Capítulo |32|

Ya saben que su opinión me es muy importante c:

Maximiliam Snyder 

Productor Snyder: Hola Livingstone, espero que se encuentren bien, principalmente tú, sé que asistirás a la premiación este fin de semana, en hora buena tu nominación. ¿Tienes problema en que nos reunamos después de eso? Creo que tenemos un tema pendiente.

Isaí Livingstone: Buen día estimado Max, no encuentro problema en reunirnos, aunque me gustaría saber el motivo con anticipación. 

Productor Snyder: Hannah quiere hablar contigo, los dos más bien, quisiéramos saber como va tu tema de salud y ofrecerte nuestro apoyo.

Isaí Livingstone: 

Visto 10:10 am.

Productor Snyder: Ser fuerte no es sinónimo de jamás caer, es de a pesar de caer, ser capaz de levantarse. Una vez más en tu caso. Reitero nuestro apoyo porque hemos estado justo en el lugar de tu familia. Créeme cuando te digo que no hay manera de llenar ausencias. 

Guardo el móvil y veo a Hannah levantar las tazas en las que bebimos café y las galletas restantes del centro.

—¿Sí irás a Zuathella, no? —me interroga desde la barra.

—Eso creo.

¿De verdad la gala tenía que ser allá?

Los miembros más nuevos en la agencia somos los que debemos representarla en los eventos externos a Arias.

—Mónica me ha dicho que te ha dado una invitación especial y muy probablemente tendrás una mención importante. 

—Quiere que demos pistas del nuevo lanzamiento aprovechando la atención de la prensa internacional —elevo una ceja—. Creí que Louis estaba entre las estrellas invitadas.

—Lo está.

—¿Irán?

—No sé. 

—¿Todo bien?

—Sí.

—Hannah —elevo más mi curiosidad. 

—Quedó de llegar desde ayer.

Ouch.

—Ya sabes como es la vida de los músicos, los cambios son más aleatorios de lo que deberían.

—Lo sé. 

—¿Estás bien?

Asiente respirando en un hilo melancólico. 

—A veces quisiera verlo todos los días Max.

—Eres la mujer más valiente que conozco, yo ya hubiese amarrado a mi novia, con un embarazo o algo —vacilo, sabe que estoy jugando.

Nos reímos muy fuerte, pero ella finaliza con una sonrisa siniestra.

—¿Y crees que las gemelas fueron casualidad?

—Pensabas que eran un quiste —le recuerdo.

—Max, aun así, quiero que Louis vuele tan alto como pueda, quiero que su nombre se conozca tanto como lo merece… Y aún con todo eso tengo la seguridad de que siempre elegirá regresar a mi lado.

—Es que teniendo un hermano como el tuyo cualquiera vuelve si quiere continuar con sus partes donde las conoce.

—Jamás lo he amenazado.

—Tú no —le informo.

Golpea mi hombro.

—Se te hace tarde para el trabajo.

Anuncia vencida antes de abandonar la cocina, le doy la tarjeta con la información necesaria para presentarse en la agencia a firmar su contrato, aunque claro la conoce mucho mejor que yo.

—Ocuparé una profesional y media para las fotografías de la alfombra roja, principalmente para lo que será publicado en las revistas de Arias.

—¿Y media?

—Dile a Carly que tiene trabajo también. 

—¡Ay Max, por eso es que ella te adora!

—¿Quién no lo haría? —la imito.

—¡Ese es mi chico! 

Tomo la gorra con la que llegué, afuera está alcanzando los 28°C y el sol se intensifica a cada hora.

La veo correr de puntitas a mí. 

—Olvide decirte que Monica me trajó ayer un paquete que le llegó de la agencia Livingstone a la suya. Una tal Emma te envió una caja con algunas cosas.

—¿Emma?

—Si, alguien llamada Emma Connor.

—Es una chica de Zuathella, la asistente de la innombrable.

Mira que maduro andas hoy.

Con tu historial Hannah debe estar sacando recuento de a quien me refiero.

Si de tu extenso historial de tres.

—¿Dónde está la caja? —pregunto callando a mi modesta conciencia. 

—En el comedor —indica avanzando—. O sea no la abrí, pero mi intuición femenina me dice que tiene una foto tuya con ella, una botella de vino tinto, quesos fuertes, galletas de mantequilla caseras y una pequeña esfera con arena de mar real.

Achico los ojos y ella esquiva mi mirada.

En el comedor encontramos a las niñas con migajas en las mejillas y sacando pequeñas galletas hojaldradas de empaques transparentes.