Había olvidado que el invierno en Irlanda es un congelador, pero no podía perderme la oportunidad de nadar en el lago artificial. El agua estaba helada y mi cuerpo se aclimató de inmediato, pero no me importó. No nadaba en mar, tampoco en piscinas, únicamente en lagos.
—¿No te quedaste conforme con la mojada de anoche? —gritó David fuera del lago, no sabía en qué sentido lo había dicho, si por la lluvia o por lo que él había ocasionado. Así que decidí tomarlo por la segunda.
—Una mojada no me hace nada, una mujer como yo necesita más —dije y su sonrisa se congeló.
No quería perder mi tiempo con él, así que continué nadando hasta que escuché como se tiraba al lago.
—No entiendo por qué te hiciste un tatuaje en la espalda de unas alas de mariposa. ¿No se supone que las odias?
—No me las hice para que lo entiendas —me alejé de él.
—¿Y las rosas en tus muñecas?
—No te interesa.
—Y aquí volvemos a tu disfraz de armadura —bufó.
—¿Y qué pensabas? ¿que porque ayer te dejé que me comieras el coño iba a cambiar? A estas alturas deberías entender que así es como soy y que no por un buen rato debo ser diferente contigo.
Ahora nos encontrábamos frente a frente, él me veía con su mirada gris y respiraba agitado.
—¿Qué tengo que hacer para poderme meter en tu jodido corazón?
—¿Qué te hizo pensar que te quiero en él?
—Olvidaba que tienes un agujero en el corazón.
—Si tuviera un agujero embonarías en él, pero ni eso David, hasta eso te queda grande.
Yo nadaba hacia atrás y él lo hacía hacia adelante.
—Es estúpido que huyas. Eres el imán y yo soy el metal, solo que aún no estás preparada para verlo de ese modo.
—No digas estupideces, busca tu lado del lago y deja de joderme.
Entonces se acercó más y me sujetó de mi espalda baja para impedir que me alejara.
—¿Qué haces? —dije, cuando sentí su aliento caliente cerca de mis labios.
—Voy a besarte.
—¿Qué?
Entonces me besó y yo respondí a ese beso. Seguí sus movimientos, su lengua, tal cual como sus labios guiaban a los míos.
—¡¿Qué carajo creen que hacen?! —gritó Liam fuera del lago y ambos nos separamos de inmediato—. ¡Están locos! alguien puede verlos.
—Liam, yo... —tartamudeó David.
—Ni le des explicaciones. Liam ya lo sabe.
—¿Le dijiste? —preguntó.
—No te creas tan importante.
Salí del lago y tomé una toalla para secar mi cabello, detrás de mí salió David y Liam no le quitaba la mirada de encima.
—¿Están locos? —siguió Liam—. Mi mamá pudo verlos, mi tío o Asher, ¿no piensan en ellos? —se pasó sus manos por la cara dejándose rojo—. ¿No estás pensando en Adara? —le dijo a David—. ¡No jodas, David! ella no se lo merece.
—No te metas en esto —pidió David.
—Me meto porque Jul es mi hermana.
—Tampoco soy una niña Liam —rodé los ojos.
—¿Es en serio, David? ¿Jul? ¿otra vez? abre los malditos ojos, ¡es mi hermana! ¡tu hermanastra!
—Es mi problema, no el tuyo.
—No lo jodas otra vez, David —lo tomó del hombro—. Te costó superarla, ahora llega y se te olvida hasta que tienes novia.
—¡La amo, Liam! ¿qué quieres que haga? No puedo solo decirle a mi corazón que no lo sienta.
—David, Jul no te ama. Abre los putos ojos antes de que lastimes a Adara.
—Solo necesita darse cuenta.
—Puede que sí, puede que tengas razón —Liam lo soltó del hombro—. Pero si aparece Naím, si aparece otro, ella te hará lo mismo, porque no te ama. Jul solo se ama así misma. Métetelo en la puta cabeza.
—No entiendo porque hacer tanto drama, Liam —dije y le aventé la toalla—. Solo fue un beso, solo eso.
Liam sonrió de medio lado, pero su sonrisa era distinta, quizás, como si lo hubiesen forzado a sonreír.
—¿Lo ves? —volvió a dirigirse a David—. Lo que para ti fue importante, para ella fue como probarse el tono de un labial que inmediatamente se quitó.
Wow, que familia, y yo creyendo que nosotras éramos las únicas perras.
—Quizás ahorita no me entiendas —comentó David—. Lo harás el día que realmente ames a alguien con una locura interminable. Y ese día entenderás que no te importará lastimar a nadie con tal de tener lo que te complementa.
Entonces se marchó. Y yo me di la media vuelta para también marcharme.
—Espera —dijo Liam, y me detuve—. Si realmente tienes tantita vergüenza aléjate de David, tú y yo sabemos quién es el que saldrá herido.
—No soy yo quien lo busca, es él quien me busca a mí —dije—. Deja de comportarte como si fueras el héroe de esta casa. Deja que David la cague, deja de meterte en donde no te llaman y ya búscate una jodida novia que tanto te hace falta.
Entonces me marché dejando a Liam solo.
El resto de la mañana me la pasé metida en mi habitación, tomé mi antidepresivo tal como me tocaba. Ya me estaba cansando de ese jueguito con Marwan. Ya me estaba cansando de estar en una casa en donde solo decían mi nombre y se armaba la revolución.
Eran las 2:00 PM cuando mis tripas comenzaron a rugir y aunque no quería comer en la misma mesa que todos, no tenía otra opción. Cuando llegué al comedor, ya estaban sentados los tres mosqueteros de esta casa, y Carolina —mi madre—, estaba como loca por toda la cocina con un mandil puesto. Para ser solo una comida "normal" creo que se había esmerado demasiado en la cocina.
—Jul, cariño —me habló mi madre—, que bueno que bajaste a comer porque tendremos visita.
—Me voy —dije y me di la media vuelta.
—Se trata de Mike, el mejor amigo de Leo —dijo y volví.
—¿Y Mike sigue estando igual de bueno que como lo recuerdo? —pregunté.
—¡Jul! —mamá abrió sus ojos hacia mi dirección.
—Me quedaré solo para confirmarlo —dije y me senté a un lado de David.
—Te tengo una sorpresa —susurró David en mi oreja y Liam no nos quitaba la mirada. Asher estaba perdido en su juego del celular así que ni cuenta se daba.
—Ahórrate tus sorpresas —le respondí—. A tu novia no le va a gustar que me andes dando sorpresitas.