Narra Alegra
Ricardo Fortaleza, un nombre que hasta hace poco solo conocía de los titulares de los periódicos. Ahora, se había convertido en el centro de mi investigación. No podía evitar sentir un escalofrío cada vez que pronunciaba su nombre. Pero sabía que tenía que enfrentarlo, tenía que descubrir la verdad.
Comencé a indagar en su vida. Fortaleza era un hombre de éxito, con una carrera política envidiable. Pero cuanto más profundizaba, más oscuro se volvía todo. Había rumores, susurros de corrupción y manipulación. Pero nada concreto, nada que pudiera utilizar en mi investigación.
Decidí que era hora de conocer a Fortaleza en persona. Conseguí una entrevista con él, bajo el pretexto de escribir un perfil para el periódico. Cuando nos encontramos, su carisma era innegable. Pero también había algo más, algo que no podía poner en palabras, una sensación de peligro latente.
Hablamos de su carrera, de sus logros, de sus planes para el futuro. Pero cada vez que intentaba desviar la conversación hacia las desapariciones, él habilidosamente cambiaba de tema. Era como si estuviera jugando un juego de ajedrez, siempre un paso por delante.
Después de la entrevista, me sentí frustrada. No había conseguido nada concreto. Pero no iba a rendirme. Sabía que Fortaleza estaba ocultando algo, y estaba decidida a descubrirlo.
Pasé las siguientes semanas sumergida en mi investigación. Cada pista, cada testimonio, cada pequeño detalle era una pieza del rompecabezas. Y poco a poco, comenzaba a ver la imagen completa.
Mi vida personal se estaba desvaneciendo. Mis padres estaban preocupados, mis amigos apenas me veían. Pero no podía parar. Tenía que descubrir la verdad, por mí y por todas las personas desaparecidas.
En medio de mi búsqueda, me encontré con un informante anónimo que afirmaba tener pruebas incriminatorias contra Fortaleza. Nos reunimos en un lugar oscuro y discreto. Sus palabras eran cautelosas, pero sus ojos reflejaban el miedo y la determinación.
"Fortaleza está involucrado en una red de corrupción que abarca a altos funcionarios del gobierno", me dijo el informante. "Las desapariciones son solo la punta del iceberg. Hay algo mucho más grande en juego".
Mis emociones se mezclaron entre la esperanza y el temor. Tenía en mis manos la oportunidad de exponer la verdad, pero también sabía que estaba adentrándome en un territorio peligroso.
Así que aquí estoy, en la sombra de Fortaleza, lista para enfrentar lo que venga. Cada paso que doy me acerca más a la verdad, pero también aumenta el peligro que enfrento. Pero no me detendré. Porque soy Alegra Luz, y esta es mi misión.