⚡ CAPITULO 15

El grupo de investigación pidió otra reunión con el superintendente, los cuatros caminaban de aquí para allá esperando que los mandaran a buscar, habían encontrado algunas fotografías que el mismo asesino había sacado, no se sabía exactamente cuando durante el tiempo que duró con la joven secuestrada, pero ellos buscando entre las direcciones de cada fotografía podían determinar que fue de un día a dos antes de asesinarla, este elimino muchos archivos pensando que tal vez los detectives no podían obtenerlos o simplemente quería que la descubriera por ellos mismo. Realmente Gómez no podría saber que pasaba por la mente de ese hombre, lo único que estaba seguro es que él lo conocía a ellos perfectamente porque aparte de tener fotos horrendas de la víctima el día del último adiós le había sacado fotografías a Gómez y Jhonson la fecha estaba plasmada en la dirección de la fotografía, pero habían otras fotografías del carro de Rodríguez y una foto de Velásquez unas cuadras lejos de la universidad cerca de su casa, literalmente este hombre los había perseguido durante la búsqueda de la joven Gabriela y eso lo tenía preocupado a todos sobre todo a Gómez.

—Ya pueden venir —Exclamó una oficial al llegar a la puerta de su oficina la cuál por casualidad está a abierta, el grupo caminó a pasó rápido, pero antes de llegar Gómez los detuvo.

—Necesito llegar a mi casa, así que debes ser lo mas rápido posible en hablar — Jhonson afirmó con la cabeza y Velásquez le topó en el hombro pensando lo mismo, luego entraron a la sala encontrándose con el mismo panorama de la reunión pasada, está vez el lugar se sentía mucho más tensó y el grupo podía sentir el rechazo de los otros detectives esto sin necesidad de hablarlo o gestionarlo simplemente lo sentían. La joven se paró en frente de todos en el púlpito de conferencias.

—Voy a ser rápida superintendente porque tenemos que irnos —Dijo la joven sin siquiera saludar. Prendió la vía positiva y enseñó la información.

—No sé si recuerdan que le dijimos que este asesino elige sus víctimas cautelosamente, claro que sí, lo dijimos. Está chica fue perseguida por este hombre desde antes de ella conocerlo —Mostró unos mensajes, correos electrónicos y otras cosas—. Estos mensajes fueron enviados semanas antes de su desapareción, la acosaba, intentó engañarla asiendo creer que era.

—Mi hija, —Habló Gómez—. Mi hija no es lesbiana lo sé. Además es obvio es él.

—Exacto.

—Yo estaba en el adiós de la universidad — Habló uno de los detectives—. Tu hija dijo que era su amiga, muy cercana y ahora salen éstos mensajes, quién me puede decir que realmente no es ella quien está escribiendo.

—¿Que estás insinuando? Mi hija...

—Es obvio, la obsesión con su mismo cuerpo, todo de ella...

—No podemos sacar conclusiones tan anticipadamente Rogelio —Esta vez habló el superintendente—. Pero es necesario que la entres en la investigación como posible sospechoso —Lo último le cayó como un barde de agua a Gómez, el hombre suspiró para calmarse—. Sé que esto es difícil para tí, pero estás son las reglas, tu hija está implicada en algo muy feo, y tal vez no sea ella, pero tampoco se puede descartar.

—Es obvio que no es ella, estamos hablando de un hombre, recuerden los abusos sexuales a las víctimas, es un hombre que lleva tres años en esto; sabe lo que hace solo quiere confundirnos.

—¿Y dónde ha estado ella en estos tres años? Podría ser cómplice.

—Patrañas —Gritó Gómez.

—Pero...

—Rogelio más te vale que controles tu boca de verdad. No te metas en esta investigación que cuando te tocó no hiciste absolutamente nada, deja que los grandes hablemos —Esta vez habló Rodríguez sorprendiendo a Jhonson y a Velásquez, jamás pensaron que aquel hombre tan pacífico tendría tanto para decir sobre todo si se trataba de problemas con otro agente.

—Es verdad lo que dice Rogelio aunque ustedes no lo crean ella podria ser sospechosa o tal vez no lo sea, pero el simple hecho de que la desaparecida sea su amiga y que aparte el asesino eligió su nombre para engañarla es suficiente pruebas...

—¿Para encerrarla? —Gómez interrumpió al superintendente.

—No, meterla a sospechosos, investigar la aún no den pasos con ella, mantenga se alejado de ella para que no haya sospecha.

—Señor estoy seguro que mi hija no tiene nada que ver con ese asesino.

—¿Cómo lo sabés? —Gómez respiró profundo mordiendo su lengua—. Este asesino tiene tres años asiendo esto. Todo puede pasar. Mantén la profesionalidad Sebastián.

—Vamos a seguir investigando superintendente, pero nosotros necesitamos que que usted agilice ese permiso, hay muchas jóvenes en peligro —Esta vez habló Jhonson tratando de girar la conversación actual por una anterior, sentía el ambiente pésimo aparte de las guerras de miradas y la poca paciencia que se veía que le quedaba a Gómez.

—Estoy esperando el permiso del gobernador.

—Pues debería de darse deprisa — Comentó Velásquez.

—Antes que sea demasiado tarde —Termino de decir Jhonson luego salió del medio del todo hacia afuera, Gómez se levantó de su asiento y sin despedirse de nadie se fue a la oficina sentandose de golpe en la silla hiperventilando.

—Velásquez sabes que no queremos hacer esto, pero...

—Lo sé, superintendente no se preocupe. Nosotros nos encargaremos. Él lo hará profesionalmente y le demostrará que su hija es tan solo una ovejita en medio de un desgraciado lobo feroz —Dicho esto salió de su presencia junto a sus compañeros hacia la oficina, cerró la puerta y se sentó al lado de Jhonson mientras esperaban algo departe de su líder, este tenía la cabeza recostada sobre la mesa pensando muchísimas cosas, ningunas buenas.

—¿Cómo es posible que se atreviera a decir eso? —Fue lo primero que dijo después de tantas horas así—. Es obvio que mi niña es un peón de ese maldito asesino.

—Debes sacarla de esa universidad, tal vez está asiendo todo esto para que la culpen a ella de todo. Obvio que ese personaje es un hombre porque viola las mujeres y es imposible que tenga un cómplice, mucho menos si es mujer.