Akram: ¿un Príncipe árabe puede enamorarse?

CAPÍTULO 33

AKRAM

Nuestras miradas aún permanecían unidas, podía notar que mi propuesta definitivamente la había tomado desprevenida, pero yo esperaba una respuesta pronta.

No me importaba si esta era positiva o negativa, aunque por supuesto era mi deseo que ella aceptase ser mi compañera para toda la vida. Era consciente de que tal cosa dependía únicamente de ella, empero, le ofrecía un modesto futuro al lado mío.

En el momento en que ella estuvo a punto de decir algo tocaron la puerta.

-Señor, ya es hora, su padre manda a llamarlo. -La voz de Rashid resonó desde el otro lado de la puerta, y nunca había sido más inoportuna su llegada.

-Voy en un momento. -Le dije aún con los ojos fijos en ella, quien parecía agradecida por la interrupción.

-Me ordenó quedarme hasta que usted saliese y se encaminase a palacio.

Deseaba poder terminar la conversación que habíamos comenzado, tener una respuesta ya sea positiva o negativa, saber lo que pensaba de ello, pero no con Rashid del otro lado escuchando.

-Esta conversación no ha terminado -Dije en un susurro que solo ella pudiese escuchar. -Solo piénsalo.

La única respuesta que obtuve fue un leve asentimiento,

Con fastidio me dirigí a la puerta, asegurándome de cerrarla bien al salir.

Al llegar al palacio nos encontramos con la guardia real formada.

En el salón principal estaban mis hermanos y los jefes de familia de la ciudad; Las esposas del Rey junto con mis hermanas se encontraban en la habitación contigua; Siempre estuve en desacuerdo con ese tipo de reglas, aunque en esta ocasión debía aceptar que me tranquilizaba el que mi madre y nuestros detestables invitados no estuviesen en la misma habitación.

Khaleb tomó asiento, como heredero del reino, al lado derecho de mi padre; Mi lugar como segundo príncipe y General, de acuerdo al protocolo, era al lado izquierdo del Rey, sin embargo, preferí ir en contra del mismo y mantenerme de pie.

Hizo su ingreso el anunciante y sentí como la sangre comenzaba a hervir en mi interior, iba a ver a quien tanto dolor había causado a Adhara, lo tendría justo en frente mío, pero no podría acabar con su existencia y terminar con todo de una vez puesto que todo mundo estaría observando.

-Sus majestades, hacen su ingreso el Jeque Yusuf acompañado de sus hijos Kamal, Hakim y Malek.

Uno a uno se abrieron paso hasta quedar en frente nuestro y la bilis se agolpó en mi paladar. El tal Jeque tenía un semblante serio, como era de esperarse, alto y de rasgos duros, el tipo de persona del cual sabes debes cuidarte y evitar.

Sus dos primeros hijos tenían los mismos rasgos que su padre, pero no eran quienes captaban mi atención, sino el tercero, que además de compartir similitudes con los otros tenía ciertas marcas en el rostro que, aunque no lo desfiguraban, daban cuenta de su peligrosidad,

Supe en ese momento que ese debía ser el jefe de los mercenarios del que todos hablaban y por ende el responsable de los tormentos de Adhara: Malek.

La mayor parte de los presentes parecían estar intimidados, pero ese no era mi caso, por el contrario, la rabia crecía a cada segundo.

Los tres se inclinaron, dedicándoles sus reverencias al Rey. Yo no podía apartar mi atención del tercer hijo del Jeque, estaba analizándolo y tratando de encontrar cualquier indicio de debilidad.

-Sean bienvenidos al reino de Baréin -Saludó mi padre.

-Es un placer poder saludarlo Majestad, y a todos los presentes desde luego. -Respondió el Jeque.

-¿Qué les trajo desde tan lejos? -Cuestionó mi padre, a pesar de saber la razón.

-Su majestad -Intervino el tercer hijo -Mi nombre es Malek, y si me lo permite, me gustaría comentarle la razón de nuestra llegada.

-Adelante -Concedió en Rey.

-Hace poco contraje matrimonio con mi ahora esposa Fátima, y con su hermana Adhara, -Me estaba costando poder controlarme ante sus infames mentiras- sin embargo, mi segundo matrimonio no fue del todo aceptado por mi suegro debido a que se trataba de su hija menor. Ella tuvo miedo de su repudio y del de su familia, así que decidió huir. Mientras ella escapaba yo me encontraba reunido en secreto con su padre, y obtenía su bendición para nuestra unión. -Sentía el impulso de desmentirle, pero si lo hacía expondría a Adhara y la pondría en peligro. -Ella no lo llegó a saber, y cuando su padre supo de su partida le dio un ataque al corazón, lastimosamente nada pudimos hacer para salvarlo. -Era el colmo, no solo estaban mintiendo sobre el matrimonio de Adhara, sino también acerca de la muerte de su padre. -La buscamos incansablemente, pero creemos que fue secuestrada o capturada por esclavistas en el camino y que podría estar retenida contra su voluntad en su reino, o en algún lugar cercano a este. -Finalizó.

Me encontraba sulfúrico, se atrevía a inventar tremenda historia, cambiando por completo los detalles de lo que realmente pasó.

Estaba agradecido de conocer la verdad, puesto que su discurso se encontraba tan bien trabajado que resultaba convincente, incluso lógico, y creíble que buscara a su supuesta esposa por todo el desierto.



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En el texto hay: romance, romancejuvenil, arabe

Editado: 20.03.2023

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