Ahora tengo una familia lobuna, ¿qué será lo siguiente?

Percibo buenas vibras a partir de ahora

Capítulo 07: Percibo buenas vibras a partir de ahora, estoy segura de que llegaremos a ser una familia muy bonita

Papi permaneció unas horas en reposo hasta que el médico lo dio de alta, recalcándole varias veces que tenía que mantenerse en un ambiente libre de estrés. Sin importar la cantidad de veces en las que le pregunté a Imri de lo que hablaron, él no me respondió, solo se dedicó a evadir cualquier tema al respecto.

Han pasado dos días desde lo sucedido y bueno, tengo por decir que Im no se equivocaba cuando dijo que Onil pasaría desapercibido. El hombre aceptó quedarse con nosotros y nada más hay que verlo, en su forma lobuna no se ha movido ni un centímetro del patio. Lo de Elaine le afectó bastante, está ahí todo tirado con la cabeza baja.

Su situación es preocupante.

Y Fei feliz porque no tuvo que compartir habitación. ¡Estoy harta de él!

—Es tiempo de irse.

El hombre está en la sala jugando con Ra, cree que su papel de niñero, lo va a salvar.

—¿Eh? ¿Para dónde?— se hace el desentendido —¿Quieres hablar a solas con Ra? ¿Eso pasa?

—No juegues conmigo, Fei— mascullo frunciendo el ceño —¿Crees que soy una broma?

—Pero Lúa— se lleva la mano al pecho —¿Vas a hacerme un escándalo enfrente del niño?

¡Maldito, cínico!

—Mami 'ta 'nojada— comenta Ra con un carrito en manos. Me dejé llevar por la miseria de Fei, y ahora lo tengo como una pulga en mi casa.

—Dime Ra— le habla al niño —¿Quieres que me vaya?

—¿Eh?

—¿Quieres que tío Fei se vaya? Me voy pa' siempre.

—¡No, tío, no!— se levanta abrazándolo —¡Mami, no! ¡Mi tío!

¡¿Cómo se atreve?!

—Él no es tu tío, mi amor— aparto a esa sanguijuela de mi bebé —Es solo un ser malévolo.

—¿Malévolo?— gira la cabeza a un lado, si estuviera en forma lobuna, estoy segura de que habría movido las orejitas al no comprender.

—¡Ra! ¿Quieres papita?— ofrece levantándose.

—¡Mi tío! ¡Mi tío!— clama completamente hipnotizado. El niño sale de mis brazos y acude a Fei quien lo carga en su cintura —Mi tío, Fe.

No puede ser, ¡me siento indignada! No conforme con querer caerle bien a todos, tuvo que comprar a mi hijo.

¡No tiene vergüenza!

—Lúa, te pido permiso para llevar a mi amado sobrino, ¡al parque!

—¡Chí! ¡Al pa'que!

Antes de ayer lo llevó a unos juegos, ayer a comer pizza. No me caben dudas, está haciendo tiempo.

Podría decirle que no, pero Imri me dijo que como Ra es un lobo, el estar encerrado todo el tiempo en estas cuatro paredes, lo podría estresar. El niño necesita salir al aire libre para su correcto desarrollo.

Soy una buena mami, una buena mami lo sabría.

Maldita sea la hora que le permití que se quedara, ¡¿en qué estaba pensando?!

¡Lúa del pasado! ¡¿Qué hiciste?!

Yo no tengo tiempo para sacarlo a cada rato, a Ra se le ve más animado desde que Fei comenzó a pasear con él. No olvido el día que forzó su aullido, el niño tampoco ha de hacerlo, no lo puedo subestimar.

—¡Pa’que! ¡Pa’que!— no ayuda en nada que se muestre tan entusiasmado —¡Helado choco!

¡Que ni se le ocurra!

—¡Oye!— llamo al hombre.

—Sí, sí, Lúa. El helado de chocolate es malo para los niños lobo— se adelanta alborotando el cabello de la criatura —Recuerda que soy un huma-lobo.

—Si le pasa algo al niño…

—Me vas a matar, y cuando mueras, me perseguirás en el infierno para matarme de nuevo— ya se sabe mi discurso —Lo tengo claro. A ver, Ra; dame un abrazo.

—Abasho— dice el niño con una sonrisa —Tío, pa’que.

Definitivamente, se encariñó. Ese fue el plan de Fei desde un principio, que el pequeño lo quiera tanto, hasta el punto que yo le permita quedarse con tal de no romper los supuestos sentimientos que le tiene mi bebé. Lo que no sabe es que es Ra, para él solo es alguien más y yo, puedo ser una desgraciada cuando me lo propongo.

Que no quiera que mi paciencia baje a cero, la Lúa de su canción me quedará chiquita.

Ya verá: le tiraré toda su ropa a la basura. En el mejor de los casos, yo misma me encargaré de empacársela, o le haré la vida imposible. No es justo que el mundo no me quiera ver siendo una buena persona, siempre que lo intento, llega un bache como Fei a arruinarlo; soy buena, soy un amor, ¡es inaceptable que tenga que liberar mi peor versión para que él se largue de mi casa!

¡Estoy enojada! ¡Tengo ganas de romper todo!

—Lúa.

—¿Qué pasa, amor?— sonrío dando media vuelta al escuchar a Imri. Ra se fue con Fei, dejándonos a nosotros a solas. Su voz fue suficiente para que se me bajara el enojo.

—Me rindo— se cae por vencido en el sofá —Creo que no debí decirle a Onil que se quedara aquí, al menos en el bosque, estaría en constante movimiento y no tirado sin hacer nada. ¡Es frustrante!— dice esto último en voz alta para que su hermano lo escuche.

Es problemático. Él quiere a Elaine, y a ella no se le vio interesada en romper su relación. El asunto radica en el hecho de que lo suyo no estaba funcionando.

A veces pensamos que con estar juntos es suficiente.

—Tranquilo— me siento a su lado —Digamos que él está pasando por un luto amoroso, ya verás que se levantará de ahí y continuará siendo el mismo gruñón de siempre.

—Para que esté así, prefiero que me grite— suspira apoyando la cabeza en mi pecho —Lúa, ¿no se te ocurre algo? Siempre tienes un plan debajo de la manga.

—Una Lualada— achico los ojos.

—Exacto.

—Mis planes a veces no salen tan bien— optaría por mantenerme alejada de Onil. Estoy tratando una nueva metodología, que consiste en darle su espacio a la gente. Aunque, pensándolo bien, eso podría clasificarse como un plan —Mejor dejarlo tranquilo, él sabrá cuando quiera hablar.

—Si depende de Onil, nunca— vuelve a suspirar —Una distracción sería buena para él, que se olvide de Elaine por al menos quince segundos.




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