—¿Volver a la academia? —dijo abriendo los ojos espantada.
El íncubo la contempló sin entender porque algo así la inquietaba de esa manera. Claro está que a esta edad aun debía seguir estudiando, más cuando aún no controla bien su aura sagrada ni su espada.
—Durante el tiempo que este en ese internado no podré estar junto a Adrián —dijo calmándose y sentándose en la cama—. Aunque pensándolo bien eso no debería ser un problema, si yo fui la detonante de su vida criminal mientras me mantenga lejos sería mejor.
Suspiró arrugando el ceño.
"Además no va a estar el imbécil de mi hermano haciéndole la vida un infierno"
—Debes afianzar sus lazos —masculló el demonio sentándose al lado de su cama y tomándola de la barbilla antes de que Alexis le hiciera el quite por el contacto físico, ya que aquel no respeta la distancia correcta que debería tener con otro—. Hasta ahora eres su único hilo dorado, si se rompe esa conexión lo perderás. Bastó un pestañeo para ver el futuro con la decisión que acabas de tomar, él te matará aun y lo que es peor usando un arma de fuego...
Se apartó y se puso de pie molesta e inquieta.
"Demasiado cerca, su aliento quema, fue como sentir el aire del infierno"
—Respeta mi espacio personal —indicó con seriedad.
—Pocas veces tenemos la oportunidad de estar a unos metros de nuestro amo, es claro que teniendo a uno de sus descendientes tan cerca es difícil controlarse, es la misma esencia, el mismo aroma, es excitante...
Alexis lo miró de reojo, pero le bastó con ver como se pasa la lengua por los labios para darle la espalda.
"Entre todos los demonios tenían que mandarme el más enfermo y perverso"
Cruzó los brazos ahora enfocándose en su nueva muerte, que Adrián use un arma de fuego para matarla en vez de su espada es aún más confuso ¿Qué controlador de aura sagrada preferiría usar un arma cuando con una espada puede hacer más daño y actuar más rápido? A menos que en este nuevo futuro la desprecie tanto para matarla, sabiendo la deshonra que significa para alguien como ellos morir de esa forma.
Se apoyo en la ventana mirando al jardín viendo la figura de Adrián que juega con el nuevo perro que su padre le compró intentando compensarlo por el daño de Saul. Luce tan feliz e inocente que le cuesta creer que en algún momento llegué a odiarla tanto para matarla de un balazo.
Se llevó la mano a la cabeza antes de volver a la cama ¿Qué pudo hacer para ganarse su odio? Lo entiende en su vida anterior donde fue lo bastante mala y cruel, pero ahora lo ha tratado bien y aun así en el futuro no deja de matarla. Cerró los ojos.
Adrián en tanto se lanzó al suelo junto a su cachorro y se dio cuenta de que Alexis lo observaba desde la ventana de su habitación. No pudo evitar sentir que el calor se subió a sus mejillas y sonrió con dulzura preguntándose porque siempre el joven señor últimamente se queda mirándolo mucho en silencio.
Su frágil corazón se está aferrando demasiado a aquel chico de mirada seria y altanera, al hijo menor de la familia que lo acogió, y aunque este mal aspirar a tanto, ya que Alexis pertenece a la elite y él solo es un inferior, no puede evitarlo. Después de toda su desafortunada vida, el ver esa luz en medio de la oscuridad no se puede culpar a un niño de solo catorce años aferrándose de esa forma.
—¡Eso! —gritó Alexis levantándose de golpe de la cama y asustando al demonio que acababa de dormirse—, haré que Adrián Makris venga conmigo a la academia.
El demonio solo alzó una ceja ante esta idea antes de cruzar los brazos.
—¿Será tan fácil? —le preguntó el íncubo sabiendo la respuesta.
Alexis arrugó el ceño.
—Sé que no es fácil, pero le contaré a mi padre lo que pasó aquella ocasión en que Adrián me defendió de ese oso, el aura sagrada en sus manos. ¡Tomaran a mi muchacho como un caso especial! Ni siquiera los grandes maestros ni los más hábiles han sido capaz de usar el poder sin un arma como conductor de este. Y aunque él no pertenezca a la elite sé que mi padre tendrá una forma de hacer que lo acepten. ¡Ya lo verás! ¡Estos tres años podré estar junto a él!
Emocionada empuñó ambas manos.
"Sé que se va a transformar en un prodigio, la gente lo va a rodear admirada, y rodeado de tanto cariño tendrá la fuerza para resistir lo que vendrá más adelante. Aunque llegues a odiarme no despreciaras la bendición del cielo y serás lo que todos esperan"
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Editado: 28.06.2024