Alas de Ángel.

Capítulo 1.

#2030#

Esta es mi historia, mi nombre Evolet Krous un nombre demasiado común en la Ciudad de Maito, Capital de Costa del Norte.

Era una niña como cualquier otra, de cabello rizado color chocolate, piel canela, ojos color pardo, nariz pequeña, labios normales, 1.59m de estatura, de clase media con notas no tan excelentes ni de belleza difícil de alcanzar, en fin era por donde me vieran alguien de clase mediana, pero lo que hace de esta una historia casi difícil de creer son las insignificantes cosas que me llevaron hasta donde estoy ahorita “con unas alas de ángel”

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Hay un gran edifico enfrente de mí, con una gran enredadera muy bonita que llega casi a la mitad de este, a lado hay unos árboles también muy bonitos, solo que todo que todo parece de cristal ya que está nevando, pero no noto el frio solo una molestia en mi espalda, hay alguien a mi lado el cual no sé muy bien como es porque estoy muy absorta en el edificio, pero cuando volteo a verlo ¡JODER! ¿Esas son alas?; en definitiva son las alas más hermosas que jamás había imaginado, en la base son de un color gris y se van degradando hasta blanco y las puntas están ribeteadas con un color dorado.

-¿Qué miras? – me pregunta el extraño.

-Tus alas- contesto a duras penas un poco sonrojada.

-Pero si tú también tienes unas, Evolet.

Volteo a ver mi lado derecho de mi espalda y si efectivamente ahí están, unas preciosas alas color azul marino desde donde yo alcanzo a ver y en las puntas están ribeteadas de un color plata.

-¿Cómo es esto posible? No, esto no puede ser- comienzo a decir-. Debe de ser un sueño, yo no tengo alas.

-Claro que las tienes- me dice el extraño-. ¿Ahí están no? Ahora apúrate ó llegaremos tarde.

-¿A dónde? Y a todo esto ¿Cómo te llamas? ¿Te conozco?

-Vamos a tu iniciación, me llamo William pero me puedes decir Bill y no, no me conoces pero soy uno de los de tú especie por si no te habías dado cuenta, ahora démonos prisa.

Estoy tan concentrada en asimilar toda esa información, que lo único que hago es asentir y caminar detrás de “Bill”. No me doy cuenta en donde estoy hasta que salimos de un elevador y nos dirigimos hacia la azotea.

-¿Qué hacemos aquí?- pregunto sin pensar.

-Ya te dije, es tu iniciación.

Seguimos caminando pero no me tiempo de responder algo mas porque de pronto veo muchos pares de alas de todos los colores, desde un negro intenso hasta un rosa coral.

-Dense prisa Bill, ya comenzó la iniciación- dice una mujer alta con cabello rizado y con unas alas de color bronce- Es tu turno Evolet- me dice la mujer.

Nos indica que la sigamos y como puedo la sigo ya que me cuesta un poco caminar porque me pesan mucho las alas y las voy arrastrando por el suelo, hasta que nos detenemos en el final de la azotea.

-Salta- me dice Bill.

-No, no lo voy a hacer- le contesto ya que me dan miedo las alturas y ¡A que loco se le ocurriría saltar!

-Esto no es de que si quieres ó no, es de que lo tienes que hacer.

-¡Y una mierda que lo voy a hacer! -le grito.

Terminando de decirlo, veo como Bill entorna los ojos y me avienta al vacio, una sensación de miedo me invade y al mismo tiempo veo a Bill a lado de mi diciéndome- Aletea tonta, aletea- y así lo hago.



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En el texto hay: fantasia, angeles, romance

Editado: 12.08.2018

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