La mañana estaba siendo bastante tranquila, aunque habíamos tenido dos horas intensas de literatura, donde la profesora no nos había dejado de dar actividades para hacer en esas horas. En aquel momento nos encontrábamos en el patio externo del colegio pasando los últimos minutos que quedaban del recreo.
— ¿El sábado vendrán a vernos? — nos preguntó Nacho y asentimos. El sábado además de ello, también estaba el concurso al cual finalmente había decidido participar, salvo Simón, los demás no tenían ni idea de que participaría y prefería mantenerlo así, por ahora. Iba a ser un gran reto, pero ya era hora de enfrentar aquel miedo.
— Si, igual recuerden que está el concurso de talentos, después. — dijo Simón.
— Es verdad, me había olvidado. — respondió Lucas. Cameron fijó su vista en mi, pero la aparté, no quería que se enterara, él sabía cuando ocultaba algo y cuando no.
Lo nuestro desde la boda se había convertido en algo extraño. Si nos llevábamos muchísimo mejor y volvimos a compartir bastante tiempo juntos, pero ninguno de los dos había mencionado aquello que sucedió esa noche con los demás, ni siquiera se lo había contado a Pili y mucho menos a Nick. La realidad era que no sabíamos muy bien lo que hacíamos o queríamos, frente a nuestros amigos actuábamos con normalidad, como si absolutamente nada había pasado entre nosotros. Pero fuera de allí, en el tiempo que compartíamos juntos estábamos más cercanos, como cuando estábamos saliendo, aunque la diferencia era que no éramos nada.
— Te prometemos que después del partido los tres vamos a estar allá para apoyarte. — le aseguró Nacho a Sara y ella se sonrojó un poco.
— Gracias chicos. — respondió ella con una sonrisa.
Regresamos al aula una vez que el recreo había terminado, estábamos en mitad de la clase de Economía Política, cuando la profesora de música entró, irrumpiendo al profesor.
— Buen día alumnos, lamento interrumpirlo profesor González, debo retirar a una alumna. — el profesor asintió. — Emma, ¿puedes venir un segundo? — me llamó, asentí, me paré y me fui con ella. La ventaja de sentarme adelante en aquel momento era que no había presenciado los rostros de mis amigos, que seguramente comenzaban a sospechar algo. Cerré la puerta tras salir y me dirigí con ella hacia el aula de música.
— ¿Sucedió algo? — pregunté algo nerviosa.
— Nono, tranquila. Es solo que debes firmar el papel ya que no habías sido tu quien se inscribió. — asentí, me alcanzó los papeles y los firmé. — Genial. Bueno te informo como nos manejaremos, el sábado a la tarde habrá prueba de sonido para todos los que quieran acercarse y ensayar, pero no es obligatorio. Sí tenes estar a las cinco y media en el teatro para que no se retrase todo. ¿Tendrás alguien quien toque la canción o traerás una pista?
— Traeré mi pista.
— Bueno, si me la quieres dejar en estos días para probarla sería increíble. — asentí y ella continuó. — No tienes que venir con uniforme, por si te preguntabas. Y recuerda que serán por categorías los premios, vos entras en canto, obviamente. — volví a asentir. — ¿Algo más que necesites saber?
— No, nada más.
— Buenísimo, cualquier cosa me buscas en estos días si necesitas algo más y recuerda traerme la canción. Te recomiendo que estés tranquila ese día, trata de no elevar tanto la voz ni gritar y toma mucha agua. — me aconsejó, acepté, me levanté de la silla y me despedí saliendo hacia el salón de nuevo. Todos me miraron al entrar pero los ignoré completamente y me centré en volverme a sentar y prestar atención a la clase.
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— Nos vemos. — dije mientras comenzaba a marcharme junto a Cameron. El morocho pasó un brazo por mis hombros para atraerme hacia él.
— ¿Por qué te llamó la profesora de música?
— Necesitaba ayuda con algo de la organización para el sábado.
— ¿Te llamó a vos para eso? — dijo y se frenó en seco para mirarme con el ceño fruncido.
— Si, ¿por qué no lo haría? — dije encogiéndome de hombros y tratando de evitar su mirada lo más posible.
— La pregunta sería ¿por qué lo haría? si ni siquiera te conoce bien, y ni la tuvimos este año.
— Bueno, me eligió a mi, no se porque, punto final.
— Esta bien, no te enojes, solo que me pareció extraño. — dijo y seguimos caminando hacia su auto.
En el camino a casa ninguno de los dos habló, Cameron encendió la radio y nos perdimos en la música. Cuando estacionó frente a casa, antes de bajar me tomó del brazo y lo miré.
— Dime la verdad, yo se que lo que dijiste antes era mentira, ¿Qué me estas ocultando Emma Martínez? — me paralicé, se había dado cuenta y ya no sabía que inventar.
— Nunca saqué mi nombre el concurso. — admití finalmente, después de unos minutos de silencio.
— ¿Vas a cantar? — preguntó sorprendido.
— Así parece. — respondí tratando de evitar su mirada.
— Eso es increíble Emma. — respondió y besó mis labios. — ¿Y por qué no me lo dijiste?
— Solo es que quería que fuera sorpresa, el único que sabía era Simón que me descubrió un día hablando con la profesora y fue imposible ocultárselo. Además de que estos días estuve más nerviosa de lo normal, sabes que esto no es fácil para mi y más si tengo a la gente que quiero hablándome de ello todo el tiempo. — le conté y lo miré a los ojos.
— Esta bien, tranquila. Te irá genial, te lo aseguro. — dijo mientras me acariciaba mi mejilla con su mano derecha.
— Gracias Cam. — le sonreí.
— ¿Y ya sabes que canción vas a cantar? — me preguntó y asentí.
— Si pero no te la diré, es sorpresa. — respondí, él hizo puchero, pero yo lo ignoré. — Ahora déjame irme que tengo cosas que hacer.
— Esta bien, pero antes... — dijo y señaló sus labios. Le di un beso corto y salí rápido del auto riendo. — Eso no vale.
— Vos solo pediste un beso y yo te lo di. — dije encogiéndome de hombros y acercándome a la puerta de casa, lo saludé desde lejos riendo y entré.
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— Perdonen, estuve muy nerviosa y me retrasé. — dijo Sara mientras se sentaba en el lugar que le habíamos reservado para ella en la tribuna. — ¿Cómo van?
— Uno a cero, perdiendo. Primer tiempo. — respondí antes de que Simón lo hiciera.
— Maldición. — dijo ella. — ¿Me das un poco? — unos segundos después me percaté de que era a mi a quien le pedía.
— Esta vacío, lo terminé antes de que empezara el partido. Necesitaba descargar mis emociones en algo. — dije mientras le mostraba la bombilla toda mordida. Sara rio.
— ¿Nerviosa? tranquila te irá excelente.
— ¿Vos no lo estas? — le pregunté sorprendida.
— La realidad es que no, hace un rato lo estuve pero ya no. — admitió tranquila.
— Quien pudiera. — respondí en voz baja, básicamente para mi.
— GOOOOOOL!!! — gritó toda la tribuna y ambas nos exaltamos. Miramos hacia la cancha, Nacho lo había hecho.
— Lo sabía, faltaba yo. — dijo la colorada y los tres reímos.
— Puede que no estés tan errada, a decir verdad. — admití.
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Media hora antes de que el partido terminara nos avisaron de que debíamos ir hacia el teatro, ambas nos despedimos de Simón, quien nos deseó éxitos, y nos dirigimos hacia el colegio. Al parecer faltaban bastantes estudiantes que se encontraban en el partido. Cuando entramos nos preguntaron nuestros nombres y nos dirigimos hacia abajo, donde debíamos aguardar hasta poder salir a escena.
No estaba tan nerviosa como hacía un rato, pero lo que si, cada dos segundos iba a tomar algo de agua, necesitaba hacer algo que me distrajera de lo que en realidad estaba sucediendo allí. Sara había tratado de hablarme de cualquier cosa con tal de estar concentrada en algo que no fuera que en un rato saldría a cantar para más de cien personas, seguramente, y lo había logrado bastante.
Una hora después, el concurso había comenzado, se escuchaban los aplausos y gritos del público y cada minuto que pasaba volvía a ponerme un poco más nerviosa.
— Sara Rodríguez y Josefina Prieto vamos. — ambas se presentaban solas, por lo que eran las primeras en comenzar y darle inicio a la categoría de baile, la primera categoría que era la de instrumentos ya había pasado.
— Muchísimos éxitos amiga. — le dije despidiéndola.
— Igual para vos, te quiero. — nos dimos un pequeño abrazo y luego se alejó subiendo la escalera hacia el escenario.
Luego de que todos los equipos de baile se presentaran, tocaba la última categoría a la que yo participaba, el canto. La mayoría de grupos ya habían pasado, al igual que algunos dúos y otros solitas.. Quedábamos dos, una chica de cuarto año llamada Martina Espinoza y yo.
— Emma Martínez y Martina Espinoza, es hora. — dijo el mismo chico que había venido a buscar a Sara y a los demás. Respiré profundamente tres veces y me dirigí hacia donde él estaba, ERA HORA.
Subimos por la escalera y pasamos por detrás del escenario donde un grupo de chicos se estaba presentando en aquel momento, la canción era "A donde vamos" de Morat y la realidad era que sonaban muy bien. Al parecer no era la única a la que le gustaba aquella banda.
— Emma. — escuché alguien que me llamaba y me volteé para ver de quien se trataba. Era la profesora de música. — Te deseo muchísima suerte, hermosa, la vas a romper. Cameron fue uno de mis mejores alumnos y si apostó por ti es por algo. Yo confío en él. — me dijo ella y le sonreí.
— Gracias. — le respondí y seguí mi camino hacia donde estaba Martina.
— Muchísimas gracias a los chicos por haber participado, ahora seguimos con la próxima artista, ella es Martina Espinoza, un fuerte aplauso por favor. — dijo la presentadora, que era nada mas y menos que la directora del colegio. Todo el mundo aplaudió y Martina salió con la sonrisa más grande que había visto.
Después de que aquella chica cantara y encima increíblemente bien, era mi turno. Era el momento de enfrentar aquel miedo que me perseguía desde niña y que no había podido superar, hasta el día de hoy.
— Y con un fuerte aplauso recibamos a nuestra última participante, Emma Martínez. — salí a escena y lo primero que me cegó fue la luz que seguía mis pasos, era demasiado blanca. Aunque en parte lo agradecía porque no notaba con claridad la cantidad de personas que había. El público no dejaba de gritar y aplaudir y me sonrojé, nunca había recibido tanta atención en un mismo momento.
La melodía de "The Only Exception" de Paramore, aquella canción que había elegido para interpretar comenzó a sonar y cuando el momento de cantar había llegado, simplemente no pude hacerlo, la canción se seguía reproduciéndose y ninguna palabra salía de mi boca. Frenaron la pista y bajaron un poco la intensidad de las luces haciendo que comenzara a ver a todo la gente que estaba allí en el público, la sala estaba completamente llena y había alumnos parados por los costados, no podía creerlo.
Sin saber que hacer me quedé allí helada hasta que distinguí que una silueta se paraba del público y comenzaba a acercarse hacia aquí. Me sorprendí al ver a Cameron allí, debajo del escenario, subió las escaleras y lo único que pude hacer fue abrazarlo.
— ¿Qué sucede rubia? — me preguntó preocupado.
— No puedo hacerlo. — dije mientras comenzaba a llorar.
— Tranquila, mírame. — y eso hice. — No llores por favor. — me suplicó mientras secaba mis lágrimas. — Tengo una idea, ¿quieres que lo hagamos juntos? — me preguntó y lo miré.
— Pero todo el mundo se enterara de lo tuyo. — le dije.
— Es hora de que enfrentemos juntos nuestros miedos, ¿no te parece? — dijo y asentí, volviéndolo a abrazar. — Bueno, espérame aquí, no te vayas. — me pidió y corrió hacia bambalinas.
Unos minutos después regreso con una guitarra y dos chicos lo ayudaron a traer dos bancos altos para que ambos nos sentáramos. Conectaron y prepararon todo mientras yo trataba de calmarme. Una vez que terminaron Cameron les agradeció, se sentó en el banco que quedaba libre, probó y afinó la guitarra, yo acomodé el micrófono a mi altura y cuando estuve lista lo miré a los ojos.
— Imagina que ambos estamos en mi habitación como aquella primera vez o en la playa como hace unos meses. No veas al público para no desconcentrarte y principalmente disfrútalo. — me aconsejó y acepté.
— Espera, ¿sabes cuál es? — le pregunté y él sonrió.
— Si, pero no te la diré, es una sorpresa. — me respondió y reí, era lo mismo que yo le había dicho aquel día en el que le había contado que finalmente participaría. — ¿Estas lista? — preguntó con una sonrisa, asentí y comenzó a tocar.
Todo el mundo no dejaba de aplaudir, silbar y gritar, hasta que finalmente cuando comencé a cantar se callaron completamente.
— "When I was younger I saw my daddy cry and curse at the wind. He broke his own heart and I watched as he tried to reassemble it" — la letra de aquella canción decía "Cuando era más joven vi a mi padre llorar y maldecir al viento. Rompió su corazón y lo vi mientras trataba de arreglarlo". Esta canción la había descubierto en esos días en lo que único que hacía era quedarme por horas mirando el techo, pensando en toda mi vida, o escuchando canciones al azar. Y esta canción representó tanto mi vida y aquel momento que estaba pasando, que se terminó convirtiendo en una de mis favoritas y decidí cantarla en aquel concurso. — "And that was the day that I promised I'd never sing of love, if it does not exist, but darlin' you are, the only exception" — "y en ese día fue en el que prometí que nunca cantaría sobre el amor si no existe, pero cariño tu eres la única excepción" Al cantar esa parte de la canción no pude evitar mirar a Cameron a los ojos, él era mi única excepción, quien me hacía creer en el amor.
La canción terminó y todo el mundo se puso de pie para aplaudirnos. Cameron apoyó la guitarra a un costado, se paró y me extendió la mano para que hiciera lo mismo. Me atrajo hacia él y me abrazó.
— Lo hiciste rubia. — me dijo con una sonrisa.
— Lo hicimos. — le corregí. Porque no había sido solo mi logro, él había dejado atrás su secreto para ayudarme a superar el mío y eso era algo que valoraba completamente. Habíamos podido superar nuestros miedos, juntos.
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— Bueno, ha sido una tarea un tanto complicada para el jurado, pero finalmente eligieron a los ganadores de cada categoría. — habló la directora que se encontraba en la parte de adelante el escenario, junto con la profesora de música, que tenía los sobres. Todos los participantes nos encontrábamos detrás esperando las devoluciones.
— Comenzaremos con la primera categoría, "Instrumentos" — dijo la profesora mientras le entregaba el sobre a la directora. Empezó a abrir el sobre y habló.
— Y el ganador o ganadora es... — dijo mientras dejaba algo de suspenso en el ambiente. — Tomás Benítez. — era un chico de tercer año que tocaba el piano de maravilla y había hecho una interpretación de "Love of my Life" de Queen instrumental. El joven no podía creerlo, se acercó al frente, recibió su premio y esperó a un costado.
— Categoría "Baile" — nombró la profesora.
— Y la ganadora o ganador es... Sara Rodríguez. — abracé a mi amiga y le di un beso en la mejilla, todo el mundo comenzó a gritar y aplaudir, inclusive los chicos que se encontraban sentados. — Felicitaciones Sara, lo hiciste increíble. — ella le sonrió y se colocó al lado del chico anterior.
— Y la última categoría y la más peleada... "Canto" — mis nervios comenzaron a aumentar, miré hacia el público, en especial hacia Cameron, quien me trataba de tranquilizar con la mirada y realmente lo estaba logrando.
— Y el ganador o ganadora es... Martina Espinoza. ¡Felicitaciones! — al escuchar su nombre, la chica me miró a los ojos como si no se lo hubiera esperado para nada y me abrazó.
— No puedo creerlo, debías haber ganado vos. — me dijo y la abracé.
— Pero ganaste vos, es tuyo el premio. Ve a buscarlo. — le dije y ella fue, mientras algunas lágrimas habían comenzado a caer desde sus ojos. Pude sentir la mirada de Cameron en aquel momento, lo miré, una gran sonrisa se apreciaba desde aquel hermoso rostro.
El público aplaudió a los tres ganadores, tomaron algunas fotos y nos permitieron regresar abajo. Fui en busca de mis cosas y esperé a que Sara llegara para salir juntas. Cuando apareció corrí a abrazarla.
— ¡Felicitaciones amiga!
— Igualmente a vos, no entiendo como no ganaste. — dijo mientras se despegaba de mi, simplemente me encogí de hombros. — Igual, hablemos de lo más importante, como ambos se tenían escondido aquello. ¡¿Cameron tocando la guitarra?! Maldito mentiroso, nos lo ocultó toda su vida. — reí al escuchar ello.
— Pero ahora ya lo saben. — respondí.
— Si, cuando todo el mundo se enteró, excepto vos. — dijo acusándome con el dedo.
— Bueno, deja de quejarte y vamos que nos estarán esperando. — ambas salimos de allí, hacia afuera del teatro. Mi familia, la de Sara y los chicos, todos estaban allí esperándonos. Sara se dirigió a saludar a su familia y yo a la mía.
— Hija, eso estuvo increíble. Aunque no ganaste, estoy muy orgulloso de vos. — me dijo papá mientras me recibía con un fuerte abrazo. Luego abracé y saludé a mi hermano, a Gaby y a Romina, que también estaban allí. — Hay alguien que quiere felicitarte. — dijo en voz baja para que solo yo escuchara y se corrió para dejarme ver a Cameron con un ramo de rosas rojas. Fui hacia él y lo abracé.
— Felicitaciones rubia, esto es para vos. — dijo mientras me daba el ramo.
— Gracias Cam, y gracias por haber estado conmigo. No lo habría podido hacer sin vos. — dije y lo besé. Nacho comenzó a toser provocando que se irrumpiera nuestro beso y ambos volteáramos a verlo.
— Definitivamente me perdí de algo y creo que no fui el único. — dijo mientras miraba a nuestros amigos. Todos comenzamos a reír.
— Yo que vos no me iría por ese camino Torres. — dijo Cam que se encontraba abrazado a mi, mientras señalaba a Nacho y a Sara, quien se ruborizó bastante al escuchar aquellas acusaciones de su amigo. Ya todos sabíamos que ambos andaban en algo, aunque nunca habían querido admitirlo.
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— ¡Uno! — grité.
— ¡No puede ser! es la tercera vez que jugamos. — dijo indignado Nacho y todos reímos. Nos encontrábamos en la casa de Sara, después del concurso la familia nos había invitado a que vayamos a "festejar" todos juntos. Ya habíamos cenado y como vieron nos encontrábamos jugando al Uno, era la tercera partida y ya había ganado las primeras dos.
— Cuando uno tiene suerte, tiene suerte. — dijo Simón mientras tiraba un +2 y me guiñó un ojo.
— Conmigo no te metas. — le respondió Agus y sumó otro +2.
— ¡Uno! — gritó Lucas y tiró otro +2, Nacho los miró de mala gana y juntó las seis cartas. Todos reímos. Sara tiró y cambió de color.
— Lo siento. — me dijo Cameron más cerca de mi oído y soltó un +4. — ¡Uno y cambio a amarillo!
— Gracias, vos si que sos un verdadero amigo, no como todos estos traidores. — dijo Nacho mientras nos señalaba a todos los demás y reímos. Miré a Cameron como si estuviera enojada y levanté las cuatro cartas que me correspondían.
— Aún no entiendo como no ganaste, estuviste increíble. — dijo Lucas mientras jugaba y le sonreí.
— Yo no entiendo como Cameron nos ocultó por años que tocaba la guitarra y nunca fue capaz de decirnos absolutamente nada. — dijo Nacho indignado por segunda vez. — Encima que ambos se terminaron complotando para no decirnos sus secretos, pero si se los dijeron mutuamente, es increíble. — no podíamos parar de reír, mientras él nos culpaba.
— Deja de quejarte y tira tu carta, que es tu turno. — le dijo Sara y él terminó jugando, su relación me hizo acordar muchísimo a la de Nick y Pili y en ese instante recordé que debía llamarlos para contarles sobre esto. Saqué mi celular y les mandé un mensaje.
Emma: en una hora conéctense que debo contarles algo importante.
Pilar: ¡¿VOLVISTE CON CAMERON?! Me muero😵
Emma: No, no es eso. Otra cosa.
Pilar: Bueno, igual ya sabemos que le diste otra oportunidad😏
Emma: ¡¿QUÉ?! ¿Cómo lo saben?
Pilar: mentira, no lo sabíamos, pero ahora si😎
Emma: tontos, los quiero. No se olviden, en una hora.
Pilar: Allí estaremos.
Nicolas: nosotros a vos❤️