Había una vez un chico llamado Alex, quien desde que era joven había sido acusado de haber matado a su hermano mayor. Su hermano había sido asesinado por una entidad misteriosa que se manifestaba como una sombra con ojos rojos. Nadie había visto al asesino, pero todos los dedos señalaban a Alex, quien se había encontrado junto al cuerpo sin vida de su hermano.
A pesar de su inocencia, la vida de Alex se convirtió en un infierno. Fue constantemente acosado y señalado por la gente en su pueblo, quienes lo consideraban un asesino despiadado. Incluso su propia familia lo había rechazado y lo había echado de su hogar. Alex tuvo que luchar por sobrevivir solo y con el peso de esa acusación sobre sus hombros.
Pero Alex no se rindió. Decidió estudiar criminología y se unió a la policía para demostrar su inocencia y encontrar al verdadero asesino de su hermano. Años pasaron, y Alex se convirtió en un oficial de policía respetado, con la esperanza de finalmente limpiar su nombre.
Un día, mientras estaba patrullando solo en las calles, una nube negra con ojos rojos apareció de repente y se metió en su cuerpo. Alex se desmayó y despertó más tarde en el hospital. Se sorprendió al descubrir que tenía una fuerza sobrehumana y una habilidad para disparar rayos negros que nunca había tenido antes.
Emocionado, Alex decidió experimentar con sus nuevos poderes, pero rápidamente descubrió que la gente todavía lo odiaba y lo temía. A pesar de que Alex usaba sus poderes para ayudar a los necesitados y vencer a los delincuentes, la gente seguía creyendo que era un asesino cruel y despiadado. La falta de apoyo emocional y la creencia de que había sido abandonado por todos lo llevó a tomar una decisión equivocada.
Alex decidió que si la gente lo veía como un villano, entonces así sería. Empezó a usar sus habilidades para robar y atacar a la gente, convirtiéndose en un villano temido y odiado. La policía lo perseguía implacablemente, pero Alex era demasiado poderoso para ser detenido.
A medida que pasaba el tiempo, Alex se volvió más y más despiadado, y su odio hacia la humanidad creció. Finalmente, su odio se volvió en su contra cuando un grupo de héroes se unió para detenerlo. Alex luchó valientemente, pero finalmente fue derrotado.
Mientras yacía herido en el suelo, Alex se dio cuenta de lo equivocado que había estado. Había dejado que el odio y la soledad lo consumieran y lo convirtieran en algo que nunca había querido ser. Con lágrimas en los ojos, Alex pidió perdón por sus acciones y se rindió.
A pesar de que la gente todavía lo odiaba, Alex pasó el resto de su vida tratando de redimirse y hacer el bien. Continuara...