Capítulo 8:
Frontera
Tendríamos que haber vuelto a la corte oscura. O más bien, yo tenía que haber regresado, o nunca haber salido en primer lugar. Lo menos que quiero en este momento es escuchar a mi madre. No quiero saber nada de los preparativos del compromiso. Mucho menos tener que verles la cara a Raquel y a su hija. Por lo que después de una reveladora conversación con la reina de invierno la frontera de las tinieblas fue el destino trazado en la ruta.
Lyon decidió que lo mejor es que sepa la verdad, el riesgo que implica ir a ese lugar prohibido. Los linderos entre mi corte y ese lugar maldito se pueden percibir ante la ausencia de todo. Aquí la muerte de la tierra misma se siente con una intensidad inexplicable. De lo que sí puedo estar seguro es que esta hambrienta… de poder, de vida… lo que sea que cruce hacia allá nunca regresará.
Hemos discutido lo que tenemos hasta ahora. Los trozos de historia que nos han dado dos reyes de Encantus y lo que hasta ahora sé por medio del diario. Solo faltan unas pocas hojas, y en unas horas sabremos que más tienen por revelar.
—¿Siempre ha sido así?
Lyon niega. Una línea invisible divide dos espacios muy parecidos y distintos al mismo tiempo. De este lado se lucha por respirar y de aquel lado ya la vida no es posible.
—Un tiempo atrás se podía ir, no sé qué tan lejos, pero la guardia en ocasiones iba tan lejos como sus fuerzas le permitían. —juega con una afilada daga a atravesar hojas en el suelo estando de cuclillas a unos veinte metros la otra frontera. Él dice:
—Ese lugar siempre busca mermar a cualquier criatura que entre, pero no es algo inmediato. En cambio, ahora es diferente. Quien sea que intente siquiera estar un segundo allí caerá sin fuerzas, y sin percatarse estará muriendo. No es seguro ir. Es como si algo hubiera despertado.
En pocas palabras. Ir en busca de mi padre no es viable en este momento. No por esta ruta. Debe haber otra manera de ingresar la frontera de las tinieblas, una ruta segura la misma que usa Yira para ir y venir. Esa niña es la llave para encontrar a mi padre.
—No tengo intensión de arriesgarme tanto —le aseguro. —Si atrapamos a Yira…
—¿En qué estás pensando? —interrumpe.
—En que podríamos ir de manera segura.
—También había pensado en eso —concuerda. —Ella es la respuesta a muchas preguntas. La cuestión es ¿cómo atraerla? Ella es escurridiza.
—Quizás solo tengamos que esperar el momento —comento recordando la conversación entre Caín y el traidor de mi corte.
Ellos están esperando algo. O más bien adelantarán algo por lo del compromiso. Lo único que se me ocurre es que Arcadia quiera llegar a mí., y si es así no vendrá ella misma, enviara a alguien. Ese alguien puede ser Yira.
—No te pondremos de carnada —se niega Lyon de inmediato. Intuye por donde va la idea. Tanto es su desaprobación que mueve la cabeza de un lugar a otro sin poder canalizar el tener que ponerme en manos de la hermandad para conseguir algo de lo que no estamos seguro.
—Es una muy mala idea, Gerald —dice con derrota.
Él esta consiente que si es mi única oportunidad la voy a tomar. Y no es mucho lo que pueda hacer para impedirlo.
—Es solo una posibilidad. Ni siquiera puedo asegurarlo.
Mantengo el diario entre mis manos. Ansioso por abrirlo y saciar mi curiosidad, pero esperamos por Suri. Se supone que nos veríamos aquí. Se está demorando.
—¿Cómo si eso importara?
Muy poco en realidad.
—De una cosa yo sí puedo tener certeza es que su abuela no se dará por vencida. Todo lo que están haciendo desde el exterior tiene una razón. Lo que intentaron hacer meses atrás no se ha acabado, Gerald.
Tiene razón, pero podría ser nuestra mejor posibilidad. O, la única, para que mi padre pueda volver, si está vivo.
—Olvida que soy el príncipe de la corte oscura. —Su deber es protegerme. Mantenerme a salvo. Pero no necesito un guardia impidiendo que haga lo creo correcto, lo que necesito es un amigo dispuesto a participar en esta locura sin importar o que pueda llegar a pasar. —Si se presenta una oportunidad la tomaremos. Si la hermandad viene por mí. Iré para encontrar a mi padre. Además no solo se trata de recuperar al rey de la corte oscura, hay otros que también merecen liberarse de ese maldito lugar.
Los años se han encargado de sepultar una historia, pero el presente la ha despertado, y sería una traición darle la espalda.
—Lo que si debes hacer es impedir que se lleven a Susej, nos necesitan a ambos mientras ella este fuera de su alcance…
—Eso los retrasará. Entiendo —acepta no muy convencido. —Si tu madre se entera de esto me matara.
—Por eso no se puede enterar de nada.
La espera por la niña elfo se prolonga más de lo que esperaba. Comienzo a impacientarme, y Lyon ya no se halla en un mismo lugar. Ya ha recorrido los alrededores como cuatro veces, para asegurarse de que no venga nadie. Los elfos oscuros podrían aparecerse en cualquier momento, puesto que mi madre mando a vigilar toda la zona. Quedarnos aquí más tiempo es un riesgo.
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Editado: 03.05.2021