[Capítulo 14]
{Aiden}
Cuando mi padre me obligó a irme de Italia, no quise volver a Virginia así que me fui unos días para Newport Beach, California. Mamá había conservado su casa de la infancia y de vez en cuando nos era grato ir allí y perdernos en recuerdos que no eran nuestros. Y es lo que necesitaba en ese momento, olvidarme de lo mío y pensar en personas que no conocí, pero que igual amaba por ser mi sangre.
La casa era enorme y adornada con muchas fotografías de mis abuelos maternos, tío Elliot junto a su esposa e hijos llegaron a visitarme cuando supieron que estaba ahí y me fueron de gran ayuda, sobre todo tío con sus consejos.
— Cuando te gradúes deberías mudarte para aquí, así te ocupas de la empresa de tu madre. Sería bueno que se incluyan en lo que les pertenece — aconsejó —. Si no quieres tú, pues convence a Daemon, estoy seguro de que cualquiera de los dos haría un excelente papel en ella. El puesto de tu abuelo necesita ser tomado por alguien de su sangre — me pensé bien lo que decía.
Newport Beach era una hermosa ciudad, muy diferente a Richmond y Virginia Beach y de cierta manera me gustaba más mi ciudad actual. Era un tipo de zonas boscosas donde se respiraba un aire más puro, a un lugar donde las casas eran hermosas, pero casi estaban una encima de la otra. La zona donde estaba la nuestra era de las más elegantes, sin embargo, no se trataba de lujos sino de la comodidad de una casita tipo de campo y rodeada de árboles.
— Te aseguro que cualquiera de los dos tomaremos las riendas de esa empresa en un futuro — respondí y asintió satisfecho.
Papá seguía molesto conmigo y no hablamos más desde que me fui de Italia. Se sentía raro hablar solo con mamá y tener que mentirle con que no hablaría con papá porque ya lo había hecho antes, pero era lo que tocaba para que no sospechara nada y aunque me merecía el trato de mi padre, sus palabras y desconfianza me seguían hiriendo así que decidí que lo mejor era ausentarme de su vida por un tiempo.
Cuando volví a Virginia, Daemon ya estaba de regreso junto a los demás chicos y se incorporaron a sus clases normales, yo seguí tomándolas en línea para no perder mis avances ni el semestre. Como era un viaje local, no me salvé de las escalas y por tres horas tuve que esperar en Denver — Colorado — el siguiente avión que me llevaría hasta el aeropuerto más cercano a mi ciudad.
— ¡Puf! — una pequeña, pero muy bonita rubia se sentó en una silla a mi lado y se notaba muy exasperada aparte de cansada — ¡Jodidos idiotas! — bufó y me causó un poco de gracia los gestos que hacía.
— Imagino que hablas de los empleados de las aerolíneas ¿O será que algún tipo te hizo algo y por eso nos estás incluyendo a todos en tu lista de jodidos idiotas? — me miró y sonrió apenada cuando le dije eso.
— Esta vez es de los empleados, vengo de un largo viaje y tenía que salir ya a mi destino final, pero lo perdí por la tardanza que tuvieron en la revisión y ahora debo esperar hasta las cuatro de la tarde para poder irme — se explicó e intuí que necesitaba mucho desahogarse.
— Lo siento por ti, eso suele suceder a veces. ¿Para dónde vas? — comencé a sacarle conversación ya que mi vuelo también partía hasta las cuatro de la tarde.
— Al aeropuerto de Norfolk, me he mudado con una tía abuela — la miré un tanto sorprendido, yo también aterrizaría allí.
— Mi viaje también es a las cuatro de la tarde y aterrizaré en ese aeropuerto, así que he encontrado a una compañera — ella también se sorprendió cuando dije eso.
— Al menos no estaré sola en esta espera — se animó a decir y sonrió. Sus ojos verdes estaban muy iluminados —. Soy Inoha Vólkov.
— Eres rusa — intuí un tanto curioso ya que su acento era más americano.
— Digamos que mi padre lo es, mi madre es americana.
— Por eso tu nombre — señalé y me guiñó un ojo —. Mucho gusto entonces, Inoha. Soy Aiden Pride — le extendí mi mano y la noté un poco extraña después de oír mi nombre, aunque de inmediato volvió a regalarme una sonrisa alegre y tomó mi mano.
La pasamos hablando durante todo el tiempo de espera y para coincidencia de los dos, nuestros asientos también estaban juntos. El viaje no fue aburrido después de todo y su compañía me ayudó a no quebrarme la cabeza con cosas dolorosas. Me despedí de Inoha cuando salimos de revisión y cada uno tomó diferentes direcciones, Daemon había llegado a recogerme y lo sorprendí ayudándole a una chica con sus maletas; iba muy animado con ella y para nada demostraba lo gruñón que era. Era raro que mi copia fuese así de amable y la morena, aunque no cabía en los estándares de mujeres noventa, sesenta, noventa… era muy hermosa con sus kilos demás y tenía un aura que brillaba demasiado.
— ¡Ey, picaflor! ¿Y a mí no me ayudas con mis maletas? — lo sorprendí cuando la preciosa gordita ya se había ido.
— Agradece que vine a traerte — soltó volviendo a ser mi hermano y me reí porque era muy fácil joderlo.
Seguimos con nuestro camino y hablamos de lo sucedido en nuestras vidas desde que nos separamos, me comentó que Leah iba a irse al monasterio en el que mamá dijo haber estado en el pasado y esa noticia me sentó muy mal; creía que iba a volver a verla para el cumpleaños de Abby y saber que no sería así me puso de malas.
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Editado: 30.06.2020