Volvió unos minutos después, con ropa cómoda, una pantaloneta negra y una camisa azul claro. Recién bañado.
Yo que solo me baño una vez al día.
Por marrano.
Poco después fue a la cocina sin siquiera mirarme, Auch, me dolió. Volvió con un plato con patacón y huevo frito, en su otra mano traía un pocillo pequeño con algo rosa en su interior. Lo puso en la mesa y pude ver un camarón sobresalir en esa mezcla, hice una mueca del asco.
Y ahora mismo me quiero ir, quiero huir y no comer esa atrocidad.
¡No esta vivo, estúpido! ¡Esta cocido!
Poco después llegó con otro plato y un pocillo... más grande, seguido de su madre que traía un dos platos y detrás su marido con dos pocillos igual de grandes que el que traía su hijo.
Que asco.
Alfredo pareció ver mi mirada y me miró mal, me sentí obligado a esconderla, ellos tres pusieron el primer plato y el primer pocillo que había sido puesto en la mesa delante de mí. Lo mire y los mire, para saber cómo comer pues solo quería comerme los patacones con las manos.
No te has lavado las manos!!
Al verlos me sentí fuera de lugar.
Es que los estás.
Maldito el momento en que bromeé con quedarme... Prefiero ir al restaurante de mis tíos y comer lo que sea que haya quedado del medio día, sopa y arroz.
"Disculpa mi actitud anterior, he estado un poco estresado por la mudanza y el trabajo, pero no tenía porque desquitarme con usted" Dijo mientras tomaba un patacón con la mano para llevárselo a la boca, lo mismo hicieron los otros dos, pero Alfredo antes de metérselo a la boca le puso un poco de esa sustancia rosa con camarón.
Hice un esfuerzo por no hacer una mueca, nunca me han gustado los mariscos.
Nunca los has probado.
Son asquerosos.
Deben ser deliciosos.
Nunca me gustarán.
Si nunca los pruebas, jamás te van a gustar, menso.
Ellos siguieron su comida, haciendo mezclas que me revolvieron el estómago ¡Como pueden mezclar el huevo con esa cosas y los sagrados patacones! No voy a dormir, creo que voy a vomitar.
¡Exagerado!
"Ammm... Si, tampoco estuvo bien que me quedara a estas horas por acá" Murmuré comiéndome solo el huevo y los patacones.
Les falta el limón.
A mi lado estaba el peor, Alfredo que no tenía decencia ¡Cómo alguien puede comer así!
Al terminar el plato mire el pocillo, no había tocado ni un poco eso, al final traje en seco y lo probé, se sentía picante, y sabía a... ¿mayonesa?
"¿Tiene cebolla?" Pregunté, dejando de lado la pregunta sobre la mayonesa
"Si, para darle un poco de picante, ¿No has ido las playas? Son comunes y hasta más ricos"
No estuvo tan mal, pensé que sería algo horrible que no me pasaría pero al final me lo acabé, ahora entiendo al monstruo al lado mío que se devoró la comida como si fuera algún pastel de chocolate.
Cuando termine me despedí y me disculpé por las molestias recordando a mi tía y sus múltiples enseñanzas de cómo despedirme, blablabla...
Estaba saliendo, bueno, ya estaba afuera cuando me volteé, tal vez esperando algo.
¿Qué es lo que querés esperar?
Antes de quedarme estampado como pendejo giré mi cuerpo y seguí caminando, cuando llegue al lugar donde duermo, porque no creo poder pensar en él como un hogar, mi padre ya debía estar ahogado en su propio vómito por lo que entre sin temor alguno.
Quede paralizado cuando lo vi hablar por teléfono, está vez sin la cara de borracho, colgó al verme.
Mi respiración se aceleró un poco del miedo, pero me mantuve firme y camine a él.
"¿Papá?" Hablé dudoso, el año verme suspiró, el lugar está limpio...
No me gusta, está fuera de lo normal y eso de aterra, ¿que va hacer?
"Entre a un programa de rehabilitación" Me informo, casi me reí pensando que era un chiste, pero mi risa no salio.
No confíes en él.
Gracias, voz molesta de mi interior, pero ya sé que debo hacer... No puedo confiar en él, no puedo, él es la última persona en la que puedo confiar y en la que más puedo confiar es...
A la mente la imagen de Alfredo comiendo esa asquerosidad llegó la mi mente, okey, estoy mal.
"¿Quieres dejar toda esa mierda?" Me escuche decir.
Cállate.
Si, cállate.
"... No quiero seguir así, no quiero seguir siendo una mierda de padre" Murmuró "Ya le dije a mi hermana para que me ayudara"
Me pregunto si esta vez lo hará de verdad.
Me pregunto si no está mintiendo.
Me pregunto si hay algo que le importe para dejarla.
"Oh..."
"¿Y donde estuviste?" Me preguntó, incómodo.
"Donde un amigo haciendo un proyecto, pero me quedé a cenar" Le expliqué por alguna razón antes de irme dando por acabada la charla.
Me encerré en mi cuarto pero la imagen de Alfredo burlándose con la mirada de mi mientras su madre nos obligaba a estudiar e investigar, me deje caer en la cama mientras mi mente divagaba en recuerdos con él.
Tragué en seco cuando mi corazón se aceleró un poco.
Mierda.
Alfredo
Tuve la necesidad de reír, ya había pasado tres días desde la primera reunión para hacer la exposición, hoy se habían presentado en la puerta de mi casa otra vez sin aviso previo.
Después de que Manuel se había ido papá me contó una nueva noticia, nos íbamos a mudar otra vez a las afueras de la cuidad, pero no me iban a cambiar de colegio, pues ahora solo quedaba un poco más lejos. A veinte minutos en moto.
En fin, también dijo que esta vez iba a ser en una casa propia, nada restado y ajeno... pero no cuesta mucho única casa, estoy seguro que no es sólo uno o dos millones...
¡También dijo que en un mes iba a traer una mascota! Dijo que era de los perros de Tatiana y me contó que sus padres habían muerto y su hermana estaba internada en un hospital de recuperación, parecía que había presenciado las dos muertes, la de su madre fue a punta de balazo y la de su padre fue atropellado por salvarla a ella.
#13201 en Otros
#1935 en Humor
#20655 en Novela romántica
autodescubrimiento amor entre hombres, depresion problemas familiares, primer amor escolar
Editado: 26.01.2022