Agua y Aceite

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     Traté de hacer mi trabajo lo mejor posible, insistí un par de veces más, pero después de un mes no logré nada, únicamente el nuevo chef me dejaba entre ver que no era asunto mío lo que pasara con Bastián.

     Llegué a casa un poco antes que de costumbre, pues según el chef, la gente no llegaría porque todo el día casi nadie había entrado al restaurante. Primero pasé a casa porque aún faltaban dos horas para que los niños salieran, a lo que decidí tomar un pequeño descanso antes de ir por ellos. Saqué la llave de la bolsa del pantalón y abrí. Para sorpresa mía, don Alexis ya estaba con los mellizos en el sillón: el niño Alexis estaba corriendo con un pequeño avión haciendo como que volaba por toda la casa, mientras que Sandre estaba abrazado del abuelo enterrando su cara en su pecho.

 

  • ¿Qué pasó, por qué están aquí?- Mi voz fue más un reclamo, pero mi intención era preguntar.

 

  • La directora del lugar los trajo, dice que aunque Sandre es un buen niño, no puede arriesgar a los demás con la presencia de Alexis.- Me explicaba.

 

     ¿Pero a qué demonios se refería con arriesgar? No necesité formular la pregunta, pues de inmediato se respondió en cuanto Sandre volteó a verme. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y su frente también se hinchó, pero esta se notaba que fue de un golpe que alguien le propinó; no pregunté para saber quién había sido el autor intelectual del ataque.

     Me desplomé en el sofá y abracé al pequeño con cara magullada.

 

  • ¿Y ahora qué voy a hacer?- Vi que el abuelo dudaba en responder la pregunta, pues no sabía si iba dirigida a él o era más al aire.
  • Pues no queda de otra, hay que buscar otro lugar.

 

  • No serviría de nada, este niño hará que los corran de nuevo de todos lados.- Lo lamenté más por Sandre, pues no era justo que él cargara con las consecuencias de las malas acciones de su hermano. ¿Qué voy a hacer? No me siento capaz de lidiar con él aunque sea mi hijo.- No mencioné a quien me refería, era obvio de quien estaba hablando.

 

  • No pierdas la calma, sé que es difícil criar a los niños, pero no pierdas la paciencia porque de esa manera no lograrás nada.- Ese señor era mi soporte ¿Qué haría si no hubiera aparecido en mi vida? - ¿Qué te parece, si yo me quedo con ellos en lo que tú vas a trabajar?- Me hizo una propuesta tentadora.

 

  • Sería de gran ayuda pero, no me atrevería a enjaretarle una responsabilidad de tal magnitud, y menos si tomamos en cuenta la conducta de pues ya sabe.



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En el texto hay: romance, drama

Editado: 06.10.2023

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