Andrew
Una gran parte de mi quería gritar cuanto la amaba, y la otra, cuanto la odiaba, todavía puedo sentir sus besos y caricias; quería borrar su nombre, pero era algo imposible.
Quién lo diría, una chica rompiendo mi corazón. Moralmente es al revés, pero no todo sale como lo planeamos, tuve la dicha de conocerla, todo el mundo hablaba de su lindo carácter y su forma de tratar a los demás, pero nadie en su Jodida vida ve más allá, pero empecemos poco a poco.
Sabes que el amor no dura tanto – lo sabía con lujos y detalles
Pero ese no es el punto sino como lo sobrellevamos – eso también lo sabia
Tomé mis cosas y salí de casa, saber de buena tinta que Jack no se iba a callar, la moto estaba a unos pasos de mi, tomé las llaves y me subí dirigiéndome al mismo lugar, pero no estamos aquí para saber eso sino cómo me rompió el corazón
Empecemos, primero pasemos donde le di el primer beso, fue tan genial que no sabía cómo manejar las cosas y eso que era un experto en todo esto
El bar veraniego, el nombre que nunca olvidare, entré y me senté en la última mesa, el lugar era acogedor por la mañana y por la noche ardía más que el infierno, las paredes eran rústicas llenas de garabatos y graffitis, las paredes tintan los nombres de las personas que encontraron el verdadero amor, y ahí estaba ella, escribiendo el nombre de una pareja, su sonrisa llena de entusiasmo
Me debes un beso si esa pareja termina antes del mes - la tome de sorpresa que dio un pequeño brinco
Apuesto a una noche de películas románticas a que no- solté una risa
Trato hecho no quiero quejas – se limpió su mano en el delantal y tomó mi mano, se sentía tan cálida
Pude verla mejor, su cabello negro y largo; sus ojos café y su nariz respingada, todo en ella era perfecto.
Pasó un mes y la chica volvió para tachar el nombre, sonreí, sabía lo que venía, busqué con la mirada a mi chica y ahí estaba, hablando con el cocinero del bar, tomó su cabello en una coleta alta,salió con unos pedidos y los entregó, miró la paredes, su cara fue única, se tapó la boca y soltó una maldición, se giró y me miró, corrió hacia mí, me tomó de la nuca y junto nuestros labios; ella sabía que iba a pasar, pero era una manera más sutil de ser novios según ella.