Ahora tengo una familia lobuna, ¿qué será lo siguiente?

Te lo cuenta Lúa #2

Y aquí estoy de nuevo, paralizando la trama principal para traer otros de mis relatos bien canónicos por su puesto, y es que, claro que no me perdería de contar esta pequeña historia que sucedió hace tiempo.

Sí, esta vez no sé si sea la más indicada para contarlo, tomando en cuenta que esta vez, sí tuve participación importante en ella.

A ver, ¿por dónde empiezo?

Oh, sí. Hace cuatro años, 2018.

Guau, no puedo creer que 2018 esté tan lejos, y resaltando que en unos cuantos meses, veremos el 2023.

Es emocionante, pero no viene al caso.

En ese tiempo, Pato apenas tenía dieciséis, Helena dieciocho, y yo era una dulce jovencita de diecisiete. Las tres ya éramos amigas; conozco a Helena desde hace mucho, en cambio, a Pato la conocí más grandecita. Ambas ya teníamos un año de amistad cuando las cosas sucedieron.

Recuerdo muy bien ese día, las tres fuimos a un bar que se había puesto muy de moda en la ciudad. ¿Qué cómo hicimos para entrar? Sencillo, hicimos uso de mucho maquillaje, y un par de identificaciones falsas. En ese entonces no eran tan rigurosos con la entrada de menores, más si ya era tarde. Me acuerdo que fingimos que ya estábamos dentro para que nos dejaran pasar.

Helena nos había invitado al sitio diciéndonos que conocía a unos chicos que debutarían como músicos. Justo en ese grupo se encontraba Fei, y bueno, Isaac; el papá de Army. En aquella época, él tenía el cabello castaño y corto, sus ojos son verdosos y guao, hace mucho que no lo veo. Además de ellos dos, había un tercer chico que ahora que lo pienso, no tengo idea de qué fue lo que sucedió con él, aunque, Fei fue el único que tuvo éxito.

Los tres chicos encontraron una oportunidad para cantar en el local, estaban muy entusiasmados por darse a conocer entre la gente, ganarían muchos puntos si conseguían hacerse virales y que las personas que se encontraban allí, se convirtieran en sus primeros fans.

Fei era vocalista junto con Isaac, además de eso, tocaba la guitarra y escribía las canciones. El tercer chico se dedicaba a la batería y para ser crítica, Isaac era el que se robaba más la atención de los tres. Fei cantaba y todo, pero era medio tímido.

Algo bastante irónico, y no por lo que se convirtió, sino por quien siempre fue.

Ni pato ni yo estábamos tan pendientes a los «pobres diablos», que cantaban. A nuestro juicio, ellos eran gente a quienes no los conocían ni en su casa; Helena era la que pensaba diferente, la chica tenía los ojos bien puestos en el que, en un futuro, sería el papá de su hija.

Por esa razón nos convenció tanto para que vayamos a verlos, detalle que entendimos cuando notamos la cara que ponía cuando Isaac giraba el rostro hacia nuestra dirección. Ay, mi amiga sí que estaba enamorada de ese sujeto.

Lo malo es que nunca terminamos de conocer a las personas, es difícil saber quién será buen padre o no, esa es una conducta que se toma desde el primer segundo que nace la criatura.

—Helena, confiesa que nos obligaste a venir a este club porque querías ver a ese tipo— señaló Pato. Cuando eso, la chica no acostumbraba a beber tanto como ahora, así que si no pasaban cosas interesantes a su alrededor, se aburría superrápido.

—No sean malas, si nos invitaron fue por algo— rechistó cruzada de brazos.

—¿Nos?— levanté la ceja —A ti, querrás decir.

—Sí, sí, pero ni siquiera fue mi crush— suspiró —Me hice amiga del otro vocalista. ¿Ven al de la guitarra?— apuntó a Fei. Ow, recuerdo que en esas fechas, su peinado consistía en el cabello corto a los lados y un poquito más largo en medio, con las greñas para delante. —Él fue bien simpático, me invitó a verlos con mucho entusiasmo. Me dijo: «no puedes faltar», y aquí estoy.

—Tsh, claro que te dijo eso— resopló Pato. Ella era otra persona cuando estaba aburrida —Le conviene que venga gente a verlos, solo fue amable y le creíste.

—«Solo fue amable y le creíste», oigan a esta— le estampó un golpe en la parte trasera de la cabeza.

—¡Oye!

Los chicos puestos en la tarima, empezaron a tocar los instrumentos. Fei la guitarra, y su otro amigo, la batería. Isaac fue el encargado de presentarlos, y de decir unas cuantas palabras antes de empezar. En menos de dos minutos, empezaron a cantar:

«Hey, bonita

Escucha mi corazón que hace:

Bum, bum

Porque quiere estar con

Tú, Tú»

Sí, no eran tan experimentados. Aun así, sus voces eran muy buenas.

—¿Pero qué mierda de canción es esa?— se burló Pato. Bien que se le fue el aburrimiento —¡Ay! ¡¿Otra vez?!— Helena le dio otro golpe.

—¡Oye!— rechistó la golpeadora de Patos, al recibir dos topes míos.

—Soy una experta en resolución de conflictos— hice uno de mis característicos corazones con las manos —Le vas a provocar un derrame cerebral a la niña.

—Ssh, es su turno— aplaudió ignorándome. Era momento de que Isaac cantara.

Tal vez fue una coincidencia que la mirada de Fei y la mía chocaran en el momento justo que alcé la cabeza para ver la actuación. Él tocaba su guitarra en lo que sonreía como si su vida dependiera de ese show, en serio le importaba el rumbo que adoptara su carrera musical.

El trío tocó cuatro canciones. Al terminar, bajaron del escenario mientras recibían los aplausos de los espectadores. A pesar de que sus letras dejaban mucho que desear, lo compensaban con un buen ritmo y sus voces destacables. Eran muy buenos.

—Al final viniste.

Los integrantes de la banda guardaron sus cosas cuando terminaron, Fei caminó a nuestra dirección y le dirigió la palabra a Helena, la cual sonreía. La chica asumió las palabras de Pato, ninguna imaginó que la tendría pendiente.

Ahí estaba él enfrente de nosotras, con su guitarra en la espalda y una expresión agradable. Creo que eso fue lo que más me gustó de Fei: era atento, atractivo, talentoso… Para alguien como yo, que no tenía ninguna ilusión de lo que haría más allá de mañana, él era un chico interesante, tan soñador como entusiasta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.