Capítulo 23.

23. Especial Jerry Clark.

Jerry

Hoy es un bello día para intentar sabotear el disfraz de alguien, ¿verdad?

Suena extraño, lo sé, pero es una broma y el resultado de ella será muy bueno. Además, mi querido amigo, Asher, me estará debiendo un favor por hacer esto.

—¿Están listos?

Logan y yo asentimos a la pregunta del responsable de este plan y respondemos al unísono:

—Sí, capitán.

Eso provoca que él y Alex rueden sus ojos, pensando en sus cabezas que ambos somos unos idiotas. Tal vez, pero idiotas divertidos y muy guapos.

—¿Qué disfraz le compraste? —Y esa era la pregunta que nos hacíamos todos aquí. Asher no nos dijo nada sobre el disfraz que compró, pero yo intuyo que es el de la hamburguesa gigante.

—Lo verán el sábado en la fiesta.

—¡Pero yo quiero saber ahora! —exclama, sin nada de paciencia, Logan.

—El sábado lo verás —vuelve a repetir, Asher—. Entren ahora antes de que sea más tarde.

Por mi parte asiento.

El plan es sencillo, muy sencillo para nosotros. Por lo que dudo que algo salga mal en el día de hoy. Lo primero, es caminar hasta la casa de Cassie y presentarnos en su puerta para después tocar su timbre y esperar a que ella nos abra.

La puerta se abre y un hombre, que claramente no es Cassie, nos observa a la espera de que expliquemos porqué nos encontramos en su propiedad. Carraspeo para hacerlo yo, pero Logan me interrumpe.

—Hola, señor Foster. ¿Se encuentra Cassie?

Ninguno de los dos conoce al papá de ella, pero sabemos que solo vive con él. Entonces, este hombre debe ser su papá sin duda alguna. Lo confirmo cuando sonríe y asiente, sin negar su apellido.

—Hola, enseguida la llamaré. ¿Ustedes son...?

—Logan y Jerry —contesto—, vamos al instituto con su hija.

El señor Foster se me queda observando por varios segundos que parecen eternos, me mira como si estuviese escrutándome por completo o como si me conociera. Hasta que finalmente vuelve a asentir y espero a que nos deje pasar dentro, pero él solo nos hace esperar fuera después que cierra la puerta en nuestras narices. Miro hacia atrás, específicamente, hacia los arbustos de la casa de enfrente donde Asher y Alex están ocultos.

La razón para que ellos se ocultarán es que serían nuestros salvavidas si algo salía mal, pero claro que nada podía salir mal si el plan es muy sencillo. Tan sencillo que hasta podría llevarlo a cabo un niño pequeño, y sin problemas.

Están ocultos detrás de los arbustos porque ninguno había traído auto, debido a que Asher creía que Cassie lo reconocería si se estacionaba cerca de su casa.

Pero Asher no estaba pensando correctamente porque si fuese así, sabría que podría estacionarse a unas calles más alejadas y esperarnos allí, y no detrás de un montón de hojas verdes. Él anda muy distraído en los últimos días.

La puerta vuelve a abrirse y por ella aparece la castaña que comparte clases con nosotras.

—¿Qué hacen aquí? —pregunta al vernos.

—Hola, Cassie, nosotros también te extrañamos —comento con ironía.

Ella sonríe y nos deja pasar dentro de su casa. El lugar es cálido a diferencia de la brisa que comienza a sentirse por los aires.

—¡Hola, chicos, los he extrañado! —exclama con ironía, una vez que cierra la puerta—. A pesar de que nos hemos visto ayer y pasamos casi todo el día juntos en el centro comercial.

Me río de la actuación que comienza a darnos.

—Tienes razón —le dice Logan.

—Y... ¿Cómo supieron donde vivo?

Logan es el que responde.

—Tenemos contactos.

Ella alza una ceja ante esa respuesta.

—¿Contactos? ¿Algo parecido a espías?

—¡Shhh! Es un secreto —murmura él, siguiendo su broma.

Cassie ríe brevemente.

—¿Qué necesitan?

Lo segundo, después de entrar a su casa es dar una excusa creíble de la que porqué estamos aquí.

—Necesito que me ayudes con un trabajo práctico que debo entregar para mañana —hablo.

—¿De qué materia es? —inquiere, y nos invita a subir las escaleras.

—Matemáticas —bromeo. No es un secreto que a ella le cuesta esa materia y que la detesta. Asher nos lo dijo.

Se detiene a mitad de los escalones para girarse y observarnos con el ceño fruncido.

—No soy muy buena...

—Es broma, sabemos que los números no son lo tuyo —la interrumpe Logan.

—Los detesto —confirma.

—Es un trabajo de Historia, y ya que una vez me has ayudado con un examen creí que ahora me podrías ayudar también.

Ella asiente, y llegamos hasta el final de las escaleras. El pasillo está lleno de puertas que dan a habitaciones, seguramente. Cassie nos guía hasta una de las puertas blancas y nos permite el paso.