El domingo me levanté con una resaca de los mil demonios, no había bebido pero haber estado llorando hasta dormirme tampoco era muy bueno que digamos.
Miré hacia los costados, recordaba la presencia de otra persona junto a mi durmiendo, aunque no estaba para nada en mi habitación, volteé hacia la mesa de luz y me encontré con un vaso de agua, una pastilla y un post-it pegado a la mesa que tenía letra de chico.
"Hola rubia, me fui cuando escuché que tu padre había llegado, sino las cosas iban a terminar muy mal. Te dejé una pastilla con agua para que te lo tomes ni bien leas esto, seguro estarás con dolor de cabeza. Llámame si necesitas algo, Cameron❤️"
La dejé aún lado, tomé la pastilla y le mandé un mensaje a Cameron, estaba lista para hablar. Después de que me contestara con un "ahí voy😙" decidí mandar un mensaje en el grupo.
Emma: necesito que los dos se conecten a videollamada, tenemos algo importante por hablar.
Ninguno me había contestado por el momento, yo ya no me hacía problema, había hecho todo lo que estaba al alcance de mis manos.
Cuando estaba terminando de prepararme el desayuno el timbre sonó. Terminé de sacar los hotcakes que había puesto a cocinar, me limpié la manos y me dirigí a la puerta de entrada. Antes de llegar a tomar la manija de la puerta, el timbre volvió a sonar. ¿Pero acaso este chico es muy impaciente? pensé y reí para mis adentros.
Abrí la puerta y ahí estaba, parado con una sonrisa de punta a punta y en la mano tenía una caja de donas.
— Buen día señorita Martínez!
— Buenas, ¿qué lo trae tan alegre hoy señor Thompson? — pregunté abriendo la puerta y dejándolo pasar.
— Tal vez que la chica más bella me haya invitado a su casa desde temprano. — reí. — ¿como estás? — me preguntó mientras cerraba la puerta de entrada.
— Mejor que anoche, seguro. Les mandé un mensaje para hacer la videollamada pero aún no contestaron.
— Tranquila, ya lo harán. — Me dijo mientras apoyaba su brazo en mi hombro. Le sonreí. Recordó que tenía en su mano una caja de donas y me la tendió. — Por cierto, traje donas para desayunar.
— Si, ya vi. Gracias aunque no hacía falta.
— Siempre hace falta comer donas. — me guiñó un ojo y reí. Nos dirigimos a la cocina y el olor a hotcakes recién hechos invadió los sentidos de Cameron.
— ¿Eso que estoy oliendo son hotcakes recién hechos? — preguntó.
— Si. — sonreí mientras mis mejillas se tornaban de rosa muy clarito. Este último tiempo había mejorado mucho en la cocina, cuando tenía tiempo libre y no tenía ganas de leer preparaba algún postre para la cena, y verdaderamente no se me daba nada mal.
— Creo que ya conquistaste a mi panza. — dijo y reí. Nos sentamos a desayunar y preparé dos café con leche. Más tarde apareció mi papá y se nos unió al desayuno, hablaron un montón sobre diversos temas que yo la verdad no entendía demasiado pero me ponía muy feliz de que se llevaran tan bien.
A la tarde Sara nos invitó a todos a su pileta, si, les podría sonar extraño porque estábamos a días de que junio comenzara pero su pileta era climatizada, un verdadero sueño, verdad? . También habían invitado a Simón lo cual me alegró mucho.
Preparé una mochila con algunas cosas básicas como una bikini, ropa para cambiarme, peine y cosas necesarias de mujeres, por si acaso.
Después de salir de casa paramos en la de Cameron para que hiciera lo mismo, yo me quedé en su auto esperando a que guardara todo. Una vez que regresó partimos a casa de Sara.
Pasamos toda la tarde en la pileta, divirtiéndonos, hablando de temas aleatorios pero sobre todas las cosas pasándolo bien. Cameron cada tanto dirigía una mirada hacia mi para comprobar que estuviera bien, y si, realmente lo estaba, por un momento había podido olvidar mis problemas personales.
Al llegar a casa, me habían llegado dos mensajes de Pilar y Nicolas, querían hablar. Se los mostré a Cameron y aceptó quedarse conmigo cuando hablara con ellos.
Entramos en casa y nos dirigimos a mi habitación, me senté en mi cama con mi notebook y Cam se sentó frente a mi, no quería aparecer en la videollamada así no complicábamos las cosas.
Encendí la computadora y me conecté, los llamé y al segundo contestaron, pero había una sola cámara encendida, la de Pili, otra vez estaban juntos.
Verlos después de tanto tiempo produjo algo dentro de mi, lágrimas comenzaron a caer de mis ojos, los extrañaba muchísimo.
— Em, ¿qué sucede? — preguntó Pili.
— Emma, ¿estás bien? ¿Qué pasó? — dijo Nick. — ¿Fue ese chico Cameron? — levanté la vista y lo miré, la cara de desconcierto de Cameron era bastante notable, pobre no entendía nada.— Porque te juro que si te hizo algo más me tomo un avión desde aquí y.. — siguió.
— No le hice nada idiota. Fuiste tú. — de pronto Cameron se encontraba al lado mío, hablándole a Nick. No tendría que haber estado aquí, las cosas iban a terminar mal.
— ¡¿Qué haces con ese imbécil Emma?! — dijo. — ¡Respóndeme! — ninguna palabra salía de mi boca estaba en shock, todo esto me estaba resultando bastante difícil.
— El problema son ustedes dos que le andan ocultando cosas a su mejor amiga, que clase de cara tienen para hacerle eso a la persona que más confío en ustedes durante años...
— ¿Emma que está diciendo este estúpido.. — comenzó a decir Nicolás.
— ¿Desde cuándo? — lo interrumpí y les dirigí la palabra a mis mejores amigos. Las lágrimas no dejaban de caer.
— Emma de que estás hablando..— dijo Pili pero los volví a interrumpir.
— ¿Desde cuando están juntos? — solté sin más. Ambos se quedaron helados, con la boca abierta, no tenían ni la menor idea de que lo sabía.
— ¿Cómo lo sabes? — preguntó Pilar, las lágrimas comenzaron a caer más y más, no lo negaron, todo lo contrario, solo querían saber cómo me había enterado.
— No importa cómo me enteré, sino porque me enteré por otra persona y no por ustedes dos. ¡Se suponía que éramos mejores amigos!
— Emma escucha.. por favor.. necesito saber cómo te enteraste..
— Entiendan que no les voy a decir de quien fue la culpa, solo quiero saber porque me lo ocultaron a mi, a su mejor amiga o eso creí que era durante todo este tiempo. Siempre estuve con ustedes en cada momento de su vida, no entiendo porque en este, uno de los más importantes me dejaron afuera.— Nick quiso interrumpirme pero no lo dejé. — Saben que los voy a apoyar siempre, que siempre voy a estar para ustedes cuando lo necesiten. No es culpa mía que me haya tenido que mudar y lo saben, íbamos a vivir esto juntos el año que viene, pero los planes cambiaron, no siempre salen como esperamos. Solo teníamos que mantener esta relación a distancia por un año, nada más. Pero prefirieron complicarlo todo. Les deseo lo mejor del mundo a ambos y espero que estén juntos por muchos años más. Los quiero y siempre los querré, fueron... — cada vez tenía más ganas de llorar, no podía terminar de hablar, a Pili le habían comenzado a caer las primeras lágrimas pero decidí continuar y terminar con esto. — fueron mi fuerza más preciada junto con mi familia, para salir adelante cuando mamá se fue, ustedes estuvieron para mi en ese momento como yo estuve para ustedes en cada uno de los momentos más difíciles, los atravesamos juntos, éramos un equipo pero lamentablemente este equipo se tendrá que separar, aunque sea por un tiempo, necesito aclarar ideas y creo que ustedes también. Lo siento pero no puedo seguir.
— ¡Emma! — la voz de Nick fue lo último que se escuchó antes de que Cameron cortara la llamada, yo no podía hacerlo.
— Tranquila Rubia, todo va a estar bien, ya lo vas a ver. —Cameron me abrazó muy fuerte mientras lloraba en silencio. Acababa de perder a mis dos mejores amigos, ni en ellos podía confiar.
Me recosté en mi cama, no tenía hambre, solo quería descansar.
Por segunda noche consecutiva me había quedado dormida abrazada a Cameron y agradecía que él estuviera conmigo en este momento, además de Simón, Cam era la única persona en la que más confiaba en este momento.
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La semana había pasado bastante rápido y todo por culpa de que me la pasaba todos los días estudiando y terminando trabajos para las diferentes materias. Ya me habían dado la nota de la mayoría y me había ido bastante bien, estaba orgullosa de mi, porque a pesar de lo que había sucedido el fin de semana había podido enfocarme bien en el colegio, aprobando cada trabajo y evaluación que me tomaron.
Ya era viernes, ayer nos habían terminado de evaluar en las materias que faltaban y hoy ya podía respirar un poco más, aunque no tanto debido a que esta tarde iba a juntarme con Cameron y eso me tenía muy ansiosa y nerviosa, no sabía a dónde iríamos ni que haríamos y no poder tener el control de las cosas me molestaba.
Ayer nos habían devuelto el trabajo de química, obtuvimos un 9, según nos dijo la profesora estaba bastante bien pero le faltaba algo más de información y la realidad era que tenía razón, lo habíamos terminado la tarde anterior (aunque eso no se lo habíamos mencionado), mucho más no podíamos hacer.
Cameron había mejorado mucho sus calificaciones después de haberse juntado conmigo a estudiar, el problema de él no era que le costaba, sino que era vago y no le daba demasiada atención a la escuela como debería haciendo que obtuviese bajas notas.
Por eso, me había ofrecido a ayudarlo en las materias que necesitara porque no tenía problema con eso.
Después decidí ir directo a casa, Cameron se había ofrecido a llevarme, pero la realidad era que con los nervios previos que tenía, prefería hasta ir caminando.
Por suerte mi salvador y hermoso amigo Simón fue quien una vez más me llevó hasta casa.
Cuando llegué revisé que había para almorzar y preparé algo tranquilo, ya que me encontraba sola en casa, como todos los mediodías. Cuando terminé me dirigí a mi habitación y adelanté algo de tarea que tenía para la semana que viene.