarera les llevó de beber por tercera vez. Alred que siempre tomaba bebidas fuertes, terminó la ronda bastante feliz y se despidió de ellos. Su ausencia dejó un incómodo silencio en la mesa. Abbot no sabía cómo iniciar la conversación, pero lo hizo.

—Me disculpo por lo sucedido en Werban, también por no informarte lo sucedido con Enid—habló esperando resultara.

 Nadín lo miró detenidamente por segundos que fueron eternos.

—Bien, acepto la disculpa. En fin Elm tiene razón; soy exagerada—dijo pasando sus manos por su rostro, en señal de cansancio.

—No, tú tienes razón, en todo. Y Enid, ella no está desaparecida Erón la tiene detenida en Xam —confesó con voz serena.

— ¿Y lo dices así? Él puede torturarla o matarla ¡Debemos ir por ella!—dijo con preocupación alzando la voz, haciendo que muchos voltearan a verlos.

—No creas que me siento tranquilo, Nadín. Pero si la quisiera matar ya lo hubiera hecho, no es la primera vez que sucede esto.

—Que no lo haya hecho antes no quiere decir que no desee hacerlo ahora. El los odia, los deprecia ¿no temes por ella?

—Ya lo sé, es muy frustrante, siempre temo por ella y ya estoy cansado ¿Qué puedo hacer? ella no entiende de razones. Continúa con sus ideas de cambios y ya sabes, se destruye a sí misma. Las leyes de Xam prohíben nuestro ingreso y ella lo sabe, aun así insiste —dijo lo último en un susurro casi inaudible.

— Lo siento, ¿tú crees que es malo luchar por tus ideales? Entiendo que puede ser frustrante pero yo la admiro por ello, me gustaría tener una hermana como ella, la acompañaría si contara la mitad de su valor y no tuviera asuntos que atender. En fin lo que hacen en Xam está mal eso debe cambiar, Erón debe ser expulsado de su cargo, con ese sistema es un peligro para los habitantes.

—No es eso, Nadín, solo. ¿Tú la has visto la última vez? estaba casi muerta. Esto no lo vale, ella es toda la familia que me queda, es mejor amiga que hermana, ya sabes. Y la ley, toda la ley está mal aquí, nada podemos hacer; si el líder lo permite el seguirá donde está. Soy un elfo también y nadie más interesado en que esta guerra absurda acabe—Permanecieron en silencio mientras bebían.

—Lo siento—respondió ella.

—No lo sientas, oye, tú tienes una hermana ¿no se entienden?

 —Sí tengo a, Saba, la conoces ¿verdad? Pero como si no la tuviera.

—Sí, creo saber quién es, no preguntaré ¿Entonces esos “asuntos” son los que te tienen tan preocupada y fatigada?

Ella asintió. Él iba a seguir hablando pero fue interrumpido:

—Disculpen ¿puedo unirme? —dijo una voz masculina.

— Moux, que sorpresa. Siéntate—dijo el capitán.

— Perdón debo irme. Que los espíritus los guíen— saludó ella y se fue.

— ¿he Interrumpido? —preguntó Aryan dudando en sentarse.

— No, no. Dime ¿me buscabas o ha sido casualidad?

—Te buscaba, Alred me ha dicho que te encontraría aquí, no lo vi muy bien. En fin, es sobre Vera—dijo.

Y pasó a contarle lo sucedido con la gema y esferas, que había olvidado decirle.

— ¿Y cómo han llegado a tal cosa? —pregunto el elfo asombrado.

— Ella no está segura. Pero yo creo que siempre hubo energía dentro de ella y al estar aquí su energía se ha incrementado, lo que es increíble porque aún le falta un año para la adhesión de la gema y ya está destruyéndolas—habló entusiasmado con una sonrisa en el rostro.

—Tendré que comprar más. Sí, es increíble. Pero arriesgado porque si no lo sabe controlar puede hacer desastres en su vida con los humanos. Nadie lo entendería ¿Dónde está ella? —Preguntó preocupado.

—Clases de Historia—dijo y se quedó pensando en lo que dijo Abbot.

***

            El cielo encontraba lleno de estrellas y los grillos comenzaban a cantar, hacía mucho calor esa noche, su mirada estaba perdida, ni siquiera notó que Dana estaba durmiendo. Era tarde, muy tarde. Pero no había forma de que se volviera a dormir, se había quedado dormida más temprano de lo que esperaba, antes de que se acostase el sol.

  En ese momento el reloj indicaba las tres de la mañana, salió de la habitación directo a la cocina, donde, permaneció sentada un momento con la mente perdida en los sucesos de Ághanon.

— ¿Estás bien? —Escuchó. Saliendo de sus pensamientos, alzó la vista hacia la mesa de la cocina para encontrar a Dana parada frente a ella, con preocupación en el rostro—Dormiste bastante —dijo su tía con media sonrisa.

—Estoy bien—respondió— ¿todavía hay torta?

Dana levantó los hombros y se dispuso ir a ver.

—Dejá yo voy—la interrumpió.

            Dana se sentó y la observo con curiosidad, siguió todos sus movimientos sin evitar pensar en lo grande que estaba. Cuando la tuvo sentada frente a ella preguntó. Por qué se había levantado tan tarde.

—Solo tenía ganas de comer algo dulce—contestó dudosa, pero el momento era ideal como para contenerse y preguntó: —Tía ¿Mamá solía irse por mucho tiempo de su casa? O ¿te hablaba de algún novio que no fuera papá?



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En el texto hay: sueos extraños, lunas, energa

Editado: 02.11.2024

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