Al despertar, me encontre con un bello collage en el techo color dorado, lleno de fotografias, frases, dibujos, y en el centro, opacando todo lo que estaba abajo de el, la frase:
"Life is too short to wait", sin pensar mucho deduci que decia la vida es muy corta para esperar.
Me sente paraa analizar donde me encontraba. Estaba en una cama muy comoda, el cabecero era blanco y tenia un estilo princesa, las cortinas separadoras de gasa colgaban rodeando mi acogedor despertar, el dosel de donde se sostenian estaba adornado por luces navideñas que le daban otro aspecto al lugar; estaba tapada con una sabana color beige de seda.
Un enredo de pensamientos rondeaban por mi cabeza, sobretodo la idea de cuantos años habian pasado desde mi ultima vez en este plano pero aun asi trataba de concentrarme en lo que se extendia por mi alrededor.
De momento solo pude notar dos puertas, una que claramente llevaba al interior del hogar, adornada por dos sombreros, y la otra que era una puerta francesa blanca, abierta por una de sus hojas, dejando entrar aire nuevo y ventilando la pieza, algunos rayos de sol entraban por sus cristaleras, era bastante alargada y elegante, desde donde me encontraba podia observar un caballete a la distancia, unas cuantas cajas de madera y algunos puf de mimbre con colores brillantes en sus cojines como el rojo, cyan, purpura, verde y naranja en el balcon.
Ver colores que no fueran el blanco ni el negro, me hicieron sentir aliviada, crei que nunca volveria a ver ningun color durante el resto de mis largos dias.
Al principio, tras un breve vistazo a la habitacion, comence a notar lo espaciosa que era. Bastante amplia, pero no tanto como la inmensidad del inconsciente; las paredes eran de un color rosa palo, blanco y gris claro, la mayoria de los muebles que observe iban a juego, todos blancos, con algunas terminaciones en dorado, y bronce en sus manijas, tenian un estilo moderno que hacia juego con la cama, tambien estaban acomodados estrategicamente para darle mayor amplitud al espacio. Tenia un tocador con millones de productos abarrotandolos y una cajita extraña, un escritorio con la encimera de vidrio donde estaba la laptop y los cajones de madera, un almanaque en una de las mesitas de luz que estaban a los lados de la cama, un librero repleto de libros y figuras que rodeaba la unica ventana de la habitacion con un sofa incorporado, ademas de todo eso habia un armario incrustado en la pared... me pregunto si habra poca ropa, ya que por todo lo que acabo de ver, no me hallo en casa de la tia Nix...
Nix, recuerdo que vivia con ella... en una cabaña alejada de la ciudad cerca de un rio, mi madre me dejo alli diciendome que pasabamos por momentos dificiles, no recuerdo con exactitud a que se referia. Lo que si me acuerdo es que en ese lugar aprendi lo que era la magia, sus colores, sus sonidos, sus peligros... cuando evoco mis primeros momentos ahi, me siento algo incomoda, el cuarto que tenia no era nada del otro mundo, solo cuatro paredes marrones, sin ventanas, ni siquiera vivia en la misma planta que mi tia, sino en el garaje oculta de todo. Las herramientas, bicicletas y cualquier cosa que no combinara con el estilo de la casa estaban conmigo, mi hogar temporal tenia un estilo victoriano muy marcado, algo tetrico si no te gustaban las cosas antiguas. Al principio creia que nunca jamas lograria llevarme del todo bien con ella, aunque con el tiempo se convirtio en mi primera y unica maestra como Skiá novata.
A mi corta edad, ya sabia de sobra que a mi tia le molestaba mi presencia. No obstante, cambio repentinamente al darse cuenta que yo tambien podia utilizar la magia, cuando en un descuido mio, casi se me caen cientos de libros encima y logre sin saberlo que flotaran sobre mi. Se que eso, muy en el fondo, la hizo feliz. Cada vez que ella podia me leia en el sofa de la sala, me retaba cuando me distraia se que no era con mala intencion; igualmente me recitaba historias y fragmentos sobre hechizos que habia dominado nuestra familia, se le iluminaban los ojos cuando hablaba de mamá, la tercer mejor hechizera de todo el mundo, nunca me dijo concretamente que le paso a mi madre, pero solo recuerdo que dijo:
"La admiracion y el respeto no se comparan a la lealtad y honestidad, a veces la ambicion nos ciega tanto que hasta nos impide ver la envidia de los que nos rodea"
Si no fuera porque se deprimia luego de mencionarla, hubiera sido una persona más curiosa y habria escarbado en su pasado, pero comprendi que era algo muy doloroso. Tanto que me contaba la tragica leyenda del primer portador transmisor llamado Zander, me la contaba tanto que me la sabia de memoria.
La leyenda dice, en resumidas palabras que, el protector de la Humanidad retornara junto a sus compatriotas y derrotaran al "farsante" que lo engaño - debido a esto se creó un juego sagrado anual en todas las casas donde aun perdura la magia para invocarlo, aunque siempre se eligen a jovenes magos de cada distincion. El hechizo es bastante sencillo, sin embargo como no se encontro nunca el sexto poder nadie pudo realmente hacerlo de la forma correcta.
Me levanto de la cama, al sentir que alguien me observaba.
Siento una extraña sensacion al oir un maullido. Rapidamente volteo a todos lados buscando al dueño de aquel maullar, logro localizar al gato sentado en una puff que esta cerca del escritorio. Es el gato que tiro los libros de mi antigua yo sobre su maquillaje, eso fue divertido aunque si lo vi fue porque no me gusto lo que paso.
#3312 en Paranormal
#1083 en Mística
#50120 en Novela romántica
hechiceros romances y maldiciones, magia mistica, leyendas magicas
Editado: 24.07.2019