3. Viaje inesperado.

Fueron tres horas interminables, las que pasaron hasta que la gente comenzó a dispersarse. Gael, que se había mantenido durante toda la noche en pie y apenas se había despegado de mi lado (no porque yo se lo pidiera, que conste), fue despidiendo a la gente en la puerta de la mansión. La música cada vez sonaba menos y algunos se dedicaban a despedirse entre ellos antes de irse. ¿No iban a verse al día siguiente? Qué dramáticos que llegan a ser algunos cuando llegan alguna copa de más.

Por suerte, me había abstenido de que esa noche fuese descontrolada. Por mucho que me preguntase dónde se había metido Rachel en todo ese tiempo, había disfrutado de la pista de baile para mi. Compartiéndola a momentos con Julia, quien a decir verdad, cada vez parecía más simpática. O a lo mejor fueron las dos copas que llevaba.

El murmuro de voces cada vez iba a menos, hasta que la risa de alguien conocido llegó desde el final de las escaleras. Cuando me giré, Rachel bajaba con Daniel del brazo, evidentemente borracha y entre risas. 

━ Llevo veinte minutos esperándote. ━me quejé, con los brazos cruzados.

━ No seas taaaaaaan quejica, Ginger. ━arrastró las palabras mientras ambos llegaban a mi lado, y al de Gael. ━ ¡Ah sido una gran noche!

No me quería ni imaginar lo que habían estado haciendo, porque tampoco era de mi incumbencia. Me acerqué para ayudar a Rachel a caminar, era hora de irnos y sentía que sería una caminata ardua. Pese a vivir tres casas más allá. Suspiré, porque todo el peso recayó en mi hombro y de repente, fui consciente de que mi hermana mayor, la que siempre había sido responsable; estaba comportándose como una cría.

Todo porque a Daniel, le apetecía jugar.

━ Buenas noches, Gael. ━evité mirar al castaño, mientras salía de allí. El mayor me dio un apretón en el brazo al pasar por su lado y aunque su sonrisa me hizo sentirme mejor, no me quitó la repentina ira que sentía hacia su hermano. Era imposible que mejorase la cosa. ━ Hasta mañana.

━ Mañana te espero en el puerto, Rach. ━mi hermana se giró a verle, y cuando Dani recibió la atención que quería, desapareció escaleras arriba.

Mi estómago se apretó con frustración. No iba a volver a dejarles solos.

━ Venga, Rache, métete en la cama de una vez. ━insistí a mi hermana.

La caminata hasta casa fue difícil, pero nada comparado con tener que empujarla escaleras arriba. Todo el rato amenazaba con vomitar, o marearse. Y ambas opciones distaban de ser lo más agradable. ¿Qué puñetas se le había pasado por la cabeza para beber de esa manera? La que salía por ahí habitualmente era yo, la que bebía como si la noche fuera a terminarse era yo. Y sin lugar a dudas, la que tendría que tener una cita al día siguiente, era yo. No ella.

Rachel seguía moviéndose por la cama, encima de las sábanas como si le estuvieran picando miles de hormigas. Y yo, que parecía la viva imagen de mi madre cuando intentaba vestirnos por las mañanas para ir al colegio, no podía cogerle las piernas. Entonces comenzó a reírse, y el silencio de la casa fue invadido por aquel sonido.

━ ¿Qué te hace tanta gracia? ¿Puedes hacerme caso? ━tiré de una pierna, por fin, metiéndole los pantalones. ━ Esto que has hecho no es propio de ti, si mama...

━ Shhhhhhh. ━su mano alcanzó mi brazo, tirándome. ━ La mayor soy yo.

━ Sí, y mírate como estás. ━murmuré, queriendo taparla. Pero se quitó las sábanas nuevamente. ━ ¡Para de una vez!

━ Ginger. ━de repente no había risa en su voz, solo petición. ━ ¿Éste verano también vas a evitarme? ━sus ojos me miraron, suplicantes. No creía haber visto así a Rachel antes.

Pestañeé, porque no creía que ella quisiera mi compañía. En realidad, sentía que si por ella fuera, me hubiera alejado de su lado hace mucho tiempo. Yo era la que de algún modo la perseguía para que fuera más evidente lo distintas que somos. Porque a ojos de mis padres, Rachel era la buena y yo el demonio que la arrastraba hacia lo peor. ¡Já, cuando se enterasen de esto!

━ Duérmete de una vez. ━le pedí. Apagué la luz de la mesita de noche y me alejé hacia la puerta.

━ No me gusta Dani. ━la escuché decir, siendo un susurro, pero fue claro. ━ Buenas noches. ━y se dio la vuelta, quedándose dormida.

Regresé a mi habitación, con los pensamientos alborotados en mi cabeza. Si intentaba crear un puzle con todas las piezas que tenía, no salía nada en claro. No le gustaba Dani, pero vivía pegada a él. No le gustaba Dani, pero le había sacado una fotografía el año pasado y la había colgado en el corcho de las fotos. No le gustaba Dani y... tenían una cita. ¿Intentaba mi hermana volverme loca? Posiblemente era culpa de su borrachera, de no saber gestionar los sentimientos. Siempre le había pasado. Cuando en el instituto le gustaba un chico, hacia lo imposible por ser invisible, para que no la viese. Y cuando le preguntaban si le apetecía salir, Rachel solo... salía corriendo.

Tenía una hermana rara, escurridiza y que poca gente conocía de verdad. Hasta yo sentía que su fachada era solo eso. Una máscara llena de historias vividas a través de otros. Me daba pena después de todo, no pudiéramos contar la una con la otra. Pero siempre había sido así, ¿qué más daba?

Cuando al día siguiente el sol se coló por la ventana, sentí los rayos de éste pegándome en el rostro. Al principio fue molesto, y quise seguir durmiendo. Pero tras la insistencia de éste por seguir brillando me fue imposible ignorarlo. Agh, no eran más de las nueve de la mañana, y escuchaba las olas romper no muy lejos de allí. Pero daba gracias a que no había ni rastro de resaca. Mejor, porque sabía de alguien que sí tendría.

Entré a la habitación de Rachel sin llamar a la puerta, borrándoseme la sonrisa del rostro cuando no la vi en la cama. ¿Dónde se había metido? El pánico invadió mi cuerpo por completo. ¿Y si se había ido a media noche? ¿Y si se había caído por las escaleras y yo no lo había escuchado? Pero mi corazón dejó de latir con fuerza cuando la puerta del baño se abrió, y apareció con el temblante serio y una toalla en la cabeza.